Accioma de la comunicacion


Comunicación «digital» y «analógica»

Lenguaje

A) Digital:


 el que se transmite a través de símbolos lingüísticos o escritos, y será el vehículo del contenido de la comunicación.

B) Analógico:

 vendrá determinado por la conducta no verbal (gestos, simbologias, etc) y será el vehículo de la relación.

Sus funciones son transmitir información. Definir la relación entre los comunicantes, lo que implica una información sobre la comunicación, es decir, una «metacomunicación». Esta comunicación servirá para definir la relación cuando la comunicación haya sido confusa o ambivalente.


En la comunicación humana es posible referirse a los objetos de dos maneras totalmente distintas. Se los puede representar por un símil, tal como un dibujo, o bien mediante un nombre. Estos dos tipos de comunicación, uno mediante una semejanza autoexplicativa y, el otro, mediante una palabra, son equivalentes a los conceptos analógicos y digitales.


En la comunicación digital, la palabra es una convención semántica del lenguaje; no existe correlación entre la palabra y la cosa que representa, con la posible excepción de las palabras onomatopéyicas. Como señalan Bateson y Jackson: «No hay nada» parecido a cinco en el número cinco; no hay nada particularmente «similar a mesa» en la palabra mesa. Por otro lado, en la comunicación analógica hay algo particularmente «similar a la cosa» en lo que se utiliza para expresarla.


La comunicación analógica tiene sus raíces en períodos mucho más arcaicos la evolución y, por tanto, encierra una validez mucho más general que el modo digital de la comunicación verbal, relativamente reciente y mucho más abstracto.


La comunicación analógica coincidiría con la comunicación no verbal, entendiendo por comunicación no verbal: los movimientos corporales (kinesia)
, la postura, los gestos, la expresión facial, el ritmo, la cadencia de las palabras, el silencio y los indicadores comunicacionales que aparecen en el contexto.


El ser humano se comunica de manera digital y analógica. De hecho, la mayoría de los logros civilizados resultarían impensables sin el desarrollo de un lenguaje digital. Ello asume particular importancia en lo que se refiere a compartir información acerca de los objetos. Sin embargo, existe un vasto campo donde se utiliza en forma casi exclusiva la comunicación analógica, se trata del área de la relación. Así pues, el aspecto relativo al «nivel de contenido en la comunicación» se transmite en forma digital, mientras que el «nivel relativo a la relación» es de naturaleza predominantemente analógica.


En su necesidad de combinar estos dos lenguajes, el hombre, sea como receptor o como emisor, debe traducir constantemente de uno al otro. En la comunicación humana la dificultad inherente a traducir existe en ambos sentidos. No sólo sucede que la traducción del modo digital al analógico implica una gran pérdida de información, sino que lo opuesto también resulta sumamente difícil: hablar acerca de una relación requiere una traducción adecuada del modo analógico de comunicación al modo digital.


Al emisor no sólo le resulta difícil verbalizar sus propias comunicaciones analógicas, sino que, si surge una controversia interpersonal se va a la chucha en cuanto al significado de una comunicación analógica particular, es probable que cualquiera de los dos participantes introduzca en el proceso de traducción al modo digital, la clase de digitalización que concuerde con su imagen de la naturaleza de la relación. El hecho de traer un regalo, por ejemplo, constituye sin duda una comunicación analógica. Pero según la «visión» que tenga de su relación con el dador, el receptor puede entenderlo como una demostración de afecto, un soborno o una restitución.


La psicoterapia se ocupa sin duda de la digitalización correcta y correctivo de lo analógico; de hecho, el éxito o el fracaso de una interpretación depende de la capacidad del terapeuta para traducir un modo al otro y de la disposición del paciente para cambiar su propia digitalización por otra más adecuada y menos angustiante.


En la comunicación patológica se observa incongruencias entre lo digital y lo analógico. Una persona puede estar diciendo (digital) «No estoy enfadado», y sin embargo, su tono de voz, su expresión facial y sus gestos expresan auténtica agresividad (analógico).


