LA CAPACIDAD PRODUCTIVA DE LA EMPRESA
La planificación a largo plazo de las instalaciones productivas de la organización incluye dos decisiones estratégicas fundamentales y estrechamente relacionadas: La determinación de la capacidad productiva a largo plazo necesaria en función de la demanda.
La localización de dicha capacidad, es decir, el lugar más adecuado para ubicar las instalaciones de la empresa.
La determinación de la capacidad productiva es una decisión que normalmente lleva asociada una importante inversión de capital, y que puede determinar en gran medida las posibilidades de éxito de la empresa. Si la capacidad de la empresa es insuficiente para atender la demanda, se pueden perder clientes y la imagen de la empresa se verá perjudicada. Por el contrario, un exceso de capacidad puede tener importantes repercusiones sobre la estructura de costes de la organización.
Definición de capacidad:
es la máxima cantidad de bienes o servicios que pueden obtenerse en una instalación productiva en condiciones normales de funcionamiento en un periodo de tiempo determinado.
No se debe confundir capacidad de producción con volumen de producción. El volumen de producción es la cantidad realmente producida por la organización, mientras que la capacidad de producción instalada es el volumen máximo que puede llegar a producirse en condiciones normales de funcionamiento. Por tanto, el “grado de utilización de la capacidad productiva” instalada es el cociente entre: el volumen de producción o capacidad utilizada, y la capacidad productiva instalada. El concepto de economías de escala está muy relacionado con el de capacidad productiva: así, para una determinada capacidad instalada o estructura productiva, a medida que se incrementa el volumen de producción, el coste por unidad producida disminuye. Algunas razones que llevan a la aparición de economías de escala: Al incrementarse el volumen de producción, los costes fijos se reparten sobre un mayor número de unidades. La posibilidad de obtener descuentos por volumen de compras. La búsqueda de economías de escala es una de las principales razones que llevan a las empresas a ampliar su capacidad productiva. Otro concepto muy relacionado con el de capacidad productiva es el de economías de alcance, que surgen cuando es más barato fabricar dos o más productos en una misma instalación que hacerlo en instalaciones separadas, al compartir algunos activos en su proceso de fabricación. Sin embargo, en los últimos años las crecientes demandas de flexibilidad en las instalaciones y los problemas de coordinación y supervisión están desaconsejando la creación de grandes plantas, tendíéndose hacia fábricas enfocadas especializadas en un producto concreto. Por todo ello, la determinación de la capacidad productiva adecuada de las instalaciones es una decisión compleja que influirá en el logro de los objetivos de la organización y, por tanto, en el éxito de la empresa.
Determinación DE LA CAPACIDAD PRODUCTIVA
1. Previsión de la demanda. El proceso de decisión sobre la capacidad productiva comienza con una estimación de la demanda total del producto en el sector. Después se estima la cuota de mercado de nuestra empresa, es decir, el porcentaje de esa demanda total que prevemos conseguir. 2. Determinación de la capacidad necesaria. A partir de la estimación anterior de la demanda se determinan las necesidades de capacidad de nuestra empresa. La capacidad a instalar puede no coincidir con la demanda estimada (p.Ej.: por no disponer de recursos financieros suficientes o, en sentido contrario, por decidir instalar una capacidad superior a la demanda estimada). 3. Establecimiento de alternativas de capacidad.*** – Si la capacidad a instalar fuera inferior a la capacidad necesaria, se podría decir que falta capacidad, por lo que se puede recurrir a: En el corto plazo: subcontratar parte de la producción a otras empresas, implantar turnos de trabajo, trabajar más horas, contratar más personal, etc. En el largo plazo: adquirir instalaciones de otras empresas, construir nuevas instalaciones, ampliar las instalaciones existentes, etc. – Si la capacidad a instalar fuera superior a la capacidad necesaria, se podría decir que sobra capacidad, y en este caso se puede optar por: vender o alquilar parte de nuestras instalaciones, introducir nuevos productos o expandirse a nuevos mercados, mantener capacidad ociosa en espera de futuros incrementos de la demanda, etc. 4. Evaluación y selección de la alternativa de capacidad más adecuada. A la hora de evaluar las alternativas de capacidad debemos tener en cuenta tanto aspectos cualitativos (coherencia con los objetivos estratégicos o prioridades competitivas de la organización, capacidad de reacción frente a la competencia, adaptación a las fluctuaciones de la demanda) como aspectos cuantitativos (análisis económico de cada alternativa). Para facilitar la evaluación de las diferentes alternativas y simplificar el proceso de toma de decisiones se emplean diversas técnicas, entre las que destacan los árboles de decisión.