Anatomía y Localización de los Trastornos de la Médula Espinal: Tractos, Fibras y Control Autonómico


Anatomía y Localización de los Trastornos de la Médula Espinal: Tractos, Fibras y Control Autonómico

Tractos de la Médula Espinal

Axones que median las modalidades sensoriales de la propiocepción, vibración y discriminación táctil: Estas grandes fibras mielinizadas pasan a través del cuerno dorsal para entrar en la columna dorsal ipsilateral.

Cuerno ventral: Los núcleos motores de la médula espinal están contenidos dentro del cuerno ventral, que también contiene interneuronas que median información de otros tractos descendentes de los sistemas motores piramidales y extrapiramidales. Estos, en última instancia, hacen sinapsis en las neuronas motoras alfa y gamma, que posteriormente dejan el cuerno ventral a través de la raíz del nervio ventral para terminar en la unión neuromuscular.

Tractos de la materia blanca: Los principales tractos de importancia de la sustancia blanca en la evaluación de la enfermedad de la médula espinal incluyen:

  • Columnas dorsales o posteriores (fascículo grácil y fascículo cuneiforme): Contienen información sensorial con respecto a la posición de la articulación y la vibración. Están organizados anatómicamente de forma que las secciones cervicales se localizan más lateralmente y los segmentos sacros más medialmente. Estos caminos se cruzan en la médula; por lo tanto, en la médula espinal, estos tractos contienen representación sensorial ipsilateral.
  • Tractos espinotalámicos anteriores y laterales: Contienen información sensorial sobre el dolor, la temperatura y el tacto. Estos axones se han cruzado en la comisura ventral y, por lo tanto, contienen representación sensorial contralateral. Este tracto está somatotópicamente organizado con entradas cervicales localizadas más medialmente y entradas sacras más lateralmente.
  • Tractos corticoespinales: Contienen las neuronas motoras superiores que se originan en M1 de la corteza motora primaria. Estos axones hacen sinapsis directa o indirectamente en las células del cuerno anterior, y como tal tienen sitios distintos de origen anatómico dentro de M1. Un solo axón corticomotoneuronal hace sinapsis con muchas células del cuerno anterior de su propia piscina de neuronas motoras y también con las de agonistas y antagonistas, lo que permite la coordinación de movimientos altamente cualificados.

Tracto corticoespinal lateral: Contiene la mayoría (80 a 85 por ciento) de estas fibras, las cuales han sido previamente decusadas (cruzadas) en la unión cervicomedular y, por tanto, aportan a la musculatura ipsilateral. Las fibras están somatotópicamente organizadas dentro del tracto, de modo que las fibras destinadas al control motor de las extremidades superiores están más medialmente, mientras que las fibras que controlan la extremidad inferior se encuentran más lateralmente. El tracto corticoespinal anterior contiene fibras no decusadas, algunas de las cuales posteriormente se cruzan a nivel espinal a través de la comisura anterior.

Otros tractos descendentes incluyen:

  • Tracto tectoespinal: Se origina en el colículo superior y media los movimientos posturales reflejos de la cabeza en respuesta a la entrada visual y/o acústica.
  • Vía rubroespinal: Se origina en la subdivisión magnocelular del núcleo rojo, marcadamente desarrollado en reptiles, aves y otros mamíferos inferiores, pero es mucho menos evidente en los primates, en los que hay conexiones directas con motoneuronas que inervan los músculos de la muñeca.
  • Tractos vestibuloespinales: Surgen de los núcleos vestibulares y facilitan los reflejos de la médula espinal y el tono muscular para mantener la postura.
  • Conexiones reticuloespinales: Son ampliamente asumidas como responsables de los movimientos gruesos coordinados principalmente de los músculos proximales, mientras que el tracto corticoespinal media los movimientos finos, particularmente de la mano. Sin embargo, el sistema reticuloespinal puede formar una vía paralela a los músculos distales, junto al tracto corticoespinal. Como resultado, las neuronas reticuloespinales pueden influir en la actividad muscular de las extremidades superiores después de daño al sistema corticoespinal, como puede ocurrir en el accidente cerebrovascular.

Otros tractos ascendentes incluyen:

  • Tractos espinocerebelosos dorsal y ventral: Llevan insumos que median la propiocepción inconsciente directamente al cerebelo.
  • Tracto espinorreticular: Transmite dolor profundo a la formación reticular del tronco encefálico.

Fibras Autonómicas

Las fibras autonómicas de origen hipotalámico y del tronco cerebral descienden en la cara lateral de la médula espinal, pero no en un tracto bien definido. Estas hacen sinapsis con cuerpos celulares en las columnas intermediolaterales de la materia gris central de la médula espinal. Las fibras simpáticas salen entre T1 y L2, y las fibras parasimpáticas salen entre S2 y S4.

Neuronas simpáticas: Se encuentran en el cuerno lateral de la materia gris central en los niveles espinales T1-L3. Las fibras preganglionares salen por la raíz ventral, el nervio espinal y la rama ventral para alcanzar el ganglio paravertebral. Muchas hacen sinapsis en el ganglio paravertebral, otras pasan a través de él para terminar en neuronas posganglionares (por ejemplo, celíaco, mesentérico superior y ganglio mesentérico inferior) más cerca de su órgano final.

Neuronas parasimpáticas: Se originan en la médula sacra y salen de la médula espinal con otros eferentes a la rama ventral. Después de dejar la rama ventral, pueden unirse posteriormente con los nervios simpáticos para alcanzar las vísceras. Estas fibras preganglionares luego hacen sinapsis con una red difusa de células ganglionares terminales que afectan a los órganos de la pelvis.

Disfunción autonómica: Es un determinante importante del sitio, extensión y gravedad de la patología de la médula espinal. Muchas funciones autonómicas pueden verse afectadas por la patología de la médula espinal, pero para la evaluación clínica, los síntomas más útiles se refieren al control de la vejiga.

Control autonómico de la vejiga: Es principalmente parasimpático y no se ve afectado por una lesión aislada de las fibras simpáticas. El control voluntario de la vejiga está bajo control somatomotor, mediado por fibras motoras procedentes de las células del cuerno anterior a los niveles S2-S4.

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