[editar]Interacción simétrica y complementaria/asimétrica


Todas las relaciones pueden agruparse en dos categorías: asimétricas/complementarias o simétricas. En el primer caso, la conducta de uno de los participantes complementa la del otro; en el segundo caso, los participantes tienden a igualar especialmente su conducta recíproca. Son relaciones basadas en la diferencia (complementarias), o en la igualdad (simétricas).


En una relación complementaria o asimétrica hay dos posiciones distintas. Un participante ocupa lo que se ha descrito de diversas maneras como la posición superior o primaria mientras el otro ocupa la posición correspondiente inferior o secundaria. Estos términos son de igual utilidad en tanto no se los identifique con «bueno» o «malo», «fuerte» o «débil». Una relación complementaria puede estar establecida por el contexto social o cultural (como en los casos de madre e hijo, médico y paciente, maestro y alumno), o ser el estilo idiosincrásico de relación de una díada particular. En cualquiera de los dos casos, es importante destacar el carácter de mutuo encaje de la relación en la que ambas conductas, disímiles pero interrelacionadas, tienden cada una a favorecer a la otra. Ninguno de los participantes impone al otro una relación complementaria, sino que cada uno de ellos se comporta de una manera que presupone la conducta del otro, al mismo tiempo que ofrece motivos para ella: sus definiciones de la relación encajan.


Las relaciones complementarias patológicas, el psicoanálisis las denomina relaciones «sadomasoquistas» y las entiende como una ligazón entre dos individuos cuyas respectivas formaciones caracterológicas alteradas se complementan. Oros autores emplean distintos conceptos: Lidz: «sesgo marital»; Scheflen: «horrenda pareja»; Laing: «connivencia». En tales relaciones se observan un sentimiento progresivo de frustración y desesperanza en los dos participantes o en uno de ellos. Estos individuos fuera de sus hogares (o en ausencia de sus parejas) son capaces de funcionar en forma perfectamente satisfactoria y que, cuando se los entrevista individualmente, pueden dar la impresión de estar bien adaptados. Éste cuadro a menudo cambia dramáticamente cuando se los observa en compañía de su «complemento»: entonces se hace evidente la patología de la relación.


En una relación simétrica no existen dos posiciones ya que está basada en la igualdad. La relación simétrica puede estar definida por el contexto social, como por ejemplo, la relación entre hermanos, entre amigos, entre marido y mujer, etc. También puede ser el estilo propio de una díada particular. En la relación simétrica existe el peligro de la competencia o rivalidad. Cuando se pierde la estabilidad en una relación simétrica, se produce una «escapada» de uno de los miembros; el otro intentará equilibrar la relación, produciéndose, a partir de aquí, el fenómeno conocido como «escalada simétrica».


[editar]Factores


Los conceptos de complementariedad/asimetría y simetría se refieren simplemente a dos categorías básicas en las que se puede dividir a todos los intercambios comunicacionales. Ambas cumplen funciones importantes y, por lo que se sabe por las relaciones sanas, cabe llegar a la conclusión de que ambas deben estar presentes, aunque en alternancia mutua o actuando en distintas áreas. Ello significa que cada patrón puede estabilizar al otro siempre que se produzca una escapada en uno de ellos; así mismo, es posible y necesario que los dos participantes se relacionen simétricamente en algunas áreas y de manera complementaria en otras. Los factores o elementos que intervienen en la comunicación son, más o menos, los siguientes:

