TEMA 6: EL MOVIMIENTO OBRERO Y EL NACIONALISMO VASCO
La intensa explotación minera y la industrialización vizcaína necesitaban abundante mano de obra que fue cubierta principalmente con inmigrantes procedentes de diversas zonas deprimidas del campo español. Estos se concentraban en la zona industrial, formando una sociedad de origen muy heterogéneo, carente de contactos con el mundo tradicional vasco y que regida por unas relaciones económico-laborales nuevas. Se rompía de este modo la homogeneidad étnica y lingüística imperante hasta entonces en el País Vasco. Este alto porcentaje de inmigrantes encontrará en el socialismo una cierta integración y seguridad.
Por otra parte, la sociedad tradicional vasca mostrará un fuerte rechazo a la llegada de población foránea. Sabino Arana fundador del nacionalismo vasco, sabrá dar respuesta a las inquietudes de este sector vasco-tradicional.
A.
MOVIMIENTO OBRERO
Con el tiempo, las difíciles condiciones de vida y de trabajo del proletariado como las largas jornadas laborales, la subalimentación y los accidentes y las enfermedades laborales aumentaron la conflictividad laboral.
Ante esta situación la clase obrera se fue fortaleciendo y comenzó a organizarse de la mano del socialismo. En 1886 Facundo Perezgua fundó la primera asociación socialista ”Agrupación Socialista de Bilbao” a la vez que Tomás Meabe fundó las “juventudes socialistas” y el semanario “La lucha de clases”.
La primera huelga minera de importancia fue en 1890 que finalizó con gran éxito al conseguir algunos de los objetivos propuestos, como la regulación de las horas laborales. En cambio, la huelga de 1892 resultó un fracaso ya que la conflictividad crecía y el movimiento obrero se radicalizaba, llegando a posturas totalmente anticlericales. Finalmente, en 1910 tuvo lugar una tercera huelga que se saldó positivamente.
El nacionalismo vasco por su parte creara su propio sindicato: SOV (Solidaridad de Obreros Vascos) cuyos objetivos eran: reunir a los trabajadores étnicos vascos, atender labores asistenciales y divulgar la Doctrina Social de la Iglesia expuesta por el Papa León XXII. Cabe explicar que el socialismo era una ideología que promulgaba el desprecio hacia la Iglesia ya que decía que apoyaba a los opresores(la burguésía).
Ya entrado el S.XX el socialismo tenderá hacia el moderantismo bajo la dirección de Indalecio Prieto. Ante este giro hacia posturas más moderadas, otros como Perezagua, Dolores Ibarruri y Pérez Solís se radicalizarán y llegaran a formar parte del PCE.
La organización empresarial en grandes industrias requería una organización sindical sólida como era la socialista. Se puede comprender entonces que el socialismo se convirtiese en la principal fuerza política de izquierdas del país.
B.
EL NACIONALISMO VASCO
Durante la industrialización y con llegada de los extranjeros aparecíó el nacionalismo vasco. Una de sus Causas fueron las rápidas transformaciones socioeconómicas de Vizcaya que aceleraron la destrucción de las formas de vida tradicionales en las que era común el uso del euskera entre otros. Asimismo, se impuso un modelo económico que rompíó el orden tradicional haciendo que los jauntxos perdiesen su peso y poder social por el empuje de la burguésía minera e industrial y además la inmigración cambió el carácter de toda la comarca minera(zona de Bilbao y margen izq).
La segunda causa del nacionalismo fue la abolición foral de 1876, esta se recibíó con hostilidad y provocó distintas reacciones. Por un lado los más tradicionalistas, perdedores de la guerra, defendían la recuperación íntegra de los fueros. Por otro lado, entre los liberales se hallaron dos posturas: los pragmáticos aceptaron el concierto económico que aseguraba cierta autonomía tributaria a las Provincias Vascas, estos eran la alta burguésía industrial. Los intransigentes en cambio, defendían los fueros; esta defensa llevaba implícita la idea de que los vascos tienen una personalidad propia, diferente de la española, estos eran la mediana burguésía y la burguésía naviera.
