EPÍGRAFE 4.1. ANTONIO MACHADO
Antonio Machado pasó su infancia en Sevilla, había nacido en 1875, pronto se traslada a Madrid y estudia en la Institución de Libre Enseñanza. En 1899 viajó con su hermano a París. En 1902, en su segundo viaje a la capital francesa, traba amistad con Rubén Darío y con los escritores modernistas. En 1907 obtuvo la cátedra de francés en el instituto de Soria, donde conoce a Leonor Izquierdo, con quien se casa en 1909. Tres años más tarde la muerte de su mujer lo sume en una tristeza que se reflejará en su obra poética. Se trasladó a Baeza, desde 1912 hasta 1919 que regresa a Castilla. En 1927 fue elegido miembro de la RAE y conoció a Pilar Valderrama, la famosa Giomar de sus poemas amorosos. Defensor de la República, cuando estalló la Guerra Civil se exilió a Francia en enero de 1939. Murió en febrero de ese mismo año. SU POESÍA Varias obsesiones se repiten en su obra: el paso del tiempo, la nostalgia por la niñez y la juventud perdida, falta de amor, y la correspondencia emocional entre los elementos del paisaje y su estado de ánimo. En cuanto a la religiosidad, se entiende en Machado como una preocupación constante y profunda por el origen, destino y paradero final del ser humano, y por el problema de Dios (siempre buscando a Dios entre la niebla) Se pueden distinguir dos etapas. La primera (hasta 1907), de formación, bajo el influjo de Rubén Darío, representada por Soledades (1903), ampliada en Soledades, Galerías y otros poemas (1907) muestra la poeta de la soledad, de la melancolía. Inicia así su trayectoria poética en la estética modernista. El tono es intimista y destacan el empleo de símbolos y el constante diálogo entre el poeta consigo mismo y con el paisaje. La influencia modernista se observa en la versificación, pero también hay formas más sencillas como la silva. En 1907 reelabora Soledades añadiendo cuarenta poemas nuevos y suprimiendo los elementos más externos del modernismo, bajo el título de Soledades, Galerías y otros poemas. Son poemas de gran flujo modernista. El poeta expresa sus estados de ánimo a través del paisaje en una perfecta simbiosis alma-naturaleza. La segunda etapa (1907-1919), de madurez, está representada por Campos de Castilla (1912). Sus 56 poemas son muy heterogéneos y prestan una mayor atención al paisaje y a los temas político-sociales, por eso es la obra en la que más se acerca a las preocupaciones noventayochistas: Castilla se convierte en símbolo de España, y Machado expresa su profunda preocupación patriótica con sus meditaciones sobre las tierras y los hombres de España. Los poemas son evocaciones del paisaje real castellano. Machado proyecta sus sentimientos sobre aquellas tierras y acentúa lo que sugiera soledad, fugacidad o muerte. Su amor a Castilla no excluye una actitud crítica frente a la realidad histórica del país al que se ve empobrecido, despoblado y sin cultura. Incluye elogios dedicados a los hombres que admira, poemas de paisaje, evocaciones de Soria o de su esposa muerta, descriptivos. También Proverbios y cantares y el extenso romance La tierra de Alvargonzález. La tercera (1919-1939), más reflexiva, aún en su libro Nuevas canciones (1924), predomina la preocupación filosófica. Lo más característico es el centenar de Proverbios y cantares nuevos. Sus últimas producciones líricas son: Canciones a Giomar; De in cancionero apócrifo; y Poesías de Guerra.
CARACTERÍSTICAS: Empleo de símbolos: la tarde, los sueños, el agua, el río, el mar… En general, suelen relacionarse con la temporalidad, el recuerdo, la melancolía y el ansia de transcendencia. Técnica impresionista: Machado ofrece una mirada del poeta que capta impresiones, momentos fugaces. Antirretoricismo: parco en el empleo de la metáfora. Utiliza el símil, la personificación y las enumeraciones. Métrica y recursos expresivos: variedad de metros y estrofas. También fue un gran prosista en su Juan de Mairena, donde habla de cuestiones estéticas, políticas o religiosas.
