Aula regia


2. PRINCIPALES ASAMBLEAS POLÍTICAS. SENATUS. AULA REGIA

En cuanto a las Asambleas políticas cabe señalar que el pueblo intervino en el gobierno a través de estas asambleas cuya función era colaborar con el rey en la dirección de los asuntos públicos así como en las tareas legislativas y en la administración de justicia. Sin embargo, esta intervención del pueblo quedaría muy limitada tras el establecimiento de los visigodos en la Península ya que al tratarse de un territorio extenso era difícil reunir a estas asambleas. Sin embargo, parece que no dejaron totalmente de reunirse aunque lo hacían con poca frecuencia solamente para tratar asuntos excepcionales y en realidad, sólo acudían algunos sectores o grupos sociales.

EL SENATUS


Antes de que se establecieran los visigodos en la Península, el rey era auxiliado en los asuntos más graves por una asamblea que estaba integrada por los ancianos guerreros godos y que actuaba como consejo del monarca.
Según Hinojosa, esta asamblea se mantiene hasta el final de la monarquía visigoda, sin embargo, según Sánchez Albornoz esta asamblea se extingue después del siglo VI al ser sustituida en sus funciones por un nuevo organismo político denominado AULA REGIA. En cualquier caso, el Senatus es una institución prácticamente desconocida ya que tanto la legislación como los concilios guardan sobre la misma, absoluto silencio.

El AULA REGIA


Se trata de un órgano político que colaboró con el Rey en los asuntos de gobierno, en la actividad legislativa y en la administración de justicia. Su origen se encuentra en la Casa o Corte del Rey que estaba organizada a imitación del oficium del Bajo Imperio Romano. El oficium estaba integrado por los oficiales y altos funcionarios que desempeñaban funciones en el Palacio Real. En la época visigoda se denomina oficio palatino y es el núcleo formativo del Aula Regia y más adelante, uno de los elementos de la misma.

Estaba formada por:

  • Los magnates no tenían ningún cargo público en palacio pero estaban unidos al rey por un vínculo personal. Entre ellos, destaca, primero los que vivían en palacio por voluntad del rey; segundo, aquellos que eran enviados por el monarca para gobernar los distritos administrativos en los que se dividía el territorio que se denominaban comités provinciales. En tercer lugar, se encontraban los designados por el rey para actuar como jueces en las ciudades que se denominaban comités civitatum. En cuarto lugar, se encontraban aquellos que tenían un título honorífico otorgado por el rey. Y por último, estaban aquellos a los que el rey encomendaba el mando de una unidad militar y se llamaban comités escesitum.
  • Los próceres eran personas particularmente distinguidas por el rey a los que éste acudía pidiendo consejo en cuestiones políticas y judiciales. Se trataba de una especie de consejo privado del monarca y solía acompañar al rey cuando éste se desplazaba para administrar justicia.
  • Los gardingos formaban parte de la comitiva real, se habían educado en palacio y tenían la amistad y confianza del monarca pero no tenían la categoría de magnates ni de oficiales de la corte.
  • Por último, el oficio palatino estaba formado por los jefes de los distintos servicios del palacio del rey y por sus oficiales subalternos.

Funciones. Colaboraba con el rey en la preparación de las leyes, le asesoraban en asuntos políticos, administrativos y militares de importancia y algunos de sus miembros ejercían funciones judiciales interviniendo, junto al monarca, cuando el Aula Regia funcionaba como tribunal.

(IMPORTANTE) El Aula Regia fue simplemente un organismo asesor y los monarcas no estaban obligados a someter sus decisiones a la aprobación del Aula ni actuar de acuerdo con sus consejos.

Entre los deberes de los miembros del Aula Regia estaba que debían presentarse ante el nuevo rey y jurarle directamente fidelidad y entre sus privilegios se encontraban que los miembros del Aula Regia disfrutaban de un tribunal especial formado por miembros de su misma condición cuando debían ser juzgados por algún asunto.

3. LA AGONÍA DE LA MONARQUÍA Y DEL ESTADO(IMPORTANTE)

Desde el año 586 hasta el final de la ocupación visigoda en el año 711 se produce una etapa caracterizada por la conversión del pueblo al catolicismo y por la participación de la Iglesia en la designación del monarca por lo que se observa una estrecha conexión entre el poder civil y el religioso.

La agonía de la monarquía se produce en los últimos treinta años, es decir, entre el 680 y el 711 por una serie de causas que explican diversas teorías:

  1. Sánchez Albornoz habla de un Estado con organismos envejecidos.
  2. Torres López considera que todo se debe a una falta de espíritu público.
  3. Otros autores atribuyen la decadencia a la influencia creciente de la Iglesia sobre la Monarquía.
  4. Otros autores consideran como causa principal de la decadencia, el problema judío siendo una constante de los monarcas visigodos la emisión de leyes anti-judías.
  5. Finalmente, otros atribuyen esta agonía al fenómeno sucesorio y a las guerras dinásticas. En este sentido, Wamba (677-680) sucesor de Recesvinto, emprendió una campaña contra los vascones en la primavera del año 673 en el curso de la cual tuvo conocimiento de una sublevación en la Septimania.
    Un duque llamado Paulo fue enviado para aplastar las revueltas pero hizo causa común con los rebeldes buscando el apoyo de los francos. El monarca, después de saquear el territorio de los vascones, marcha sobre Barcelona y Gerona y penetra después en la Septimania donde derrota a Paulo. Vuelto Wamba a Toledo publica una ley militar muy estricta sobre el reclutamiento de tropas defensivas. Más tarde, el 14 de octubre del 680 fue tonsurado (corte de pelo previo al ingreso en una orden religiosa). Su sucesor fue el conde Elvigio de la familia de Chindasvinto. Del reinado de este monarca destaca su política de concesiones al clero y a la nobleza lo que es una clara muestra de la precariedad de su poder. Este monarca anuló todos los impuestos derivados de la posesión de esclavos, dictó una amnistía para los conspiradores y ofreció garantías jurídicas especiales para los funcionarios palatinos. Designó sucesor a su yerno Egica, miembro de la familia de Wamba el cual siguiendo la tradicional política anti-judía, consiguió del 17 Concilio de Toledo (694), la promulgación de la más implacable ley relativa a los judíos ya que se confiscaban todos sus bienes y sus familiares se sometían a esclavitud. A Egica le sucede su hijo Witiza (702-711) que se esforzó en conciliar a toda la nobleza, pero esta actitud no impidió que a su muerte se desencadenaran de nuevo las discordias. Su viuda y una gran parte de los nobles eligieron sucesor a su hijo Akhila mientras que el Senatus designaba rey al que entonces era duque de la Bética, don Rodrigo. Poco después, los partidarios de ambos se enfrentan con resultado negativo para los de Akhila que tuvo que retirarse al noroeste de la Península; mientras sus partidarios solicitaban ayuda a los árabes del norte de África. Unos 42.000 beréberes desembarcan en Gibraltar el 27 de abril del 711 y a orillas del río Guadalete derrotan a Don Rodrigo el 26 de julio del 711 y en lugar de apoyar a los bitizanos prosiguen la conquista en provecho propio dando lugar al derrumbamiento definitivo de la monarquía visigoda y propiciando la invasión árabe de la Península.

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