Iglesia de San Cebrián de Mazote
La imagen que vamos a comentar es la iglesia de San Cebrián de Mazote, más concretamente la planta de ésta, que es basilical, de tres naves separadas por columnas de mármol con arcos de herradura y techumbre de madera. La iglesia consta de tres naves separadas por dos galerías de cinco grandes arcos de herradura. Crucero rematado con dos exedras y la capilla mayor de planta de herradura, flanqueada por otras dos de testero recto; todo esto proviene de los mozárabes. Cabecera tripartita, ábsides rectangulares al exterior y de herradura en el interior. A los pies de la iglesia hay un contra ábside con planta de herradura. La altura de la nave central es el doble que las laterales, estando dotada aquella de cuatro ventanas a cada lado, lo que hace que esta iglesia esté considerada como la más luminosa de la arquitectura mozárabe.
Destaca, sobre todo, San Cebrián por su cabecera triconque, estando el crucero rematado por ábsides en sus brazos cortos, lo que constituye una novedad en las edificaciones del momento. Los ábsides son rectangulares al exterior y de herradura interiormente el central. A los pies de la iglesia existe otro ábside. La función de este edificio es religiosa, ya que sirve para rendir culto. Esta iglesia pertenece al estilo mozárabe, por varias razones arquitectónicas, como las columnas con capiteles corintios y el uso de cúpula gallonada. Otra cosa que destaca es la existencia de ábside y contra-ábside con planta interior ultrasemicircular.
Esta iglesia fue construida en el siglo X, que es la etapa donde se desarrolla el arte mozárabe. El nombre «mozárabe» se aplicaba a los cristianos que vivían en territorio musulmán. En este territorio se produce una gran actividad constructiva, como la nueva población mozárabe conocía las técnicas constructivas islámicas. El arte mozárabe tendrá un carácter ecléctico, ya que recibe influencias islámicas sobre un sustrato prerrománico.
Iglesia de San Juan de Baños
Observamos una planta basilical que pertenece a la iglesia de San Juan de Baños, con tres naves separadas por arcos de herradura sobre columnas y tres ábsides rectos en sus frentes, con lo que exteriormente queda conformado un testero plano. En el interior, las tres naves están separadas por dos filas de cuatro columnas de mármol con capiteles de «tipo corintio» y unidas por cuatro arcos de herradura. Los dos primeros se apoyan sobre dos pilares unidos al muro. Las columnas son de origen romano. De los capiteles, solo uno es romano, los demás son imitaciones visigodas. Es de comentar que seis de estos adoptan una clara estética romana, mientras que los dos primeros, los más cercanos a la entrada, son más esquemáticos, de hechuras visigodas. Además, estos arcos soportan la parte superior -«segunda altura»- de la nave central. La nave principal es más alta que las laterales, habilitando así el espacio para la entrada de luz gracias a cuatro ventanas abiertas por lado. En su extremo se sitúa el ábside.
El Imperio Romano constituyó una estructura política y social que se extendió enormemente en el espacio y en el tiempo, de modo que unificó la cultura y el arte de Europa, el norte de África y Oriente Próximo. Después del siglo V d.C., el imperio se dividirá en dos mitades.
La Miniatura Mozárabe
En el arte mozárabe destaca también la producción de libros ilustrados o iluminados, realizados sobre pergamino (piel), que aparecen decorados con miniaturas, es decir, ilustraciones. Esta actividad se llevaba a cabo en los scriptoria de los monasterios y el objetivo era facilitar la comprensión del texto. El libro más importante de este periodo fue Comentarios al Apocalipsis de San Juan, un texto recopilado por un monje llamado Beato de Liébana. Es un libro ricamente decorado con miniaturas que se conoce con el nombre de su autor, Beato, y del que existen varias versiones e incluso se conoce el nombre de los pintores. Este éxito se debe a la difusión de ideas milenaristas en esta época, ideas que anuncian el fin del mundo en el año 1000.
Estas pinturas se caracterizan por el alejamiento de la realidad y la tendencia al esquematismo, ya que lo importante es la idea, no la belleza exterior. Destaca la importancia del dibujo con la utilización de un fuerte trazo negro para delimitar las figuras. Estas miniaturas se caracterizan además por la utilización de colores planos, de gran intensidad y expresividad. Otra característica es la ausencia de profundidad, ya que los fondos están formados por bandas horizontales de distintos colores. En cuanto a las figuras, destaca su esquematización y antinaturalismo, ya que aparecen representados con rostros muy expresivos, con ojos grandes y mirada desorbitada y cuerpos desproporcionados ocultos bajo ropajes con pliegues esquemáticos. Y todo ello con composiciones muy sencillas para facilitar su comprensión.
Elementos de la Mezquita
- El patio o sahn, a cielo descubierto, con pórticos alrededor y con una fuente o sabil en el centro cubierta con un templete para realizar las abluciones, ya que es necesario purificarse antes de entrar a la mezquita.
- La sala de oración o haram está dividida en naves paralelas separadas por columnas perpendiculares al muro de la qibla, hacia donde los fieles dirigen sus oraciones. En el haram se pueden distinguir los siguientes elementos:
- La qibla es el muro situado al fondo del haram, orientado hacia el este, marcando la dirección del rezo hacia La Meca. En este muro se abre un nicho o capilla (generalmente en el eje central), el mihrab, que es el lugar santo de la mezquita y suele estar profusamente decorado.
- Ante el mihrab se sitúa la maqsura, un recinto generalmente cercado por estar reservado al califa o al imán.
- Junto a la maqsura se suele situar un púlpito o mimbar, desde el que se lanzan sermones a los fieles.
- El alminar o minarete es una torre que sirve para que el almuédano llame a los fieles a la oración. Puede adoptar formas diversas: planta cuadrada, poligonal, circular o en espiral.