La fuente es el fenómeno que origina la información. Se encuentra aún sin codificar para ser transmitida en el mensaje.
Por ejemplo, las temperaturas (para el caso de un parte meteorológico).El emisor es el elemento que toma y elabora la información, según un código determinado, para transmitir un mensaje. El hombre del tiempo, por ejemplo.El código es el conjunto de signos y de reglas de combinación de los mismos que sirve para transmitir una información o fuente según un sistema simbólico comprensible o descifrable para el emisor y el receptor. Por ejemplo, el sistema de medición de temperaturas que se adopte en un parte meteorológico: centígrado, escala Réaumur, Fahrenheit, etc., o el idioma que se utiliza en un parte meteorológico: el español, el inglés, etc.El mensaje es la información que se originó en la fuente, pero ya elaborada, y configurada mediante el código: el parte meteorológico tal como sale emitido.La fuente emitida es la intensidad de la transmisión una vez sale del emisor, la cual llega y se recoge por el receptor, por lo general con menor intensidad y con algún grado de distorsión en comparación de la señal emitida.El canal es el medio físico a través del cual se transmite el mensaje: sistema nervioso, aire, cobre, agua, celular, carta, etc.El ruido es todo elemento, físico o psíquico, que provoca una pérdida o distorsión en el contenido o forma del mensaje: opacidad del canal, debilidad de la señal, distancia, fatiga del emisor, mala comprensión o posesión del código, ambigüedad, sordera, distracción, locura, prejuicios, etc.La redundancia es la repetición recurrente de informaciones que se realiza en el mensaje a fin de que las alteraciones, distorsiones y pérdidas de información que provoca el ruido no provoquen una fuga de información relevante.El contexto es el conocimiento de una serie de circunstancias lingüísticas (mensajes previos al mensaje, conocimientos de presuposiciones y datos necesarios para la intelección del mensaje) que ha de tener el mensaje para poder ser entendido cabalmente.La situación es el marco físico, temporal y espacial, de naturaleza extralingüística, en que se desarrolla el proceso comunicativo, y que a veces es esencial para poder interpretar correctamente un mensaje.El perceptor es aquello a que va destinado el mensaje, pero que no tiene que ser necesariamente el elemento que lo descifre.El receptor es quien recibe y descifra el mensaje codificado por el emisor usando el mismo código con que fue cifrado si la transmisión es ideal, es decir, es el que decodifica el mensaje.

A) Digital:

 el que se transmite a través de símbolos lingüísticos o escritos, y será el vehículo del contenido de la comunicación.

B) Analógico:

 vendrá determinado por la conducta no verbal (gestos, simbologias, etc) y será el vehículo de la relación.

Sus funciones son transmitir información. Definir la relación entre los comunicantes, lo que implica una información sobre la comunicación, es decir, una «metacomunicación». Esta comunicación servirá para definir la relación cuando la comunicación haya sido confusa o ambivalente.


En la comunicación humana es posible referirse a los objetos de dos maneras totalmente distintas. Se los puede representar por un símil, tal como un dibujo, o bien mediante un nombre. Estos dos tipos de comunicación, uno mediante una semejanza autoexplicativa y, el otro, mediante una palabra, son equivalentes a los conceptos analógicos y digitales.


En la comunicación digital, la palabra es una convención semántica del lenguaje; no existe correlación entre la palabra y la cosa que representa, con la posible excepción de las palabras onomatopéyicas. Como señalan Bateson y Jackson: «No hay nada» parecido a cinco en el número cinco; no hay nada particularmente «similar a mesa» en la palabra mesa. Por otro lado, en la comunicación analógica hay algo particularmente «similar a la cosa» en lo que se utiliza para expresarla.


La comunicación analógica tiene sus raíces en períodos mucho más arcaicos la evolución y, por tanto, encierra una validez mucho más general que el modo digital de la comunicación verbal, relativamente reciente y mucho más abstracto.


La comunicación analógica coincidiría con la comunicación no verbal, entendiendo por comunicación no verbal: los movimientos corporales (kinesia)
, la postura, los gestos, la expresión facial, el ritmo, la cadencia de las palabras, el silencio y los indicadores comunicacionales que aparecen en el contexto.


