Análisis de los artículos de la organización nacional en la constitución de 1931


El día 13 de Septiembre de 1923 el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, mandó ocupar los servicios telefónicos de Barcelona y leyó un comunicado ante los periodistas dando un Golpe de Estado. Para gobernar formaría un Directorio Militar compuesto por generales. Ante esto, el rey muestra una pasividad inicial. Se trataría de la culminación de su tendencia favorable hacia la participación de los militares en la política.
La dictadura se convierte en la solución autoritaria ante la quiebra del sistema político de la Restauración. Las causas de dicha crisis son: la crisis del sistema político incapaz de renovarse desde dentro, la fuerte inestabilidad social desde la crisis de 1917 y el fracaso de la política en Marruecos.
El Golpe de Estado triunfa porque contó con apoyos importantes como Alfonso XIII, el ejército y el empresariado. Además, el golpe triunfa ante la pasividad del movimiento obrero; la única oposición activa fue la de los comunistas en Bilbao.
La Dictadura que implantó no se parecíó al nuevo movimiento político (fascismo), ya que Primo de Rivera no era una figura con el carisma de Mussolini. La Dictadura suspendíó la Constitución de 1876, aunque no la derogó. Los objetivos del régimen se pueden ilustrar con la frase: “menos política y más administración”. La dictadura pervivíó seis años gracias a una serie de éxitos como el mantenimiento del orden público y la resolución de la guerra de Marruecos, además de que se dio en un contexto económico internacional de expansión económica después de la crisis postbélica de la que España se benefició.
La Dictadura implantó el estado de guerra durante casi dos años y se produjo una dura política de represión; los anarquistas se llevaron la peor parte en esta represión ya que fueron condenados y su organización fue desarticulada.
El final del conflicto no se debíó ni a la iniciativa de España ni al error del rifeño Abd-el-Krim, que decidíó atacar a los franceses. Este hecho provocó una acción militar conjunta hispano-francesa con un desembarco en Alhucemas. El rifeño tuvo que rendirse, y la guerra terminó dos años después, lo que fue un gran éxito de Primo de Rivera.
Primo de Rivera pretendíó una reforma administrativa que acabase con el caciquismo. La aprobación del Estatuto Municipal en 1924 inició la formación de una administración adicta y centralizada; aun así, el caciquismo siguió existiendo. Mancomunitat de Catalunya desparecíó con el Estatuto Provincial de 1925, potenciando el nacionalismo radical y separatista.
A finales de 1925 Primo de Rivera se decide por renovar el régimen dictatorial mediante la sustitución del Directorio Militar por otro Civil. Por eso, necesitaba transformar la dictadura en un sistema institucional estable. Las bases de este sistema fueron: la creación de un partido propio (Uníón Patriótica), una nueva cámara (Asamblea Nacional Consultiva) y un nuevo proyecto de Constitución en 1929. 
Lo que caracteriza al nuevo período económico es la amplitud de las medidas: asignación de grandes cantidades de dinero público para la subvención de empresas con problemas económicos, la creación de la Compañía Telefónica Nacional de España, y la Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos (CAMPSA) y la puesta en marcha de un ambicioso programa de obras públicas. El objetivo era la creación de un capitalismo nacional financiado por el Estado.
Se creó la Organización Corporativa Nacional; su base eran los comités paritarios de cada oficio que tenían como objetivo resolver pacíficamente los conflictos mediante la negociación.
La Dictadura tuvo que afrontar numerosas críticas y una creciente oposición de los intelectuales, los políticos de viejos partidos, los universitarios que se pusieron de huelga en 1929, unidos en la FUE (Federación Universitaria Escolar), … Además, en 1928 comienzan a sentirse síntomas de crisis económica. El 28 de Enero de 1930 presentó la dimisión del rey. Alfonso XIII decidíó restablecer el sistema constitucional pero los gobiernos de Dámaso y Aznar no salvaron la Monarquía. Al margen del sistema, los partidos políticos de la oposición firmaron el Pacto de San Sebastián, pero la monarquía no cayó por esto, sino por el resultado de las urnas. Se convocaron elecciones municipales y generales que no llegaron a celebrarse las segundas porque en las primeras, celebradas el 12 de Abril de 1931, los monárquicos fueron derrotados. El 14 de Abril de 1931 se proclamaba la Segunda República.
