Comentario de texto
Immanuel Kant, nacido en Königsberg, Prusia, fue uno de los filósofos más influyentes de la Ilustración y de los mayores pensadores de la filosofía occidental. Fue conocido por sintetizar las corrientes racionalistas y empiristas de la filosofía bajo un nuevo enfoque conocido como “El giro copernicano”, donde se abarcó la epistemología, la ética, la metafísica, la estética y la política. Sus contribuciones más destacadas incluyen su Crítica de la razón pura, donde examina los límites del conocimiento humano y su ética deontológica basada en el imperativo categórico.
El ensayo “¿Qué es la Ilustración?” refleja su preocupación por la autonomía individual y el uso libre de la razón, temas relacionados con la independencia de las personas que se adhieren a la minoría de edad.
En este texto se argumenta sobre cómo la Ilustración implica el abandono de la “minoría de edad”, es decir, la dependencia del individuo en la guía del otro para el uso de su entendimiento. Esto hace alusión a la autonomía intelectual y moral, basándose en que las personas deberían tener el valor para pensar por sí mismas. Además, por otra parte, Kant interpreta la pereza y la cobardía como obstáculos para el desarrollo de la madurez moral e intelectual: “pereza y cobardía son las causas merced a las cuales tantos hombres continúan siendo con gusto menores de edad toda su vida”. Esta frase apela a que muchos individuos eligen permanecer en una situación de dependencia intelectual debido a la facilidad que esta conlleva en lugar de asumir un juicio propio. Por último, Kant critica el papel de los tutores y la sociedad en perpetuar esta minoría de edad, pues en lugar de fomentar la autonomía y el pensamiento crítico a menudo se desalienta a través de normas, reglas y prejuicios: “Reglamentos y fórmulas, instrumentos mecánicos en un uso racional – o más bien de abuso – de sus dotes naturales, constituyen los grilletes de una permanente minoría de edad”.
Las ideas presentadas en el texto de Kant “¿Qué es la Ilustración?” se relacionan estrechamente con otras ideas más generales de su filosofía y el movimiento en sí. El filósofo enfatiza la autonomía moral, la cual implica la capacidad de las personas para actuar según su propia razón y no ejercer bajo la dependencia en otro. Esto se refleja en base a abandonar la minoría de edad y servirse de un conocimiento propio que conlleve decisiones autónomas basadas en el razonamiento individual. Por su parte, la Ilustración se basa en criticar la autoridad y la tradición, Kant continúa esta línea cuestionando el papel de los tutores y de la sociedad en sí en perpetuar la minoría de edad, buscando que las personas establezcan su camino de forma individual hacia el pensamiento, desafiando normas y prejuicios. No obstante, la Ilustración promovió el uso de la razón y el pensamiento crítico como herramientas para el progreso humano y la emancipación. Esto se alinea con la confianza en la capacidad humana de pensar por sí mismos empleando la razón.
Disertación
En el ámbito de la ética, el imperativo categórico de Kant emerge como un principio fundamental que guía nuestras acciones morales. Su claridad y universalidad ofrecen una perspectiva única sobre cómo debemos comportarnos éticamente en cualquier situación. A través de su análisis y aplicación podemos explorar más profundamente su relevancia y su impacto en la vida cotidiana.
Kant propone que nuestras acciones deben regirse por principios que puedan ser universalizados. Esto significa que debemos actuar de acuerdo con reglas que serían aceptables si fueran aplicadas por todas las personas en todas las situaciones. Por ejemplo, mentir sería moralmente incorrecto, pues si todos mintiéramos, la confianza en la comunicación fallaría.
Un aspecto central del imperativo es tratar a las personas como fines en sí mismos, en lugar de simplemente como medios para llegar a nuestros objetivos. Esto implica reconocer y respetar la dignidad de cada individuo, independientemente de sus características o circunstancias, por tanto, las acciones que violan la autonomía o dignidad de otros serían moralmente condenables según el imperativo categórico. Al enfrentarnos a dilemas éticos en la vida cotidiana, el imperativo puede servir como una guía útil para determinar la moralidad de nuestras acciones, al preguntarnos si estamos dispuestos a universalizar nuestra acción y si estamos tratando a los demás como fines en sí mismos, podemos evaluar la ética de nuestras decisiones de manera más rigurosa y reflexiva.
CONCEPTOS
Giro copernicano
Copérnico estableció que para que existiese el movimiento, el sol debía estar en el medio y los objetos celestiales, la materia, debía estar alrededor de él. Kant compara su filosofía con la revolución copernicana para aplicar un cambio en la concepción del conocimiento, el sujeto era pasivo, y recibía información del exterior. Kant propone invertir esta teoría estableciendo que el conocimiento comienza con el individuo, que organiza y da significado a las sensaciones que recibe, el sujeto contribuye activamente al proceso de conocer. Se ordenan las sensaciones mediante el espacio y el tiempo, creando fenómenos. Por ello, las cosas deben adecuarse a nuestras facultades cognitivas y a las condiciones formales a priori. Por ejemplo, determinar a priori si un triángulo cumple con las propiedades geométricas debido a la estructura de nuestras mentes.
Imperativo
El “imperativo categórico” de Kant es una regla básica de su ética. Según él, nuestras acciones deben basarse en principios que todos podrían seguir, no solo en lo que queremos o en lo que esperamos que pase. Este imperativo nos dice que actuemos de tal manera que nos gustaría que todo el mundo actuara igual en situaciones similares. En resumen, debemos seguir principios que sean aplicables a todos, respetando así la dignidad de todas las personas. Para Kant, ser moral significa hacer nuestro deber y respetar las reglas morales, y el imperativo categórico nos ayuda a decidir si nuestras acciones son correctas. Es como una guía universal para comportarnos bien, que va más allá de nuestras diferencias personales y las situaciones específicas.
Libertad
Kant habla sobre la libertad desde dos ángulos: moral y político. Moralmente, dice que ser libre significa seguir un conjunto de reglas universales que vienen de nuestra razón. En otras palabras, ser libre es hacer lo que sabemos que está bien. Políticamente, dice que todos deberíamos tener el derecho de tomar decisiones por nosotros mismos, y que las leyes deben venir de la gente misma para ser justas para todos. Kant también dice que es importante tener leyes que protejan nuestra libertad y nos impidan ser usados por otros. Él piensa que un tipo de gobierno llamado “república” es el mejor porque respeta nuestra dignidad y se ajusta a cómo somos como seres humanos racionales.