Análisis de la poesía española del siglo XX
Jorge Guillén
Cántico refleja el goce por la vida, un canto a la creación y a un mundo bien hecho. En este mundo, fuerzas positivas (naturaleza, amor, ciclos vitales) y negativas (dolor, azar, tiempo, muerte) conviven en constante conflicto. El hombre busca armonizar estas fuerzas.
Clamor muestra una evolución hacia el pesimismo. Tras la guerra, la vida ya no se ve con optimismo.
Su lenguaje es condensado y preciso, con sintaxis simple y estilo exclamativo e interrogativo que resalta las sensaciones vitales. La métrica es variada, incluyendo el endecasílabo libre y la estrofa de cuatro versos con rima asonante.
Gerardo Diego
La poesía de Gerardo Diego se caracteriza por su variedad temática y formal. Los temas son diversos (amor, paisaje, toros, religión, música) y las formas de expresión infinitas, combinando vanguardia y tradición.
Sus obras más interesantes pertenecen a la «Poesía absoluta», incluyendo sus libros más vanguardistas: Imagen y Manual de espumas. Imagen inicia su etapa cubista, buscando incrementar el valor connotativo de las palabras, musicalidad y disposición tipográfica. Manual de espumas continúa el cubismo, superponiendo planos a través de la yuxtaposición, como distintos aspectos de una misma realidad. Las palabras funcionan como colores o formas de un cuadro, priorizando la distribución sobre la interpretación.
Vicente Aleixandre
Para Aleixandre, la poesía es comunicación entre la Naturaleza y el hombre. Su estilo, influenciado por el surrealismo, utiliza símbolos, imágenes y metáforas complejas. La métrica es libre e irregular.
Sus obras más importantes son: Espadas como labios, La destrucción o el amor y Sombra del Paraíso.
Dámaso Alonso
Dámaso Alonso cree que el mundo no está bien hecho, contrastando con la visión de Jorge Guillén en Cántico. Sus angustias lo llevan a buscar respuestas y consuelo en Dios. Su obra refleja la lucha entre la aceptación de un alma perecedera o eterna.
Oscura noticia y Hijos de la ira recogen estas angustias. En Oscura noticia, se enfrenta a los problemas y misterios del hombre, iniciando su compleja relación con Dios. Hijos de la ira es una autobiografía espiritual, una confesión del desamparo del poeta.
A pesar de su preocupación religiosa, no es un místico, siempre consciente de la realidad. Su relación con Dios tiene como intermediario al mundo, ahondando en los misterios de la existencia desde la realidad concreta.
Rafael Alberti, Federico García Lorca y Luis Cernuda
Rafael Alberti
En Alberti, los temas políticos son evidentes, pero la Naturaleza, especialmente el elemento marino como símbolo de su añorada infancia, es crucial.
Marinero en tierra es un canto nostálgico a su infancia junto al mar, influenciado por la lírica tradicional y popular.
Sobre los ángeles muestra una evolución hacia el vanguardismo, con un carácter surrealista.
Poeta en la calle, escrito tras la Guerra Civil, refleja su ideología republicana.
Federico García Lorca
Lorca representa la Generación del 27, combinando la poesía popular y las vanguardias.
Cancionero y Poema del Cante Jondo reflejan la influencia de Andalucía, con poemas sencillos y ritmos marcados por estribillos y repeticiones.
Romancero Gitano combina rasgos populares y vanguardistas.
Poeta en Nueva York muestra su inmersión en la vanguardia, donde la ciudad, símbolo del progreso, se convierte en la responsable de la destrucción de los valores humanos.
Luis Cernuda
Su obra, La Realidad y el Deseo, expresa el enfrentamiento entre sus deseos y la realidad que se lo impide, resultando en frustración. El amor frustrado y los problemas sociales derivados de la Guerra Civil son temas recurrentes. Cernuda no toma partido, viendo a todos como víctimas y culpables.
En Un río, un amor, explora la imposibilidad de satisfacer los impulsos amorosos y la desolación ante los engaños. Se revela contra un mundo que niega el amor.
En Los placeres prohibidos, la experiencia del amor se mezcla con soledad y vacío espiritual. Proclama la condición solitaria y libre de quien elige el amor prohibido, una rebelión que exalta el amor, el placer y el deseo.
En Donde habite el olvido, el amor es una experiencia amarga, dejando solo el recuerdo del olvido.