El día 13 de Septiembre de 1923 el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, mandó ocupar los servicios telefónicos de Barcelona y leyó un comunicado ante los periodistas dando un Golpe de Estado. Para gobernar formaría un Directorio Militar compuesto por generales. Ante esto, el rey muestra una pasividad inicial. Se trataría de la culminación de su tendencia favorable hacia la participación de los militares en la política.
La dictadura se convierte en la solución autoritaria ante la quiebra del sistema político de la Restauración. Las causas de dicha crisis son: la crisis del sistema político incapaz de renovarse desde dentro, la fuerte inestabilidad social desde la crisis de 1917 y el fracaso de la política en Marruecos.
El Golpe de Estado triunfa porque contó con apoyos importantes como Alfonso XIII, el ejército y el empresariado. Además, el golpe triunfa ante la pasividad del movimiento obrero; la única oposición activa fue la de los comunistas en Bilbao.
La Dictadura que implantó no se parecíó al nuevo movimiento político (fascismo), ya que Primo de Rivera no era una figura con el carisma de Mussolini. La Dictadura suspendíó la Constitución de 1876, aunque no la derogó. Los objetivos del régimen se pueden ilustrar con la frase: “menos política y más administración”. La dictadura pervivíó seis años gracias a una serie de éxitos como el mantenimiento del orden público y la resolución de la guerra de Marruecos, además de que se dio en un contexto económico internacional de expansión económica después de la crisis postbélica de la que España se benefició.
La Dictadura implantó el estado de guerra durante casi dos años y se produjo una dura política de represión; los anarquistas se llevaron la peor parte en esta represión ya que fueron condenados y su organización fue desarticulada.
El final del conflicto no se debíó ni a la iniciativa de España ni al error del rifeño Abd-el-Krim, que decidíó atacar a los franceses. Este hecho provocó una acción militar conjunta hispano-francesa con un desembarco en Alhucemas. El rifeño tuvo que rendirse, y la guerra terminó dos años después, lo que fue un gran éxito de Primo de Rivera.
Primo de Rivera pretendíó una reforma administrativa que acabase con el caciquismo. La aprobación del Estatuto Municipal en 1924 inició la formación de una administración adicta y centralizada; aun así, el caciquismo siguió existiendo. Mancomunitat de Catalunya desparecíó con el Estatuto Provincial de 1925, potenciando el nacionalismo radical y separatista.
A finales de 1925 Primo de Rivera se decide por renovar el régimen dictatorial mediante la sustitución del Directorio Militar por otro Civil. Por eso, necesitaba transformar la dictadura en un sistema institucional estable. Las bases de este sistema fueron: la creación de un partido propio (Uníón Patriótica), una nueva cámara (Asamblea Nacional Consultiva) y un nuevo proyecto de Constitución en 1929. 
Lo que caracteriza al nuevo período económico es la amplitud de las medidas: asignación de grandes cantidades de dinero público para la subvención de empresas con problemas económicos, la creación de la Compañía Telefónica Nacional de España, y la Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos (CAMPSA) y la puesta en marcha de un ambicioso programa de obras públicas. El objetivo era la creación de un capitalismo nacional financiado por el Estado.
Se creó la Organización Corporativa Nacional; su base eran los comités paritarios de cada oficio que tenían como objetivo resolver pacíficamente los conflictos mediante la negociación.
La Dictadura tuvo que afrontar numerosas críticas y una creciente oposición de los intelectuales, los políticos de viejos partidos, los universitarios que se pusieron de huelga en 1929, unidos en la FUE (Federación Universitaria Escolar), … Además, en 1928 comienzan a sentirse síntomas de crisis económica. El 28 de Enero de 1930 presentó la dimisión del rey. Alfonso XIII decidíó restablecer el sistema constitucional pero los gobiernos de Dámaso y Aznar no salvaron la Monarquía. Al margen del sistema, los partidos políticos de la oposición firmaron el Pacto de San Sebastián, pero la monarquía no cayó por esto, sino por el resultado de las urnas. Se convocaron elecciones municipales y generales que no llegaron a celebrarse las segundas porque en las primeras, celebradas el 12 de Abril de 1931, los monárquicos fueron derrotados. El 14 de Abril de 1931 se proclamaba la Segunda República.

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