LENGUAJE Y ESTILO
En cuanto al estilo cabe resaltar el uso de recursos metafóricos, lenguaje coloquial y simbolismo. Los rasgos coloquiales que más destacan son el uso de insultos y amenazas, algunos vulgarismos (en boca de Poncia, reflejo de su clase social), ejemplos de habla rural campesina, refranes y dichos populares y frases de doble sentido (insinuaciones para acusar o mostrará ambigüedad). La forma de hablar de los personajes es sumamente importante y caracterizadora. En Bernarda predominan las intervenciones rápidas, secas y cortantes, con uso de imperativas e interrogativas, como muestra de la función apelativa. Amelía, Magdalena y Angustias muestran monotonía, mientras que Martirio continuas insinuaciones. Adela demuestra fuerza a través de frases cortantes e imperativos. El registro de Poncia es rico y variado poseyendo la gracia del habla popular. María Josefa tiene un habla que combina habla infantil y perturbadora, a través de expresiones absurdas, onomatopeyas, diminutivos y sentencias graves.
EL PAPEL DE LA MUJER DE LA ÉPOCA A TRAVÉS DE LA OBRA
-Obra protagonizada por mujeres y con intervenciones exclusivas de mujeres. Pese a ello toda la trama gira en torno al conflicto con Pepe el Romano (la presencia de la mujer como síntoma de la existencia un hombre)
-La figura de la mujer relacionada con guardar las apariencias, mantener la honra de la familia, etc. (luto, virginidad, …)
-Actividades y vida dentro del hogar (coser el ajuar) en contraposición a la actividad y contacto con el exterior del hombre
-El matrimonio como única alternativa para abandonar el hogar materno (se pasa de la sumisión a la familia- a la madre en este caso- al sometimiento al marido)
-El matrimonio como objetivo y deber de la mujer (ejemplo de una sociedad patriarcal)
-La opresión de la sexualidad de la mujer
-La caracterización de la “mujer modelo” a través de rasgos de servilismo, sumisión, complacencia, ausencia de pensamiento crítico y determinación, etc.
Acto 1
Se inicia con la muerte del segundo marido de Bernarda Alba. Las campanas están doblando por el finado y, mientras tanto, las dos criadas de la casa, la Poncia y otra, hablan sobre la dureza de la patrona. El pueblo va a casa de Bernarda a dar el pésame, aunque a ella no le gusta nada por las molestias que le causan.
Las hermanas hablan sobre la herencia que les ha dejado el padre. La que mejor sale parada es Angustias, la mayor, por ser primogénita. Además, tiene la suerte de que Pepe el Romano la pretende. Él está interesado en ella por el dinero. La madre les impone a las hijas un riguroso luto de ocho años por la muerte del padre, lo que significa que tienen que bordar y permanecer en casa la mayor parte del tiempo sin poder hablar con hombres, excepto Angustias, porque su matrimonio puede estar cerca.
Adela, la hija más rebelde, libera a la abuela, María Josefa, que está encerrada porque se le va la cabeza. La pobre mujer se encara a Bernarda y le dice que quiere casarse para largarse de allí. Todas se ríen de ella.
Acto 2
Todas las hermanas, salvo Adela, están cosiendo el ajuar para la boda de Angustias. Adela no duerme bien y tiene dolores de tripa. Se comenta que Pepe el Romano y Angustias se ven en la reja y aquel se marcha a su casa alrededor de las 12 y media, pero la Poncia y Martirio saben que se va más tarde.
Más adelante, Angustias sale hecha una furia porque alguien le ha robado una fotografía de Pepe que guardaba debajo de su almohada. A pesar de que todo apunta a Adela ha sido otra la hermana que se la ha escondido: Martirio. Ella dice que simplemente quería gastar una broma, sin ningún tipo de malicia. Poncia conoce los verdaderos motivos del encontronazo. Además, Martirio estuvo pretendida por Enrique Humanes, pero el cortejo no prosperó porque la madre no dio el visto bueno.
El acto se cierra conociendo la falta de una muchacha del pueblo, que está embarazada sin estar casada, lo que incendia la opinión pública. Adela es la única que suplica clemencia para ella.
Acto 3
Prudencia viene a cenar a casa de Bernarda Alba y le pregunta a Angustias cómo le va la boda. Después de la cena, la madre le pide a Angustias que hable con Martirio sobre lo ocurrido con el retrato para que hagan las paces. Alguien le pregunta a Angustias si esa noche va a ver a su prometido, pero ella dice que no está en el pueblo.
Esto es mentira. Adela tiene ganas de quedarse toda la noche fuera alegando su fascinación por los astros, pero Bernarda manda a todas las chicas a dormir. Las criadas se quedan hablando, como en la primera escena hasta que Adela las interrumpe. No esperaba que ellas estuvieran despiertas, pero se excusa en que tenía sed. Aún así, sale al exterior. Martirio, sigilosamente, va detrás de ella.
Adela vuelve con el pelo revuelto y las enaguas manchadas, lo que desata la ira de Bernarda Alba que pide una escopeta para matar a Pepe. Adela sale corriendo y se encierra en el corral, donde se suicida. Su madre la encuentra e insiste que su hija ha muerto virgen.
Contexto sociopolítico
Lorca empieza a escribir su dramaturgia a finales de la Primera Guerra Mundial (1918) y acaba en 1936, cuando muere. Entre 1918 y 1936 sucede la crisis de la Restauración, en 1923 la dictadura de Primo de Rivera y queda destituido Alfonso XIII. En 1931 se proclama la II República Española, y en 1936 se produce un golpe militar de derechas. En Europa hay gobiernos totalitarios (dictaduras como Alemania e Italia). Comienza el anticolonialismo y en 1929 la gran crisis económica. En cuanto a lo social, la República no consigue promover una cultura de calidad y surge la “subcultura”. La preponderancia de las clases medias y su reflejo en la importancia de las universidades en estos años de vocación modernizadora.
Contexto literario y cultural
Lorca pertenece al denominado teatro innovador, aunque en la época también existe el teatro modernista, el popular de humor castizo y el burgués. El innovador se caracteriza por renovar las técnicas y el lenguaje, y por aportar diferentes enfoques ideológicos suscitando la reflexión. En esta línea se orienta el teatro de Unamuno, Azorín y Valle-Inclán, etc. En cuanto a la poesía, Lorca pertenece a la generaciṕon del 27, junto con autores como Alberti, Guillen o Salinas. Se caracteriza por ser poesía pura e intelectual y por utilizar un lenguaje elaborado y un gran juego poético. La cultura está marcada por las Vanguardias principalmente el Futurismo y el Surrealismo, y vive un momento de esplendor con pintores como Picasso, Dalí, Miró; filósofos como Ortega y Gasset o músicos como Falla. La radio y el cine expanden la cultura y la prensa empieza a influir en la opinión.