3. La lírica desde los años 70 a nuestros días
Tras la revolución cultural del «Mayo del 68», surge un nuevo grupo de poetas conocido como
Generación del 68 o novísimos. Plantean un amplio concepto de la cultura, que incluye manifestaciones marginales o no consideradas hasta entonces (el cómic, el cine, nuevas formas musicales como el pop o el jazz
)
El nombre de este grupo de poetas procede de la antología
Nueve novísimos poetas españoles, publicada en 1970. El grupo lo forman Pere Gimferrer (Arde el mar), Leopoldo María Panero (Así se fundó Carnaby Street), José María Álvarez (Museo de cera), Guillermo Carnero (El sueño de Escipión), Manuel Vázquez Montalbán (Una educación sentimental), Antonio Martínez Sarrión (Una tromba mortal para balleneros), Félix de Azúa (El velo del rostro de Agamenón), Vicente Molina Foix (Los espías del realista) y Ana María Moix (Call me stone)
Los Novísimos constituyen un movimiento de ruptura vanguardista, portador de un nuevo lenguaje que llega incluso al experimentalismo formal (escritura automática vanguardista y las técnicas elípticas). Estos poetas ya no piensan que la poesía puede cambiar la realidad; así que se alejan del compromiso y de la solidaridad y adoptan una actitud formalista.
En los contenidos destaca la vuelta a temas y asuntos de otras épocas, o el uso de mitología procedente del cine, de la música popular o el cómic. La ambientación de sus textos es variada (aunque abunda el exotismo); los temas son variados, desde algunos más frívolos y de influencia norteamericana (la publicidad, el mundo de Hollywood) a otros de corte más social (denuncia de la Guerra de Vietnam, crítica de los valores de la sociedad de consumo)
En lo formal destaca el uso de aspectos procedentes de las vanguardias (en especial, del Surrealismo) y la alternancia de un lenguaje exuberante con otros aspectos novedosos.
Desde los años 70 se advierte una mayor variedad de tendencias en la lírica española. La década se inicia bajo la influencia de los novísimos y aparecen nuevas tendencias:
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Experimentalismo (José Miguel Ullán): basado en la utilización de las antiguas técnicas vanguardistas (collages, poemas visuales…).
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Culturalismo (Antonio Colinas, Julio Martínez Mesanza, Aurora Luque): influencia del mundo clásico grecolatino o la Edad Media. El poeta manifiesta un vasto dominio cultural.
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Surrealismo
. En los ochenta podemos destacar una línea de recuperación del Surrealismo, en la que descuellan las poetas Blanca Andreu o la gaditana
Ana Rossetti; se trata de una poesía fuertemente erótica
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Poetas metalingüísticos (Andrés Sánchez Robayna, Jenaro Talens, Jaime
Siles, Juan Carlos Suñén, Julia Castillo, Justo Navarro). La también llamada
poesía del silencio o minimalista entronca con la poesía pura y se orienta hacia la indagación sobre el lenguaje. Son rasgos de esta poética la ausencia de adornos superfluos y el antirretoricismo. Se les llama también poetas profesores.
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Poesía de la conciencia (Jorge Riechmann, Fernando Beltrán, Enrique Falcón, AntonioMéndez Rubio). Son poetas que pretenden sacudir la conciencia.
La poesía se concibe como acción social y hasta política. Incluimos dentro de esta tendencia el «Realismo sucio» de David González, Pablo
García Casado o Roger Wolfe
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Poesía de la experiencia
. Es la tendencia poética más carácterística de los
Últimos años. Tras el declive de la estética novísima, se produce una recuperación
de la generación del medio siglo (Ángel González, Claudio Rodríguez…) y una revisión de la tradición literaria previa. Se observa una tendencia a la recuperación de ciertas formas métricas (empleo generalizado de endecasílabos y alejandrinos blancos) combinada con el uso de un lenguaje perteneciente al mundo de lo cotidiano. El tono suavemente elegíaco de muchos de estos poemas es muy carácterístico. Tampoco faltan elementos irónicos y humorísticos. En cuanto a los temas, destacan los urbanos, extraídos de la experiencia vivida por los propios poetas. En este sentido, es muy usual recuperar escenas de la infancia o la adolescencia. Se aprecia un lenguaje muy elaborado y elegante, sin caer en excesos retóricos.
Autores como Miguel d’Ors, Jon Juaristi, Andrés Trapiello, Luis García Montero,
Felipe Benítez Reyes, Luis Alberto de Cuenca, Carlos Marzal o Vicente Gallego cultivan esta línea poética
En la década de los noventa y principios del nuevo milenio se destaca la agudización del contraste entre la poesía de la experiencia y la poesía del silencio (los primeros acusarán a los segundos de herméticos y elitistas, y los segundos a los primeros de vulgarizar la poesía con temas insignificantes y formas manidas).
Sin embargo, a finales de los 90 un grupo de poetas reaccionará contra la presencia medíática de la poesía de la experiencia, a favor de la poesía de la diferencia.
Esta poesía está representada por el poeta cordobés Antonio Rodríguez Jiménez y propugna la libertad creativa.
Otra alternativa es la ofrecida por los poetas del grupo valenciano conocido como Alicia bajo cero y las llamadas Voces del Extremo. Estos poetas, aunque muy diferentes entre sí, reivindican una poesía comprometida, crítica y política pero con un lenguaje muy diferente al del Realismo social.
Finalmente, en cuanto a la poesía de estas últimas décadas debemos destacar el cambio en la publicación y difusión poética que ha supuesto el auge de Internet (blogs, revistas electrónicas, encuentros, etc.)