Agresiones sexuales en criminología


8. AGRESIONES SEXUALES CONTRA MUJERES: MODELO DE MARSHALL Y BARBAREE

Marshall y Barbaree (1989) presentan un modelo comprehensivo que trata de ser útil especialmente en los casos de violación y de abusos deshonestos a niños, y que recoge los siguientes aspectos:

1.Los aspectos biológicos


En nuestra constitución biológica existen dos elementos que tienen relevancia para comprender la agresión sexual:
– El primero radica en la semejanza de los mediadores neuronales y hormonales responsables de la conducta sexual y de la agresiva, los varones tendrán que enfrentarse a la difícil tarea de aprender a inhibir la agresión dentro del contexto sexual, especialmente durante el período de la pubertad  – El segundo hecho biológico relevante es la relativa inespecificidad del impulso sexual innato, que nos obliga a aprender a seleccionar las parejas sexuales apropiadas para cada edad.

2.El fracaso de la inhibición


Estos controles inhibidores son más bien débiles, como se demuestra por las claves situacionales que tienden a asociarse con la agresión sexual (embriaguez, el sentirse enojado, etc). Para los autores existe una serie de factores que explican el menor aprendizaje inhibitorio de los violadores: pobres modelos educativos paternos, disciplina severa e inconsistente, padres agresivos y alcohólicos, abuso físico y sexual sufrido en la niñez…Como resultado de esas experiencias no desarrollan una gran preocupación por las necesidades y derechos de los demás, son egocéntricos y a causa del aislamiento en que se introducen con respecto a los no iguales, contarían con notables déficit sociales. Esto explicaría la incapacidad en establecer relaciones adecuadas a su edad.  

3.Las actitudes socio-culturales

Los estudios transculturales indican que las sociedades facilitadoras de la violencia y de las actitudes negativas hacia las mujeres tienen las tasas más altas de violación. Varios estudios evidenciaron la vinculación existente entre estas actitudes y el sostenimiento de los llamados “mitos” de la violación (en los que se contempla a la mujer “pidiendo” ser violada y disfrutando con ello). 

4.La pornografía

La exposición a la pornografía desinhibe la actividad conducente a la violación, y aunque no todos los delincuentes sexuales la emplean para instigar sus agresiones, es muy probable que los jóvenes que han padecido una socialización deficiente tengan una menor resistencia a sus efectos, especialmente si consideramos que uno de los mensajes más importantes transmitidos por los “guiones” es el de otorgar un cierto sentido de poder y de dominio sobre mujeres débiles y deseosas. 

5.Circunstancias próximas

Los varones deficientemente equipados fracasarán a la hora de construir inhibiciones sólidas contra la agresión sexual, lo que no quiere decir que ésta sea inevitable; se precisan determinadas circunstancias, como la intoxicación etílica, una reacción de cólera , el sostenimiento prolongado de una situación de estrés o una activación sexual previa. 

6.Distorsiones cognitivas

Son ciertas formas de construir la realidad que ayudan a superar los controles internos de la agresión sexual. Todo aquello que sirva para racionalizar el asalto es, sin duda, un elemento facilitador del mismo. Ejemplo el violador de mujeres percibirá a su víctima como deseosa del encuentro íntimo.

7.Las circunstancias oportunas

Se refieren a la disponibilidad de una mujer o un niño para victimizar, sin que haya riesgos evidentes de detección o castigo.  Según estos autores, una vez que se ha producido el primer ataque, los siguientes delitos se cometerán con más facilidad, así como se va operando un proceso de desensibilización.

9. CONSECUENCIAS PSICOLÓGICAS DE LAS AGRESIONES SEXUALES

Las agresiones sexuales con vividas por las víctimas como un atentado no contra su sexo, sino principalmente contra su integridad física y psicológica.

Las principales consecuencias psicológicas de las agresiones sexuales son:

A corto plazo son habituales: – Quejas físicas- Alteraciones del apetito- Trastornos del sueño y pesadillas- Desánimo, ansiedad y miedo generalizado- Tendencia al aislamiento

Todo ello conlleva a una conducta global desorganizada y una dificultad para retomar la vida cotidiana.

A medio plazo son habituales:- Depresión -Pérdida de autoestima- Dificultades en la relación social- Disfunciones sexuales- Temores diversos- Estrés postraumático

La víctima es capaz de retomar su vida habitual, pero con limitaciones.

A largo plazo son habituales:- Irritabilidad- Desconfianza- Alerta excesiva- Embotamiento afectivo- Disfunciones sexuales- Disminución de la capacidad para disfrutar de la vida.

La evolución de la víctima con el transcurso del tiempo no sigue siempre el mismo proceso. La intensidad de los síntomas a los pocos días de la agresión permite predecir la gravedad del problema a largo plazo.

Sentimientos de culpa


Estos aparecen con frecuencia en víctimas de agresiones sexuales. La culpa puede estar referida a la conducta de la víctima antes de la agresión, durante la agresión y, después de la agresión. A veces la culpabilidad es inducida socialmente, con reproches a la víctima por su conducta provocadora, o cuanto menos imprudente. Estos sentimientos serán mayores cuando el agresor es una persona conocida.

Victimización secundaria

Esta victimización deriva de la relación establecida entre la víctima y el sistema jurídico-penal posterior a la agresión sexual. El maltrato institucional contribuye a agravar el daño psicológico de la víctima. La victimización secundaria se produce por:

– Declaraciones repetidas- Exploraciones psicológicas o médicas reiteradas- Falta de delicadeza en las preguntas formuladas- Tardanza del juicio- Declaración en público- Presencia próxima del presunto agresor- Críticas al estilo de vida de la víctima o puesta en tela de juicio su testimonio.

Una actuación judicial eficiente resulta fundamental para el restablecimiento del equilibrio psicológico de las víctimas.

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