Análisis de la filosofía de Nietzsche: Voluntad de Poder y Transvaloración de los Valores


1. Diferencias entre la Concepción Apolínea y Dionisíaca de la Vida

La concepción apolínea ve el mundo como una totalidad ordenada, luminosa y racional. El sentido del mundo se describe racionalmente mediante conceptos precisos, argumentaciones rigurosas, y también a través de metáforas y recursos estéticos. Estos recursos permiten refinar la sensibilidad para comprender intuitivamente la realidad y transmitirla mediante la sugerencia, la belleza y el símbolo. Esta concepción, representada por Apolo, simboliza la armonía, la individualización, el equilibrio, la medida y la forma. Aunque tradicionalmente se considera que toda la cultura griega era apolínea, Nietzsche la sitúa a partir de Sócrates. Esta concepción comprende la moral de esclavos, un nihilismo pasivo y una transvaloración falsificadora. Se interpreta con la ciencia y la filosofía, y se comprende con el concepto.

La concepción dionisíaca, típica del mundo griego pre-filosófico, representa el “Espíritu de la Tierra”. Basada en Dionisio, dios de la vida vegetal y el vino, representa la dimensión oscura, instintiva, irracional y biológica de la existencia. Esta concepción se caracteriza por el exceso, la embriaguez, la música, la pasión, el terror, el caos, la disolución de la individualidad y la irracionalidad. Comprende la moral de señores, un nihilismo activo, la voluntad de poder y el superhombre. Se interpreta con el arte y se comprende con la intuición, reflejando la unidad primordial del todo.

2. La Voluntad de Poder y la Voluntad como Facultad Psicológica

Nietzsche no identifica la voluntad de poder con la voluntad como facultad psicológica. La voluntad, comúnmente entendida, es la capacidad de querer, la fuerza interna que dirige nuestra conducta hacia fines conscientes. Nietzsche desconfía de esta concepción, considerándola una herramienta de la moral tradicional para introducir la culpa y el pecado. La voluntad de poder no se descubre por introspección, sino que es una fuerza primordial, presente en todo lo inorgánico, orgánico y psicológico, que tiende a su autoafirmación. No es voluntad de existir, sino de ser más. La voluntad psicológica, en cambio, es una simplificación de un juego complejo de instintos y pulsiones, cuyo resultado percibimos conscientemente.

3. El Rechazo de los Valores Morales

Nietzsche no rechaza completamente la moralidad. Su objetivo es liberarnos de valores opresivos y abrirnos a nuevas posibilidades de vida. Busca una reevaluación de los valores establecidos hacia una moralidad auténtica, basada en la individualidad, la voluntad de poder y la afirmación de la vida. Considera las normas morales como imposiciones culturales y sociales que limitan la expresión individual.

4. Elementos de Decadencia en la Cultura Occidental

Nietzsche considera la cultura occidental decadente desde Sócrates, por ser la antítesis de lo dionisíaco. La cultura occidental, desde su inicio, se caracteriza por ser racional y dogmática, oponiéndose a la vida y los instintos. El triunfo de lo apolíneo sobre lo dionisíaco y la llegada del platonismo marcan el inicio de la decadencia. Otros elementos incluyen el estatismo, la separación entre ser real y aparente, el resentimiento, la influencia de la religión, la idea de pecado y los valores morales universales.

5. El Cristianismo como “Platonismo para el Pueblo”

El cristianismo comparte con el platonismo la incapacidad de aceptar todas las dimensiones de la existencia y la búsqueda de consuelo fuera de este mundo. Ambos presentan una escisión entre el mundo verdadero (espiritual) y el mundo aparente (corporal). El cristianismo traduce la filosofía platónica a un lenguaje accesible para todos.

6. La Relación entre la Muerte de Dios y el Superhombre

La “muerte de Dios” permite vivir sin lo absoluto. El superhombre surge al prescindir de la creencia en Dios; la muerte de Dios es la condición para su aparición.

7. El Lenguaje y la Expresión de la Realidad

Nietzsche cuestiona la capacidad del lenguaje para expresar objetivamente la esencia de la realidad. Considera el lenguaje una construcción humana subjetiva, influenciada por fuerzas culturales y sociales, que no puede captar la totalidad de la experiencia. Aboga por un nuevo lenguaje, basado en la metáfora, para crear significado e interpretar la realidad.

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