4.2 JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
Juan Ramón Jiménez nació en 1881 en Moguer (Huelva). La muerte de su padre le produjo fuertes trastornos psíquicos. En Madrid mantiene estrechas relaciones con los escritores modernistas y empieza a ser conocido como gran poeta. Desde 1905 hasta 1911 está en Moguer y compone sus sucesivos libros de poesía. De nuevo en Madrid, pasa a vivir en la Residencia de Estudiantes. Conoce a Zenobia Camprubí, con quien se casa en Nueva York en 1916. De vuelta a España, presagia con su labor poética y es considerado guía y maestro por la mayoría de los jóvenes poetas de los años veinte. Lleva una vida social apartada. Ello y el tipo de poesía que escribe, cada vez más intelectual, le labran fama de escritor solitario y exquisito. Al comenzar la Guerra Civil, Juan Ramón y su mujer marchan a Estados Unidos, desde donde van a Cuba. Acabada la guerra, permanece en el exilio hasta su muerte. En 1956 obtuvo el Premio Nobel de Literatura. Falleció en 1958. La vida y obra de Juan Ramón Jiménez se inscriben en el marco de la Generación del 1914 o del Novecentismo. Por su amplia evolución estética constituye un enlace entre las generaciones procedentes, simbolistas y modernistas, y los poetas del 27. Es uno de los grandes renovadores de la lírica del siglo XX. Desde muy joven se dedica a la búsqueda incesante de la belleza y del conocimiento a través de la palabra. A la consecución de este ideal se le entregó con máxima exigencia, rigor y pasión, hasta culminar el conjunto que llamaba “Mi Obra” (sus escritos como un “todo” ordenado a la perfección). La poesía era lo único que podía dar sentido a la vida de Juan Ramón, ya que combatía su miedo a la muerte, con la idea de crear belleza, ya que solo ella es perecedera.
SU OBRA Concibe su creación poética como una parte de un único libro. Lo que va publicando son para él muestras de su obra total, se trata de una poesía en marcha. La necesidad de ofrecer una muestra del estado de la obra llevó a Juan Ramón a realizar varias antologías: Poesías escogidas; Segunda antología poética; y Tercera antología poética. El escritor concibe su obra como una unidad en la que se integran sus nuevos textos a la vez que se encuentran en estado de corrección los anteriores, siempre a la búsqueda de la perfección.
POESÍA EN VERSO Pese a esa idea de unidad y permanente modificación de su obra, el propio poeta establecía tres etapas en su producción: época sensitiva, época intelectual y época suficiente o verdadera. La época sensitiva (1869-1915). Es considerada la etapa de modernismo más brillante y esplendoroso. Lo vemos en las siguientes obras: En Nubes, su primer libro, evoca a infancia en la soledad, la vida como algo doloroso, la obsesión por la muerte y su pasión por la música y la pintura. Ninfeas y Almas de violeta, muestran un tono descendente y neorromántico. Rimas, además de la huella becqueriana, deja de translucir la influencia de los simbolistas franceses. Arias tristes y Jardines lejanos sitúan la poesía del autor en la órbita del Modernismo intimista y simbolista: paso del tiempo, la muerte, recuerdos, jardines, paisajes otoñales y la identificación del poeta con el paisaje. Elejías; Las hojas verdes; Baladas de primavera; Pastorales; La soledad sonora; Poemas mágicos y dolientes. Se reiteran todavía los modelos modernistas, en alguna de ellas se acentúa la ornamentación modernista: adjetivación brillante, alejandrinos, etc. Otros elementos preludian una poesía más personal: búsqueda de lo cotidiano y de la vida sencilla, identificación con la naturaleza, ironía, el sentimiento de ternura hacia los niños y la sensibilidad hacia el dolor ajeno, … Hay en buena parte de ellos un intento de superación al Modernismo. Lo cual se confirma en: Melancolía; Laberinto. Ambos muestran el camino metafísico que sigue la poesía juanramoniana. La época intelectual (1916-1936). Conocida como la época de “poesía pura” (conocida como modernismo interior): la poesía se despoja de la imagen, de lo sensorial y de la anécdota. Es una poesía que se identifica con la belleza, la eternidad y lo absoluto. Esta época se abre con Estío claro exponente del cambio. Aunque realmente esta etapa se inicia con: Diario de un poeta recién casado. Esta obra abre la poesía española a las innovaciones vanguardistas: verso libre, poesía en prosa, palabras y frases en inglés. Supone una nueva concepción poética en sentido más profundo. La desaparición de la anécdota conduce a una poesía pura o desnuda. El cielo y sobre todo el mar representan la naturaleza en forma panteísta. Los libros siguientes (Eternidades; Piedra y cielo; Poesía; Belleza. Prosiguen el proceso de intelectualización y abstracción. Los poemas suelen ser breves y densos. La poesía está cada vez más depurada, y su comprensión para el lector se hace más difícil. El poeta se dirige “a la inmensa minoría” La estación total, la índole metafísica es mayor: el concepto de conciencia, debe permitir al yo escapar de los límites espaciales y temporales que impone la muerte. Se asocia a la plenitud, desnudez, gloria, armonía, eternidad o inmensidad.
La época suficiente o verdadera (1937-1958). Es un momento de “poesía pura” intensificada y más profunda. Adopta un lenguaje totalmente preciso, vocabulario al servicio de este lenguaje simbólico. Comprende toda su producción en los años de exilio. Ya La estación total podría considerarse dentro de esta etapa por su contenido. El resto de las obras de este periodo (En el otro costado; Dios deseado y deseante) no hacen más que prolongar y acentuar el carácter físico metafísico de La estación total.
En el otro costado. En él aparece Espacio poema en prosa que recrea los conceptos esenciales del último Juan Ramón, la visión panteísta de la realidad.