El ser humano se comunica de manera digital y analógica. De hecho, la mayoría de los logros civilizados resultarían impensables sin el desarrollo de un lenguaje digital. Ello asume particular importancia en lo que se refiere a compartir información acerca de los objetos. Sin embargo, existe un vasto campo donde se utiliza en forma casi exclusiva la comunicación analógica, se trata del área de la relación. Así pues, el aspecto relativo al «nivel de contenido en la comunicación» se transmite en forma digital, mientras que el «nivel relativo a la relación» es de naturaleza predominantemente analógica.


En su necesidad de combinar estos dos lenguajes, el hombre, sea como receptor o como emisor, debe traducir constantemente de uno al otro. En la comunicación humana la dificultad inherente a traducir existe en ambos sentidos. No sólo sucede que la traducción del modo digital al analógico implica una gran pérdida de información, sino que lo opuesto también resulta sumamente difícil: hablar acerca de una relación requiere una traducción adecuada del modo analógico de comunicación al modo digital.


Al emisor no sólo le resulta difícil verbalizar sus propias comunicaciones analógicas, sino que, si surge una controversia interpersonal se va a la chucha en cuanto al significado de una comunicación analógica particular, es probable que cualquiera de los dos participantes introduzca en el proceso de traducción al modo digital, la clase de digitalización que concuerde con su imagen de la naturaleza de la relación. El hecho de traer un regalo, por ejemplo, constituye sin duda una comunicación analógica. Pero según la «visión» que tenga de su relación con el dador, el receptor puede entenderlo como una demostración de afecto, un soborno o una restitución.


La psicoterapia se ocupa sin duda de la digitalización correcta y correctivo de lo analógico; de hecho, el éxito o el fracaso de una interpretación depende de la capacidad del terapeuta para traducir un modo al otro y de la disposición del paciente para cambiar su propia digitalización por otra más adecuada y menos angustiante.


En la comunicación patológica se observa incongruencias entre lo digital y lo analógico. Una persona puede estar diciendo (digital) «No estoy enfadado», y sin embargo, su tono de voz, su expresión facial y sus gestos expresan auténtica agresividad (analógico).


[editar]Interacción simétrica y complementaria/asimétrica


Todas las relaciones pueden agruparse en dos categorías: asimétricas/complementarias o simétricas. En el primer caso, la conducta de uno de los participantes complementa la del otro; en el segundo caso, los participantes tienden a igualar especialmente su conducta recíproca. Son relaciones basadas en la diferencia (complementarias), o en la igualdad (simétricas).


En una relación complementaria o asimétrica hay dos posiciones distintas. Un participante ocupa lo que se ha descrito de diversas maneras como la posición superior o primaria mientras el otro ocupa la posición correspondiente inferior o secundaria. Estos términos son de igual utilidad en tanto no se los identifique con «bueno» o «malo», «fuerte» o «débil». Una relación complementaria puede estar establecida por el contexto social o cultural (como en los casos de madre e hijo, médico y paciente, maestro y alumno), o ser el estilo idiosincrásico de relación de una díada particular. En cualquiera de los dos casos, es importante destacar el carácter de mutuo encaje de la relación en la que ambas conductas, disímiles pero interrelacionadas, tienden cada una a favorecer a la otra. Ninguno de los participantes impone al otro una relación complementaria, sino que cada uno de ellos se comporta de una manera que presupone la conducta del otro, al mismo tiempo que ofrece motivos para ella: sus definiciones de la relación encajan.


Las relaciones complementarias patológicas, el psicoanálisis las denomina relaciones «sadomasoquistas» y las entiende como una ligazón entre dos individuos cuyas respectivas formaciones caracterológicas alteradas se complementan. Oros autores emplean distintos conceptos: Lidz: «sesgo marital»; Scheflen: «horrenda pareja»; Laing: «connivencia». En tales relaciones se observan un sentimiento progresivo de frustración y desesperanza en los dos participantes o en uno de ellos. Estos individuos fuera de sus hogares (o en ausencia de sus parejas) son capaces de funcionar en forma perfectamente satisfactoria y que, cuando se los entrevista individualmente, pueden dar la impresión de estar bien adaptados. Éste cuadro a menudo cambia dramáticamente cuando se los observa en compañía de su «complemento»: entonces se hace evidente la patología de la relación.


