Introducción
La dictadura de Primo de Rivera tuvo su origen en un pronunciamiento militar contra el régimen liberal de la Restauración en septiembre de 1923. Fue un régimen de carácter autoritario análogo a los regímenes europeos de entreguerras. Este periodo supuso una transformación en la política española, pero fue incapaz de lograr una salida constitucional y política, lo que facilitó la proclamación de la Segunda República en abril de 1931.
Implantación del régimen: Agudización de los problemas sociales (1917-1923)
España entró en una etapa revolucionaria que produjo la descomposición del sistema político canovista. Entre 1917 y 1923 hubo años de intenso malestar social y agitaciones campesinas. Los trabajadores se afiliaron en masa a los sindicatos, y la CNT vivió momentos desbordantes. Se lograron así algunas ventajas laborales. Un grupo minoritario de las Juventudes Socialistas fundó el Partido Comunista Obrero en 1921. El 8 de abril de 1921 fue asesinado el jefe del Gobierno por anarquistas, y en julio se produjo el desastre de Annual en la guerra de Marruecos.
El pronunciamiento
Tuvo lugar en el verano de 1923. El 13 de septiembre, Primo de Rivera dio un golpe de Estado. El Gobierno de García Prieto no pudo frenarlo. La opinión pública era favorable al movimiento. El rey nombró presidente del Gobierno a Primo de Rivera, dando amparo a la dictadura y dejando en suspenso el régimen constitucional desde 1876. La convivencia del rey con la llegada de la dictadura ha sido motivo de debate.
El Directorio Militar
Primo de Rivera accedió al Gobierno al frente del Directorio Militar. El nombramiento eliminaba la posibilidad de que se tratase de una solución temporal. El monarca se negó a abrir de nuevo las Cortes. El Directorio no era un gobierno colegiado, sino un órgano asesor. El Directorio Militar ocupó los dos primeros años de la dictadura, hasta finales de 1925. La voluntad regeneracionista se manifestó en varios campos.
La solución a los problemas de Marruecos
La cuestión de las responsabilidades sobre el desastre de Annual quedó en un juicio contra los encausados. En 1924, Primo de Rivera asumió el papel de alto comisario en Marruecos. El líder de Marruecos acabó por desarrollar una estrategia que lo enfrentó a las unidades militares españolas y francesas, lo que provocó una alianza entre ambas que hizo posible la operación militar del desembarco de Alhucemas. El final de la guerra le proporcionó gran popularidad al régimen de Primo de Rivera.
Un régimen corporativo. El Directorio Civil
El corporativismo fue una de las grandes respuestas que la sociedad dio a la crisis del liberalismo y al desarrollo de una sociedad de masas. La política corporativista fue obra fundamental del Directorio Civil, establecido a finales de 1925 y que se mantuvo hasta el final de la dictadura. Se pasó de un gobierno militar a uno civil.
Las bases políticas del régimen
La creación de un partido diferente comenzó a gestarse en los primeros meses de la dictadura. La Unión Patriótica se constituyó en Valladolid en marzo de 1924, y Primo de Rivera la extendió por toda España. Se concibió como partido único, pero acabó siendo un grupo de presión sobre el Gobierno. Otra cosa necesaria era la creación de una cámara de representación política. A estos fines responde la Asamblea Nacional Consultiva, creada en 1927, la cual elaboró la Constitución.
Nacionalismo económico
La dictadura actuó de dos formas: intervención del Estado y racionalismo económico. El intervencionismo no aludió a ningún sector ni actividad económica, lo que reforzó la orientación corporativa del régimen. Se fomentó la economía nacional con un fomento de la producción del interior, una política de obras públicas y la creación de monopolios como CAMPSA en 1927.
Política social corporativa
El objetivo final de esta política era evitar la conflictividad obrera mediante la implicación de las clases trabajadoras. La estructura organizativa descansaba en la Organización Corporativa Nacional. La clave para el éxito fue la colaboración que prestó la dictadura a la UGT. El dirigente socialista Largo Caballero formó parte del Consejo de Estado en 1924. Por el contrario, el régimen de Primo de Rivera combatió a otras organizaciones obreras como la CNT y marginó a los sindicatos obreros católicos.
