La Alemania Nazi
En noviembre de 1918, tras la abdicación del emperador Guillermo II y mientras continuaban los combates de la Primera Guerra Mundial, el Partido Socialdemócrata (SPD) proclamó la república en Berlín y su líder, Ebert, fue nombrado canciller. La joven república tuvo que hacer frente de inmediato a la firma del armisticio con los Aliados, a los intentos insurreccionales de la izquierda radical y de la derecha nacionalista, y a los graves problemas económicos y políticos de la posguerra. Tras un breve periodo de estabilización, la Gran Depresión de 1929-1932 produjo un golpe devastador para la democracia en Alemania e impulsó al nazismo al poder.
La República de Weimar
En 1919, la nueva república tuvo que hacer frente a la insurrección de los espartaquistas, partidarios de seguir el ejemplo bolchevique e instaurar una república socialista. Los socialdemócratas aplastaron la revuelta con violencia y sus líderes fueron asesinados. En medio de esta crisis, se celebraron elecciones en la ciudad de Weimar. El socialdemócrata Ebert fue elegido presidente de la república.
Causas de la Mala Situación Alemana
- La primera decisión del nuevo gobierno fue la firma del humillante Tratado de Versalles, que por la dureza de sus términos se convirtió en una pesada carga para la república.
- La república vivió una situación de grave inestabilidad económica.
- Gran malestar social y político, y una creciente desconfianza de la población hacia el nuevo sistema republicano.
- La radicalización política y el descontento con la democracia.
Los Comienzos del Nazismo
En 1920, Hitler dirigió un comité que elaboró el programa del Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes. Ese año se formó la SA, una organización paramilitar que pronto ejerció la violencia contra sus adversarios. Pero las ideas centrales del programa fueron dos:
- Por un lado, la necesidad de establecer una dictadura nacionalista fuerte capaz de preservar la pureza racial y eliminar a los enemigos de Alemania: los demócratas, marxistas y los judíos.
- Aspiraba a unir a todos los alemanes en una Gran Alemania, dotada de un «espacio vital» que asegurase el desarrollo de la raza aria.
Hitler, elegido líder del partido, impuso una estructura elitista y jerarquizada, en la que el Führer constituyese el soporte central de la organización. En 1923, Hitler y su pequeño partido prepararon un golpe de Estado conocido como el Putsch de Múnich, que fracasó estrepitosamente. Hitler fue encarcelado. Tras su salida de prisión, Hitler refundó el partido y utilizó eficazmente la profunda corriente antisemita y anticomunista existente en Alemania y la gran impopularidad del Tratado de Versalles. Decidió aceptar el juego parlamentario y utilizó con gran eficacia todos los métodos de propaganda, los mítines, las marchas, los uniformes y la instrucción militar como medio para alcanzar el poder.
La Crisis de la República y el Ascenso del Nazismo
La Gran Depresión de 1929 fue un golpe devastador para la democracia en Alemania e impulsó al nazismo al poder. Los partidos de la coalición de Weimar perdieron prestigio y apoyo social, pues muchos pensaban que eran incapaces de hacer frente a la crisis. Por el contrario, los nazis ampliaron sus bases. En las elecciones de 1930, el NSDAP se convirtió en el segundo partido más importante del Reichstag. Los acontecimientos favorecieron a Hitler por las rivalidades entre los políticos de derechas.
La Dictadura Nazi y el Nacimiento del Tercer Reich
En marzo de 1933 se celebraron las elecciones. El nuevo parlamento aprobó una ley que otorgaba al canciller plenos poderes durante cuatro años para promulgar leyes sin consultar al Reichstag. Hitler se había convertido, de hecho, en dictador. Utilizó esa ley para eliminar a los restantes partidos políticos, excepto el NSDAP. Alemania se convirtió en una dictadura de partido único. Hitler se dedicó a construir el nuevo Estado. Para ello, necesitaba eliminar a los elementos radicales de la SA. En 1934, durante la Noche de los Cuchillos Largos, Hitler ordenó el asesinato del jefe de la SA, Röhm, y de sus principales dirigentes, así como de destacados opositores. La SS y la Gestapo, dirigidas por Himmler, se convirtieron en garantes de la política del Tercer Reich.
Racismo y Antisemitismo
Uno de los objetivos prioritarios del Estado nazi fue asegurar la cohesión social, sustituyendo la división en clases sociales por la unidad y la supremacía racial. Para ello, consideraban necesario suprimir todas las «impurezas» que no se ajustaban al estereotipo ario, ya fuese por su origen étnico, por incapacidad física o mental, o por alguna anomalía social. Se introdujo un programa de eutanasia por el cual unas 12 000 personas fueron asesinadas, principalmente enfermos mentales y personas con graves taras físicas o enfermedades crónicas e incurables. El grupo de víctimas más amplio fue la comunidad judía. Las medidas nazis contra los judíos atravesaron por tres fases:
- Se les expolió de sus bienes. Se promulgaron las Leyes de Núremberg, que excluían a los judíos de la ciudadanía alemana y prohibían los matrimonios mixtos.
- Durante la Noche de los Cristales Rotos, tiendas y sinagogas judías fueron saqueadas y destruidas por las SA y las SS. Miles de judíos alemanes y austriacos fueron detenidos y encerrados en campos de concentración.
- El punto culminante se alcanzó a partir de 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, cuando Hitler ordenó la «Solución Final», es decir, el programa de eliminación total de la población judía de Europa, que se llevó a cabo a través de una inmensa red de campos de trabajo y exterminio.