Autores y obras
Catulo Gayo Valerio Catulo (87-54 a.C.) era natural de Verona de donde procedían algunos poetae novi con los que Catulo coincidió en Roma y mantuvo una relación de amistad. Pertenecía a una familia influyente y llegó a Roma en el 62 a.C., introduciéndose en los ambientes de la nobleza. La colección de sus poemas ha llegado bajo el título de Catulli Veronensis liber, y consta de 116 composiciones de diversa extensión y algunos fragmentos. Catulo emplea metros variados en estos poemas: yambos en los más breves; hexámetros en los más extensos; dísticos elegíacos en los epigramas. Catulo recoge una doble tradición griega: por una parte se inspira en los líricos arcaicos griegos (Safo, Alceo y Anacreonte) y por otra en los alejandrinos (Calímaco, Filodemo). Los poemas de Catulo podrían clasificarse en tres grupos: 1) poemas mitológicos eruditos (los más extensos) de elaboración alejandrina. 2) poemas satíricos y epigramas, contra sus enemigos y contra la sociedad de su época. 3) poemas líricos puros, tratan de sus sentimientos: amistad, amor. Salvo las composiciones del primer grupo, todas las demás tienen un carácter autobiográfico.
Horacio (65-8 a.C.), nacido en Venusia, sur de Italia, era hijo de un liberto que le procuró una buena educación. Estudió en Roma hasta los veinte años, y luego marchó a Atenas para estudiar. Tomó parte en la batalla de Filipos del lado de los asesinos de César, Bruto y Casio. Tras su regreso a Roma, trabó amistad con Virgilio, quien lo introdujo en el círculo de Mecenas, y a través de éste pudo conocer a Augusto. La obra de Horacio comprende primero los Epodos (41-30 a.C.); después los tres primeros libros de Odas y el primer libro de las Sátiras (30-20 a.C.); y, finalmente, el segundo de las Sátiras, el Arte Poética, el Carmen Saeculare y el cuarto libro de Odas (20-8 a.C.). Epodos, se trata de composiciones que van dirigidas a sus amigos, en los que la amistad es el tema central. La parte más lírica de la obra de Horacio son los cuatro libros de Odas, que Horacio llamó Carmina. Abarcan gran variedad de temas y de tonos, y poseen una gran perfección formal. En cuanto a los temas de las Odas, hay reflexiones filosóficas en las que transmite su ideal de vida, temas patrióticos, escenas mitológicas, dedicatorias, actualidad política, acontecimientos públicos o privados, banquetes, victorias, la amistad y el amor, pero no sentido, sino academicista. Horacio, educado en el arte griego, concibe cada poema como una estructura: cada verso se presenta como un elemento independiente perfectamente ensamblado con el siguiente. A diferencia de Catulo, destaca en sus composiciones lo formal sobre lo subjetivo. La melancolía, el escepticismo, el disfrute del momento presente (carpe diem), pero acomodándose a una vida apartada y contentándose con poco (aurea mediocritas) se insertan en los poemas de Horacio en forma de situaciones y reflexiones.
Generalidades
El nombre del género lírico se explica porque originariamente, en Grecia, los poemas eran cantados o recitados con acompañamiento de la lira. Se incluyen composiciones poéticas de temas muy variados (erótico, patriótico, idílico, elegíaco, religioso, etc.) y diversas formas métricas, pero siempre con un enfoque personal y subjetivo (el poeta expresa sus sentimientos). Los nombres más corrientes para el poema lírico son oda (término de origen griego) o carmen (término latino). Las primeras manifestaciones líricas en latín son el Himno de los Salios [los sacerdotes saltadores de Marte], y el Himno de los hermanos Arvales [sacerdotes de la divinidad agrícola]. También hay referencias, aunque nada se conserva, a un himno en honor de Juno Regina compuesto por Livio Andronico (207 a.C.) y a unos carmina triumphalia y carmina convivalia, es decir himnos de victoria y de banquete. La poesía lírica al estilo helenístico se introdujo en Roma en el siglo II a.C., y los primeros poetas líricos puros de nombre conocido son ya de finales del siglo II a.C. y comienzos del I a.C., dentro del círculo de Quinto Lutacio Cátulo (150-87 a.C.), aunque de su obra no se conservan más que citas. La siguiente generación de poetas, en la primera mitad del s. I a. C., es la que se agrupa bajo el nombre de poetas nuevos (poetae novi) o neotéricos (neoteroi), expresiones con las que Cicerón se refirió a ellos con desprecio. Sus composiciones son breves, de gran perfección técnica y de gran belleza formal y estilística.