La caída de la dictadura
Desde 1928, la fortaleza de Primo de Rivera comenzó a resquebrajarse. Sus aspiraciones de lograr una institucionalidad se vieron frustradas por el escaso apoyo de la Asamblea Consultiva y la incapacidad de dar una salida constitucional al régimen. La relación entre la dictadura y el monarca se fue enfriando. El apoyo con que Primo de Rivera llegó al poder se estaba perdiendo, y la caída de la dictadura se produjo a principios de 1930, cuando Primo de Rivera presentó su dimisión ante el rey.
La oposición a la dictadura
La oposición tardó en manifestarse. Fue a partir de 1928 cuando confluyeron las oposiciones a la dictadura: los viejos partidos deseaban volver al régimen de la Constitución de 1876; el nacionalismo catalán pasó al enfrentamiento con F. Macià. El principal conflicto estudiantil ocurrió en marzo de 1929. La organización de la protesta fue la Federación Universitaria Española. La tradición republicana adquirió nuevos bríos a partir de la dictadura, y en 1930 los republicanos se habían convertido en un referente político.
La caída de Primo de Rivera
Se produjo en enero de 1930. La causa fue que Primo de Rivera no gozaba del apoyo de sus colegas militares. También influyeron factores económicos y causas de naturaleza política. La crisis interna de la dictadura viene de la incapacidad para lograr una salida constitucional y política al régimen. A finales de 1929, el régimen de Primo de Rivera se hallaba socialmente aislado. La dimisión del dictador aceleró las cosas y abrió una breve etapa de tránsito hacia la República.
Significado histórico de la dictadura de Primo de Rivera
La originalidad del régimen estriba en el hecho de que una dictadura pretendiera convertirse en un régimen estable. Se manifiesta también como un régimen centralista. En sus primeros años fue consentido por el socialismo.
La caída de la monarquía
El fin de la dictadura va a ir seguido de la caída de la monarquía y de la proclamación de la Segunda República el 14 de abril de 1931. La monarquía había quedado debilitada tras el respaldo de Alfonso XIII a Primo de Rivera, al ser este acusado de haber violado la Constitución de 1876. A todo ello se añadía un triste panorama. Ante esta triste situación, el rey solo contaba con el firme respaldo de la mayor parte del ejército.
El Gobierno de Berenguer
Tras la dimisión de Primo de Rivera, Alfonso XIII encargó formar gobierno al general Berenguer, lo que se llamó la Dictablanda. Berenguer, inseguro, gobierna por decreto y dilata la convocatoria de elecciones a Cortes constituyentes durante un año. Mientras crecía la agitación popular, los políticos republicanos, socialistas y catalanistas de izquierda firmaron el 27 de agosto el Pacto de San Sebastián. En el ámbito militar se preparaban a mediados de diciembre para una insurrección antimonárquica que fue iniciada en la guarnición de Jaca el 12 de diciembre y fracasó por la precipitación y la falta de apoyo sindical. Berenguer fue un déspota y se vio obligado a dimitir en febrero de 1931.
Gobierno de Aznar
El fracaso de las gestiones de Santiago Alba y Sánchez Guerra impidió dar paso hacia el frente con la izquierda monárquica. Alfonso XIII tuvo que encargar formar parte del Gobierno a Juan Bautista Aznar, que organizó un gobierno de concentración. Se convocaron elecciones para abril. El resultado dio el triunfo a los republicanos, que mantuvieron el predominio en zonas rurales. El rey cesó en sus funciones y salió hacia el exilio. La Segunda República había sido proclamada en medio del entusiasmo popular.
Conclusión
Muchos españoles vieron la dictadura como una época de paz social en la que además se puso fin a la guerra de Marruecos. Pero la dictadura no consiguió detener el proceso de deterioro político y social de la España de la época y lo condujo al final de la monarquía.