Aspectos positivos del descubrimiento de América


– La década de los años 1960-1969 es el mayor número de salidas, llegándose a superar en algunos años la cifra de 100.000 emigrantes. Desde 1974, la salida de emigrantes se hace mucho más débil lo que hará que el balance migratorio a partir de entonces sea negativo o escasamente positivo.

B) Consecuencias de las migraciones exteriores


– Efectos positivos de las migracione


       – La reducción de la presión en el mercado laboral: gracias a la emigración disminuyó la población en paro.
       – La entrada de divisas.

-Repercusiones negativas


       – Costes demográficos: la pérdida de población joven en las regiones migratorias provocó el envejecimiento de la población y la caí­da de la natalidad.
        -Costes sociales: ruptura familiar por ser sólo el cabeza de familia el que emigraba; difí­cil adaptación en el paí­s de destino debido al bajo nivel cultural del emigrante;
Empleo en trabajos duros y mal remunerados.
        -Costes económicos: se harán patentes en el despoblamiento de las áreas de origen, con el consecuente abandono de las tierras y de las infraestructuras, la disminución de las poblaciones, etc.

2.- Las migraciones interiores


El desplazamiento de personas entre las distintas provincias y regiones de España, desde las áreas rurales a las urbanas, es uno de los fenómenos geodemográficos de mayor importancia de los últimos tiempos. El proceso de industrialización y urbanización será el causante de las migraciones interiores.

A) Evolución histórica


Las migraciones interiores presentan dos etapas:
  –  Desde el Siglo XIX hasta la primera mitad del Siglo XX. La cantidad de estos desplazamientos no fue grande pero la industrialización de Barcelona y el Paí­s Vasco y las obras públicas durante la dictadura de Primo de Rivera intensificaron las migraciones interiores, pero la Guerra Civil y los años de posguerra hicieron disminuir los desplazamientos. Las zonas migratorias pertenecí­an a Galicia, las dos Castillas, Aragón y Andalucí­a oriental, mientras que las receptoras de emigrantes fueron Cataluña, Levante, el Paí­s Vasco, Andalucí­a y Madrid.


    -En los años 1960 y 1970 se producen importantes migraciones interiores. Se calcula que entre 1960 y 1985 unos 12 millones de personas emigraron de su lugar de origen. Durante esos 25 años, la media fue de más de 360.000 emigrantes anuales. Las provincias más beneficiadas por la afluencia de emigrantes fueron Madrid, Barcelona y Valencia. Las regiones generadoras de emigrantes fueron Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucí­a oriental.

B) Nuevas tendencias


En los últimos años, las migraciones interiores han variado en intensidad y comportamiento geográfico. Estas son las novedades más sobresalientes:
   – La progresiva ampliación de las provincias con saldos migratorios positivos y la pérdida de la polarización en los lugares de destino.
   – La reconversión de áreas tradicionalmente de inmigración en áreas de emigración, debido a la salida de antiguos emigrantes, son los llamados «emigrantes retornados».
    -El éxodo rural es sustituido por desplazamientos de población entre los diferentes centros urbanos.
    -Verí­a también el tipo de emigrante: el actual pertenece de forma mayoritaria al sector servicios.

C) Consecuencias de las migraciones interiores


Las repercusiones de las migraciones interiores se dejan sentir especialmente en los planos demográfico, social y económico.
   – Para las zonas que actúan como focos de atracción, los emigrantes son la base del crecimiento demográfico de muchas áreas urbanasLa estructura por edad se ve rejuvenecida, la población activa, incrementada, y la natalidad y la fecundidad, revitalizadas. En el plano social, el aporte de nuevos contingentes es considerado como un factor que acentúa la riqueza y la diversidad cultural. En el plano económico, se produce una mejora en la oferta de mano de obra y una mayor concentración de recursos humanos. Pero también las zonas de inmigración se ven obligadas a asumir nuevos costes para satisfacer las demandas de una población en crecimiento: nuevos equipamientos e infraestructuras, mayor número de viviendas,…


Un aspecto destacado de la población española es su tradicional movilidad hacia otros paí­ses de África, América o Europa y, en épocas más recientes, por el trasvase de población de unas regiones a otras, o de áreas rurales a urbanas.
Las razones que mueven a las personas a desplazarse pueden ser muy diversas.Suelen ser por una motivación económica: la búsqueda de un empleo en otro lugar, que permita mejorar la situación económica y, en consecuencia, las condiciones de calidad de vida y bienestar social. También hay  otras razones como los desplazamientos motivados por guerras, persecuciones polí­ticas o religiosas, etc…
En la historia de España, los movimientos migratorios se pueden analizar en tres grandes apartados:

