Buero Vallejo: Un Teatro de Compromiso Ético y Social


Introducción

En 1949, tres años después de salir de prisión, Antonio Buero Vallejo recibió el Premio Lope de Vega por Historia de una escalera. Esta obra supuso un soplo de aire fresco en el panorama teatral de la posguerra y el inicio de una fructífera trayectoria vital y dramática en la que siempre mostró un profundo compromiso ético con la sociedad y el tiempo que le tocó vivir.

El Teatro de Buero Vallejo

Buero Vallejo logró devolver al teatro de la posguerra su función testimonial, social y moral, actualizando el género trágico. Su concepción humanista del hombre y su compromiso político-social determinan toda su obra. Sus obras giran en torno a aquellos que buscan realizarse como personas y escapar de un mundo lleno de limitaciones. La búsqueda de la felicidad, de la verdad, de la libertad se ve obstaculizada por el mundo concreto en que el hombre vive.

Esta temática ha sido enfocada en un doble plano:

* **Plano existencial:** Meditación sobre el sentido de la vida, la condición humana, las ilusiones, los fracasos y la soledad. * **Plano social:** Denuncia de injusticias concretas que atañen a las estructuras de la sociedad y a los mecanismos de un poder opresivo.

Con ambos planteamientos, se entreteje un enfoque ético, de compromiso con la búsqueda de la verdad, de la defensa de la honradez y del amor a la justicia, elementos constantes en su obra.

El Concepto de Tragedia en Buero Vallejo

Estos elementos se funden en su concepto de tragedia. Sus obras se estructuran como la búsqueda de la verdad por parte de un personaje, en lucha contra las limitaciones propias o impuestas. La purificación final «catarsi») debe alcanzar también al espectador, testigo y actor mudo, a quien la obra plantea interrogantes fundamentales que afectan a su vida. Formula así la tragedia moderna española, un drama con una»catarsi» final que despierta la compasión y la esperanza del público.

La tragedia supone una mirada consciente sobre el hombre y el mundo, pero no una visión pesimista. Buero niega el determinismo del destino, porque el hombre puede decidir, puede intervenir para mejorar su vida y la sociedad. Aunque las obras sean amargas, superan el pesimismo y dejan una puerta abierta a la esperanza: podemos mejorar. Su función es doble: inquietar y curar. Inquietar, planteando problemas pero sin imponer soluciones; y curar, en cierto sentido, ya que señala la necesidad de una superación personal y colectiva.

En muchas ocasiones, encontramos la dialéctica-oposición entre personajes»activo» y personajes»contemplativo». Los primeros carecen de escrúpulos y actúan movidos por el egoísmo en el deseo de conseguir sus objetivos. Los contemplativos o»soñadore» se sienten angustiados, porque el mundo en que viven es demasiado pequeño y están irremediablemente abocados al fracaso. No obstante, en Buero no hay una presentación simplista que oponga el bien y el mal. La tragedia se desencadena por una transgresión moral que un personaje ha cometido libremente y de la que es responsable, y acaba proponiendo la búsqueda constante de la verdad y la lucha contra los obstáculos que se oponen a la dignidad del hombre.

Evolución de su Obra

La evolución de Buero puede dividirse en cuatro etapas en las que siguió una línea coherente en la que podemos percibir su intenso compromiso ético y social:

3.1) Realismo existencial

Una primera etapa va desde su primera obra, Historia de una escalera (1949), hasta 1957 y se caracteriza por un predominante enfoque simbólico-existencial y una técnica dramática caracterizada por la estética realista y espacio y tiempo tradicionales. Durante este periodo, llegan otros títulos como En la ardiente oscuridad, La tejedora de sueños y Madrugada. La crítica social empieza en obras como Hoy es fiesta y Las cartas boca abajo.

3.2) Enfoque social

Es en la segunda época, hasta 1970, donde se intensifica el enfoque social. Las obras subrayan la relación entre el individuo y su entorno. También escribió dramas históricos, con la historia como pretexto histórico para evitar la censura y, a la vez, para que el espectador analizase de forma distanciada las cuestiones del presente. Son, por ejemplo, Un soñador para un pueblo, Las meninas o El sueño de la razón. Sin duda, la obra más destacada de este periodo es El tragaluz, en la cual Buero plasmó que los actos individuales quedan enmarcados en un tiempo y una sociedad concretos y que poseerán ciertas consecuencias sociales. La doble historia del doctor Valmy (censurada) ya anticipa una tercera etapa.

3.3) Experimentación

En la tercera época, Buero se unió a las tendencias de experimentación que proliferaron en los años 70 e incorporó elementos innovadores pero nunca perderá de vista que el centro de la obra es el ser humano. Así una obra especialmente destacada de este periodo es La Fundación (1974), en la cual se entremezclan, casi imperceptiblemente, ficción y realidad. Destaca también La doble vida del doctor Valmy.

3.4) Política

Cuarta etapa, coincidente básicamente con el periodo posterior a la muerte de Franco y denominada por algunos críticos»teatro polític». Jueces en la noche (1979), Caimán (1981), Lázaro en el laberinto (1986) o Misión al pueblo desierto (1999), recogen los problemas que intranquilizan a la nueva sociedad democrática.

Conclusión

Con la obra de Buero recibimos un teatro ambiguo y polivalente, con una constante investigación formal y una marcada atención a todos los elementos técnicos; ante todo, un teatro que mantiene su preocupación central en explorar la esencia del hombre.ar la esencia del hombre.

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