La filosofía crítica de Kant
Kant no está de acuerdo con el racionalismo, porque este confía en la razón para conocer la realidad, ni con el empirismo, porque limita el conocimiento humano a lo dado en la experiencia sensible. Kant rechaza tanto el dogmatismo racionalista como el escepticismo empirista. Inicialmente racionalista, la lectura de Hume le hizo ver que la metafísica racionalista no podía demostrar sus afirmaciones, despertándole de su «sueño dogmático». Tampoco acepta el empirismo radical de Hume, que hacía imposible que la física fuese un conocimiento seguro. Para evitar ambos extremos, Kant lleva a cabo un análisis crítico de la razón, de sus capacidades y límites, tanto en su uso teórico como práctico. Esta crítica de la razón es una autocrítica, porque la razón es a la vez sujeto y objeto de la crítica. El proyecto kantiano consiste en someter a juicio a la razón para responder a las grandes preguntas de la filosofía:
- ¿Qué puedo saber?
- ¿Qué debo hacer?
- ¿Qué me cabe esperar?
Estas preguntas corresponden a tres intereses de la razón humana. Y como la razón es la esencia del hombre, responderlas equivale a responder ¿qué es el hombre?
La ciencia y sus juicios
Según Kant, un conocimiento puede ser considerado ciencia si es necesario y universal (válido siempre y en todos los casos), y extensivo (amplía nuestro conocimiento sobre el mundo). Toda ciencia se compone de juicios. Un juicio es una proposición que afirma o niega un predicado de un sujeto.
Tipos de juicios:
- Juicios analíticos a priori: Analíticos (el predicado está contenido en el sujeto) y a priori (independientes de la experiencia). No aumentan nuestro conocimiento, pero son universales y necesarios.
- Juicios sintéticos a posteriori: Sintéticos (el predicado no está contenido en el sujeto) y a posteriori (derivan de la experiencia). Aumentan nuestro conocimiento, pero no son universales ni necesarios.
- Juicios sintéticos a priori: Sintéticos (aumentan nuestro conocimiento) y a priori (tienen validez universal y necesaria).
Kant modifica la distinción de Hume entre relaciones de ideas y cuestiones de hecho, e introduce los juicios sintéticos a priori. Sostiene que las matemáticas y la física son ciencias porque están compuestas por juicios sintéticos a priori, y que la metafísica nunca podrá ser una ciencia porque no consta de este tipo de juicios.
Dialéctica trascendental
Estudia la función de la razón en el conocimiento y muestra la imposibilidad de los juicios a priori en metafísica. La razón enlaza juicios mediante silogismos, buscando juicios cada vez más generales. La búsqueda de los principios últimos para comprender la realidad es la búsqueda de lo incondicionado. Kant llama ideas trascendentales a estas unidades incondicionadas:
- Alma: Unifica los fenómenos de la experiencia interna (psiquismo).
- Mundo: Unifica los fenómenos de la experiencia externa.
- Dios: Unifica los fenómenos de la experiencia interna y externa en una única causa. Dios es la condición incondicionada de la existencia del alma y del mundo.
Estas tres ideas son el objeto de estudio de la metafísica racionalista, que se divide en tres disciplinas: psicología (alma), cosmología (mundo) y teología racional (Dios). Las ideas trascendentales son conceptos vacíos. Como no hay conocimiento válido (ciencia) sin experiencia, la metafísica no puede ser una ciencia. Es una ilusión trascendental, que surge de la tendencia a lo incondicionado de la razón humana. Tienen un uso regulativo: señalan los límites del conocimiento e impulsan al ser humano a seguir buscando saber.
El imperativo categórico
La ley moral es el imperativo categórico, presente en nuestra razón. Es un imperativo o mandato, y es categórico porque ordena de manera incondicional. No aporta contenido, solo señala la forma a priori a la que debe amoldarse nuestra acción. Kant da tres formulaciones del imperativo categórico:
- Formulación de la ley universal: Obra como si la máxima de tu acción tuviera que ser la máxima universal.
- Formulación del fin en sí mismo: Los seres humanos tienen dignidad, no precio. El fundamento de la dignidad humana es la autonomía.
- Formulación de la autonomía de la voluntad: “Obra de tal manera que la voluntad pueda considerarse a sí misma, mediante su máxima, como legisladora universal”. En el reino de los fines, las personas son legisladoras de la ley moral.