Análisis de la novela hispanoamericana de vanguardia


Enfoques tradicionales anteriores al vanguardismo

  • Romanticismo: (Primera mitad del siglo XIX) Ve la realidad con sensibilidad y nos la entrega idealizada y sentimental, compartiendo el estado anímico del hombre.
  • Realismo: (Últimas décadas del siglo XIX) Ve la realidad con los sentidos y la lleva a la novela con la meticulosidad de una fotografía.
  • Naturalismo: (Fines del siglo XIX) Ve la realidad con la misma técnica que el realismo, pero fotografía en ella la parte morbosa, enfermiza y desviada.
  • Modernismo: (Primeros años del siglo XX) Evade la realidad concreta y próxima y, gracias a la fantasía creadora, se refugia en lo soñado y exótico.
  • Nativismo: (Primeras décadas del siglo XX) Con un lenguaje modernista y una técnica realista, se fija en el paisaje o naturaleza americana circundante, pero la ofrece como simple escenario para la acción de los personajes en la novela.
  • Regionalismo: (Primeros 20 años del siglo XX) Se ve la realidad circundante, nativista, pero no pasiva, no como simple escenario de la acción, la ve activa; casi como un verdadero personaje participando en la trama (telurismo).

Realismo mágico

Entra en una nueva visión de la realidad, es anticipo de la verdadera novela de vanguardia e, incluso, se podría decir que es ya verdadera vanguardia en la narrativa.

El realismo mágico se razona así:

  • No es solo realidad lo que dan los sentidos (ser visto).
  • También es realidad el misterio primitivo que las cosas guardan (ser adivinado).
  • Para captar lo real físico, bastan los sentidos.
  • Para captar lo que está más allá de la realidad tosca, la “ultra realidad”, hace falta la imaginación.

Elementos de la novela de vanguardia

El autor

El narrador vanguardista permite que el relato sea narrado desde varios puntos de vista:

  • Desde el que está fuera de la obra.
  • Desde uno, dos o tres personajes.

Y siempre con la técnica de simultaneidad, esto se traduce en una fuerte complejidad en el relato.

El lector

En la novela vanguardista debe trabajar si quiere disfrutar, es el mismo autor quien lo quiere activo, asociado a su obra, convertido en el coautor. Hace falta su esfuerzo para componer el espacio, el tiempo, las secuencias, pues la técnica de simultaneidad todo lo rompe, los fragmenta y lo superpone.

El tema

El narrador vanguardista huye de lo regional y prefiere los temas que saben a enunciado de un problema más amplio, nacional o internacional. Es una temática ciertamente variada, pero con la preferencia por aquellos que expresan la angustia existencial del hombre, ser que se debate entre el absurdo y la esperanza.

La trama

La novela vanguardista todo lo alborota, la lógica del relato queda cortada una y otra vez sin previo aviso, incluso sin saber el porqué. Muchas veces no existe ni la intriga, pues únicamente se trata de retazos de la vida de sus personajes. Cuando existe, se presenta como un caos, pues así es la vida donde no hay necesariamente un final desastroso o feliz.

El lenguaje

Aunque varía notablemente según la escuela vanguardista, puede afirmarse que en general es crudo y hasta grosero; con las palabras tal como se cocinan en el personaje sin pasarlas por el filtro de la urbanidad o las normas de un lenguaje culto.

El personaje

En la novela vanguardista el autor hace esfuerzos titánicos para dejar que cada personaje se mueva en el relato en forma autóctona, que fluya en cada uno la personalidad como fluye en la vida real, son personajes liberados.

El tiempo

Siempre se ha entendido la novela como dinamismo, movimiento y viaje, se despliega de la geografía, otras hacia el interior de los personajes, pero el antes, el ahora y el después no falta nunca. El tiempo es un ingrediente esencial del relato.

El ambiente

En la novela vanguardista el ambiente pierde importancia, se utiliza en sus líneas fundamentales y es un simple escenario para la acción del hombre.

Antecedentes de la novela hispanoamericana

  • Durante la colonia: La narrativa se esconde al fenómeno general de la literatura, está profundamente sellada con un sello europeo y especialmente español.
  • Después de la independencia: La narrativa se suelta lentamente de la europea y, rompiendo lazos culturales, se le nota una marcada y consciente aspiración a ser ella misma. Se inspira en lo inmediato.
  • Durante el modernismo: La narrativa se vuelca en la problemática americana, es una narrativa de evocación, denuncia social y preocupación reformista.
  • A partir de la segunda mitad del siglo XX: La narrativa, además de inspirarse en temas sociales americanos, se la ve afanosa por buscar formas originales de expresión, ya no es solo el contenido, busca ser americana hasta en el lenguaje y en la técnica narrativa, no se contenta con ser narrativa de constatación o de preocupación social, sino que va hacia la originalidad creadora.

Rasgos de las 3 promociones de la novela de vanguardia y los principales novelistas

Primera promoción

Se mantienen los temas de la tierra y sus problemas como el generador anterior, pero, en lo que se refiere a la estructura o forma de la novela, aprovechan las conquistas vanguardistas de la narrativa europea. M.A. Asturias (Guatemala), Alejo Carpentier (Cuba), Luis Morechal (Argentina).

Segunda promoción

Se abandonan los temas de la tierra y tienen un objetivo bien definido: lograr en la novela una nueva estructura, así se acaba con la forma tradicional del novelar. Juan C. Onetti (Uruguay), Ernesto Sabato (Argentina), Miguel Otero Silva (Venezuela), José M. Arguedas (Peruano), José Lezama (Cuba), Julio Cortázar (Belga-Argentino).

Tercera promoción

Son los escritores que tratan de hacer una síntesis de la primera y la segunda promoción: formas experimentales y temáticas del país. La temática no es la paisajista o la social o política, sino la mitológica y la época prehispánica india. Carlos Fuentes (México), Mario Vargas Llosa (Perú), Gabriel García Márquez (Colombia), Guillermo Cabrera Infante (Cuba).

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