Los mas tradicionalistas encontraron la respuesta a sus inquietudes en Sabino Arana propulsor del nacionalismo vasco. Su ideología se puede resumir en el lema: “Jaungoikoa eta Lagizarra”. Este lema se fundamentaba en 4 principios: el primero el peso de la religión, Sabino Arana consideraba que España era una nacíón corrompida por el liberalismo y que los vascos debían salvarla: “nosotros por Euskadi, Euskadi por Dios”. El segundo principio se basa en argumentaciones historicistas en las que se defiende que las Provincias Vascas fueron independientes hasta 1839. El tercer principio hace referencia al ruralismo, donde mostraba su empeño por el retorno a una sociedad rural imaginaria compuesta por caseros de raza vasca, realmente, no cuestionaba el capitalismo rural sino la llegada de inmigrantes. Finalmente defendía la existencia de una nacionalidad vasca.
Sabino Arana se fundamentó en el hecho objetivo de pertenecer a una patria o nacíón para defender la nacionalidad vasca. Asimismo, atribuye unos elementos comunes a todos los pertenecientes a esta nacionalidad y diferenciadores del resto así como el euskera, que es la lengua propia de los vascos, conservada en el tiempo demostrando pureza y originalidad y como el carácter y las costumbres, aspecto en el que definía que los vascos estaban colmados de virtudes y los españoles de vicios, entre otros.
El Desarrollo del Nacionalismo lo genera la pequeña burguésía urbana tradicionalista, formada por pequeños industriales, artesanos, comerciantes, etc. Cuyos negocios quedaban desplazados por las grandes empresas.De esta burguésía tradicional procede Sabino Arana. Fundador del periódico “Bizkaitarra” en 1893, de la sociedad nacionalista “Euskaldun Batzokija” y del PNV en 1895. Su nacionalismo era un nacionalismo radical que en un principio solo alcanzaba a la ciudad de Bilbao, aunque llego a propagarse por algunos pueblos de Vizcaya.
Por otra parte, estaban los liberales fueristas de Sagarminaga -euskalerrianos-. Sus planteamientos eran los mismos: una política puramente vasca aislada de la interior de España, la separación de los partidos dinásticos y la defensa de los fueros. Entre estos está Ramón de la Sota. Este poseía una empresa que se dedicaba a la minería y a las navieras, actividades que no necesitaban del proteccionismo.
Ramón de la Sota está considerado como un liberal intransigente defensor del liberalismo político y económico pero que se opónía radicalmente al caciquismo de los siderúrgicos, lo que supónía una crítica al liberalismo vigente. Además, en su periódico “Euskalduna” incorporaba elementos aranistas. El grupo de Sota terminará buscando una aproximación a la política de Sabino Arana.
Posteriormente, sabinianos y euskalerrianos se unieron en 1898, Sabino Arana los aceptó ya que resultaban una buena fuente de financiación, pero la uníón supuso el encuentro de elementos contradictorios dentro del nacionalismo ya que la burguésía apoyaba la industrialización pero no defendía la independencia sino la autonomía. En este mismo año, se presentaron juntos a las elecciones y sabino
Arana fue elegido diputado provincial.
Tras la muerte de Sabino Arana en 1903, desaparecíó toda posibilidad de innovación teórica del nacionalismo. De aquí en adelante la brecha entre los diferentes puntos de vista del nacionalismo será inocultable y los euskalerrianos llegaran a la directiva del PNV. A partir de 1918 los objetivos del nacionalismo vasco serán obtener una autonomía descentralizadora dentro del Estado, la industrialización y el impulso de la cultura vasca. Finalmente, las dos ramas nacionalistas se reconciliaran en un renovado PNV en 1930 y tendrá un gran protagonismo en la II República