En una relación simétrica no existen dos posiciones ya que está basada en la igualdad. La relación simétrica puede estar definida por el contexto social, como por ejemplo, la relación entre hermanos, entre amigos, entre marido y mujer, etc. También puede ser el estilo propio de una díada particular. En la relación simétrica existe el peligro de la competencia o rivalidad. Cuando se pierde la estabilidad en una relación simétrica, se produce una «escapada» de uno de los miembros; el otro intentará equilibrar la relación, produciéndose, a partir de aquí, el fenómeno conocido como «escalada simétrica».


[editar]Factores


Los conceptos de complementariedad/asimetría y simetría se refieren simplemente a dos categorías básicas en las que se puede dividir a todos los intercambios comunicacionales. Ambas cumplen funciones importantes y, por lo que se sabe por las relaciones sanas, cabe llegar a la conclusión de que ambas deben estar presentes, aunque en alternancia mutua o actuando en distintas áreas. Ello significa que cada patrón puede estabilizar al otro siempre que se produzca una escapada en uno de ellos; así mismo, es posible y necesario que los dos participantes se relacionen simétricamente en algunas áreas y de manera complementaria en otras. Los factores o elementos que intervienen en la comunicación son, más o menos, los siguientes:

La fuente es el fenómeno que origina la información. Se encuentra aún sin codificar para ser transmitida en el mensaje. Por ejemplo, las temperaturas (para el caso de un parte meteorológico).El emisor es el elemento que toma y elabora la información, según un código determinado, para transmitir un mensaje. El hombre del tiempo, por ejemplo.El código es el conjunto de signos y de reglas de combinación de los mismos que sirve para transmitir una información o fuente según un sistema simbólico comprensible o descifrable para el emisor y el receptor. Por ejemplo, el sistema de medición de temperaturas que se adopte en un parte meteorológico: centígrado, escala Réaumur, Fahrenheit, etc., o el idioma que se utiliza en un parte meteorológico: el español, el inglés, etc.El mensaje es la información que se originó en la fuente, pero ya elaborada, y configurada mediante el código: el parte meteorológico tal como sale emitido.La fuente emitida es la intensidad de la transmisión una vez sale del emisor, la cual llega y se recoge por el receptor, por lo general con menor intensidad y con algún grado de distorsión en comparación de la señal emitida.El canal es el medio físico a través del cual se transmite el mensaje: sistema nervioso, aire, cobre, agua, celular, carta, etc.El ruido es todo elemento, físico o psíquico, que provoca una pérdida o distorsión en el contenido o forma del mensaje: opacidad del canal, debilidad de la señal, distancia, fatiga del emisor, mala comprensión o posesión del código, ambigüedad, sordera, distracción, locura, prejuicios, etc.La redundancia es la repetición recurrente de informaciones que se realiza en el mensaje a fin de que las alteraciones, distorsiones y pérdidas de información que provoca el ruido no provoquen una fuga de información relevante.El contexto es el conocimiento de una serie de circunstancias lingüísticas (mensajes previos al mensaje, conocimientos de presuposiciones y datos necesarios para la intelección del mensaje) que ha de tener el mensaje para poder ser entendido cabalmente.La situación es el marco físico, temporal y espacial, de naturaleza extralingüística, en que se desarrolla el proceso comunicativo, y que a veces es esencial para poder interpretar correctamente un mensaje.El perceptor es aquello a que va destinado el mensaje, pero que no tiene que ser necesariamente el elemento que lo descifre.El receptor es quien recibe y descifra el mensaje codificado por el emisor usando el mismo código con que fue cifrado si la transmisión es ideal, es decir, es el que decodifica el mensaje.βΓAb.

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