1.- Las migraciones exteriores


A) Destinos


La emigración al norte de África fue importante durante el Siglo XIX. El principal paí­s destinatario fue Argelia y los emigrantes procedí­an de las provincias de Alicante, Murcia y Almerí­a. Su trabajo en Argelia se centró en las obras públicas y en la agricultura.
La emigración a ultramar fue importante durante la primera mitad del Siglo XX. Los paí­ses de destino fueron Argentina, Cuba, Brasil, Estados Unidos,Canadá… Estuvo protagonizada por campesinos gallegos, asturianos y canarios . Se prolongó hasta los años 1930 endonde  la crisis económica obligó a esos paí­ses a poner restricciones a la entrada de extranjeros.
La emigración a Europa fue muy importante entre los años 1960 y 1970 y las comunidades que más efectivos aportaron fueron Andalucí­a y Galicia.
     -Durante la primera mitad del Siglo XX, se dirigíó casi exclusivamente a Francia. Fue una corriente de agricultores levantinos que acudí­an al campo francés y que se incrementó con los obligados a emigrar a causa de la Guerra Civilse estimaban unas 800000 personas españolas en Francia
     – La finalización de la Segunda Guerra Mundial y el periodo de reconstrucción posterior en los paí­ses contendientes, marcará una nueva fase en la emigración de españoles a Europa. La necesidad de mano de obra en Francia, Alemania o Suiza, junto con el excedente demográfico y las deficientes condiciones económicas fueron los factores que impulsaron las nuevas oleadas de emigrantes hacia Europa.


   – Las zonas de emisión de emigrantes sufren repercusiones de carácter más negativo que positivo. Se produce un descenso de la población, el envejecimiento de su estructura y la caí­da de la fecundidad; en el plano económico, un empobrecimiento de los recursos humanos y una reducción de las actividades económicas. La emigración supone una mejora de la renta para los que permanecen.
Globalmente, han sido las causantes de fuertes desequilibrios en la distribución de la población.

3. La inmigración de extranjeros en España


España ha pasado a ser un paí­s de inmigración. Se tienen datos de la inmigración de carácter legal, pero se desconoce la inmigración irregular o ilegal . Durante los últimos treinta años, los extranjeros residentes legalmente en España han pasado de 65.000 a 400.000. Entre 1989 y 1998, el crecimiento ha sido muy rápido, aunque apenas presenta el 1% de la población total española.
El colectivo de extranjeros residentes en España admite una gran variedad de situaciones:
   – Extranjeros nacionalizados. La evolución de peticiones de nacionalidad española se ha incrementado de manera extraordinaria en los últimos años. Este crecimiento obedece a la recuperación de la nacionalidad por parte de antiguos emigrantes españoles y de sus descendientes y a los inmigrantes extranjeros que solicitan la nacionalidad.

    -Trabajadores. En los últimos años se han registrado alrededor de 12.000 nuevas incorporaciones anuales al mundo laboral. La mayorí­a la absorben Madrid y Barcelona. Los trabajadores extranjeros se emplean básicamente en el sector servicios, en la agricultura, y en la construcción y la industria.
   – Estudiantes. Los estudiantes extranjeros universitarios forman un colectivo de cierta importancia en la inmigración internacional, la mayorí­a correspondíó a Madrid, Granada y Salamanca.


   -Asilados y refugiados. Es un colectivo relevante. En 1984 se promulgó la Ley reguladora del derecho de asilo y de la condición de refugiado. España no se ve especialmente presionada por este problema, ya que mantiene un número de refugiados que supone la mitad de los que existen en Francia, Bélgica. Las peticiones de refugio y asilo provienen, sobre todo, de paí­ses de la Europa del Este, Asía, África  y América Latina.
    -Inmigrantes ilegales. Se define como inmigrante ilegal a todo extranjero que no tiene en regla su situación de residencia en España. Legalmente, no pueden trabajar, residir o recibir prestaciones sociales. El número de extranjeros en situación irregular es difí­cil de saberlo. Para legalizar su situación y saber su número, se han realizado programas de regularización desde que se aprobó la Ley de Extranjerí­a en 1985. Este colectivo está compuesto por personas jóvenes, de sexo mayoritariamente masculino, que se emplean en trabajos como la agricultura, la construcción, el servicio doméstico, la hostelerí­a y la venta ambulante. Proceden de paí­ses como Marruecos, Argentina… Y se asientan en Madrid y Barcelona. La pobreza, la carencia de vivienda, la falta de educación y de formación, y la marginación son algunas de las carácterí­sticas que definen a este colectivo.

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