Esteban Trueba: El Patriarca Conservador
Esteban Trueba, el único personaje masculino presente a lo largo de la novela, representa el poder político y la clase adinerada. Es un hombre fuerte, pero también irascible y violento. A pesar de su ideología conservadora, se enamora apasionadamente de Rosa del Valle y luego de su hermana Clara. Sin embargo, su incapacidad para comprenderlas las distancia de él.
Las Mujeres de la Familia Trueba-del Valle: El Eje del Drama
El verdadero protagonismo de la historia recae sobre los personajes femeninos de tres generaciones de la familia Trueba-del Valle: Clara, Blanca y Alba. Sus nombres guardan una relación semántica, simbolizando la luz, la pureza y lo paranormal. Estas mujeres luchan por la liberación femenina y socavan el régimen familiar machista.
Clara del Valle: Es la protagonista esencial de la novela. Posee habilidades sobrenaturales y escribe cuadernos donde registra los acontecimientos a su alrededor.
Blanca: Hija de Clara y Esteban, rompe con las barreras sociales y se enamora de Pedro Tercero. Su sensibilidad artística se manifiesta en la creación de figuras de barro.
Alba: Nieta de Clara, nace con poderes innatos y se cría en la casa de la esquina. Es la figura femenina más trágica, violada y torturada bajo la dictadura.
Los Hijos de Clara y Esteban: Jaime y Nicolás
Jaime: Médico dedicado a los pobres, no comparte la violencia pero es víctima de ella.
Nicolás: Extrovertido y curioso por lo espiritual, desaparece de la historia tras ser expulsado por su padre.
La Familia García: Las Clases Desfavorecidas
Pedro Tercero: Sindicalista y héroe de los trabajadores oprimidos, mantiene una relación con Blanca y es el padre de Alba.
Pancha García: Campesina violada por Trueba, representa a los campesinos oprimidos.
Esteban García: Nieta de Pancha y nieto no reconocido de Trueba, busca venganza por la violación de su abuela.
Personajes Basados en Figuras Reales
Pedro Tercero: Víctor Jara
Candidato: Salvador Allende
Poeta: Pablo Neruda
Conclusión
Los personajes de «La Casa de los Espíritus» no solo participan en la acción, sino que también tienen una función simbólica como arquetipos de distintos roles sociales. La perspectiva feminocéntrica de la novela destaca la lucha de las mujeres por la liberación y el socavamiento del patriarcado.