3 Aristóteles y la época del helenismo


3. La virtud ética se refiere a las pasiones y a las acciones.
4. En todas las acciones y pasiones hay exceso, defecto y término medio.

5. En las pasiones existen los dos extremos, (que son los vicios). Pero si tenemos esas pasiones cuando es debido, con quien es debido y por motivo debido, entonces se da en un término medio.
6. El término medio es la excelencia y la virtud.

.1. La virtud es un modo de ser selectivo que consiste en la búsqueda del término medio. El término medio hace referencia a la prudencia, que depende de nuestra razón y decisión .
2. El término medio se encuentra entre dos vicios, por exceso y por defecto.
3. La virtud es encontrada por la persona que, con sus acciones, elige el término
medio.
4. No toda acción o pasión tiende al término medio (la perversidad, la maldad, etc.).

Aristóteles pone de manifiesto que la ciencia, al igual que todas la cosas, debe tender al término medio, a alcanzar la perfección. Por tanto, al igual que la ciencia, las pasiones y acciones humana deben buscar el término medio entre el defecto y exceso. De este modo, alcanzar el término medio hará que los seres humanos sean virtuosos y excelentes

Aristóteles explica que la virtud depende nuestro modo de ser o de nuestros hábitos. Es decir, gracias a nuestra capacidad de razonar debemos ser prudentes y seleccionar el término medio entre el defecto y el exceso. 
.Virtud ética: Son aquellas que nos ayudan a elegir con prudencia el término medio más adecuado para nosotros. Es decir, consiste en gobernar la conducta según la razón, buscando la moderación entre dos extremos o vicios, entre el defecto y el exceso.

Término medio: Coincide con la virtud ética, esto es, ser regida nuestra conducta por nuestra razón. El término medio está situado entre dos extremos o vicios (por defecto o por exceso). Este término medio es escogido por la persona prudente. Prudente es aquel que delibera bien en cada caso y ante cada cuestión y elige el término medio o al menos tiende a él. Existe término medio para todas las pasiones y para casi todas las acciones como valentía (entre temeridad y cobardía), generosidad (entre avaricia y derroche). El término medio es relativo a cada persona. Hay acciones que no admiten término medio (homicidio, adulterio, envidia)

Hombre prudente” hace referencia a aquel que puede discernir cuál es el término medio de una determina acción.


Aristóteles (384–322 a.C.), fue hijo del médico del rey de Macedonia, nacíó en Estagira y se trasladó a Atenas con 18 años para ingresar en la Academia de Platón, donde estudió filosofía durante 20 años.
En el año 342 a.C. Ingresó en la corte de Macedonia como tutor de Alejandro Magno (y en el 335 a.C. Volvíó a Atenas, donde fundó su escuela: el Liceo. El enfoque de su pensamiento se desplaza hacia el Naturalismo o el Empirismo (conocemos a través de los sentidos, nuestra mente es una “tábula rasa”). Sus discípulos se llamaron “peripátéticos”, esta denominación puede derivarse de la costumbre de Aristóteles de caminar (peripatein) mientras hablaba, o del peripatos (paseo cubierto) del Liceo, la zona de jardines que se encontraba a las afueras de Atenas donde él enseñaba.
Finalmente, después de la muerte de su discípulo (323 a.C.), los atenienses lo acusaron de impiedad (como sucedíó con Sócrates), por lo que huyó de Atenas. Fallecíó al año siguiente.
Con relación a las obras aristotélicas se pueden distinguir DOS TIPOS: Las primeras fueron obras exotéricas. Las escribíó para que fuesen entendidas por los de fuera de la escuela (exo = fuera), eran similares a los diálogos de Platón. Las segundas tienen forma de tratado, son obras esotéricas (eso = adentro). Debido a los cambios de la historia, se han perdido las primeras y de los tratados solo conservamos sus apuntes de clase, que los fue modificando parcial, pero constantemente, a lo largo de toda su vida. Sus contenidos conllevan cierta dificultad porque la redacción no se dirigía a los profanos, sino que le servían para apoyar sus explicaciones cuando daba clases paseando. Asimismo, sabemos que las obras de Aristóteles fueron prácticamente olvidadas. Sin embargo, Andrónico de Rodas, en el siglo I a.C., las edita con un orden sistemático y unitario. Por esta razón siempre se ha leído a Aristóteles como un escritor sistemático e, incluso, invariante en sus tesis.
Será a principios del Siglo XX cuando W. Jaeger (filólogo especialista en Aristóteles), se dé cuenta de una evolución en la filosofía de Aristóteles que coincidiría, a grandes rasgos, con las tres principales etapas por las que había pasado en su vida, a saber:
1. Etapa de La Academia: Escribe las primeras obras, que no se alejarían demasiado de las principales tesis del platonismo.
2. Etapa de viajes: Rompe definitivamente con Platón y creará sus grandes teorías metafísicas sobre la causalidad y la sustancia. Comenzará su interés hacia aquello que cambia o se mueve, como algo esencial de la “physys”. No obstante, mantiene de Platón el interés por el conocimiento científico, pero este se desplaza al análisis del cambio, frente a lo eterno e inmutable que defendía Platón.
3. Etapa del Liceo: Se preocupa por cuestiones biológicas y por la ética y la política. El texto que vamos a comentar se corresponde con esta etapa.

Finalmente, el “corpus” filosófico de Aristóteles se compone de distintas ramas que se pueden resumir de la siguiente manera:
Inaugura la LÓGICA, que utiliza como método o herramienta para conocer y argumentar. En la rama METAFÍSICA (recordemos que este término no fue usado por Aristóteles) reflexiona sobre la naturaleza 1

del ser, que proviene de una forma originaria que es la sustancia y que, a su vez, puede variar debido a los accidentes.
También elabora la teoría hilemórfica y establece la distinción entre acto y potencia. En su investigación acerca la FÍSICA, analiza el principio del cambio o del movimiento y establece la teoría de las cuatro causas y del primer motor inmóvil.
Por otra parte, con su concepción ANTROPOLÓGICA, rompe con el dualismo platónico, ya que aborda la uníón cuerpo y alma como algo sustancial. Asimismo, elabora una ética teleológica cuyo objetivo o finalidad es la FELICIDAD y la ”ARETÉ” (virtud).
Por último, culmina su pensamiento con una teoría POLÍTICA que considera al ser humano como un animal social.

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