Capitalismo e Industrialización: Transformaciones Económicas y Sociales del Siglo XIX


El auge del capitalismo y la Revolución Industrial

Los principios del liberalismo económico

**Adam Smith** estableció los fundamentos del **liberalismo económico**, destacando que el **interés personal** y la búsqueda del **máximo beneficio** son el motor de la economía. Según esta doctrina, la oferta se adapta a la demanda, y el **Estado** debe abstenerse de intervenir en el funcionamiento de la economía, promoviendo el **libre cambio**.

Crisis cíclicas del capitalismo

En el sistema capitalista, la falta de planificación y el aumento constante de la producción dan origen a **crisis económicas** que se repiten cíclicamente. Estas crisis ocurren porque la oferta tiende a aumentar más rápidamente que la demanda, llevando a la quiebra de empresas que acumulan demasiado *stock*. La consecuencia directa es el aumento del **desempleo**.

El papel de los bancos y las finanzas

Los **bancos** se convirtieron en instituciones clave en el desarrollo del capitalismo. Suministraban capital a las empresas, actuaban como inversores directos y facilitaban los pagos mediante cheques y letras de cambio. Surgieron las **sociedades anónimas**, en las que el capital de una empresa se fracciona en partes (**acciones**) que pueden ser adquiridas y vendidas por particulares en una institución especializada: la **bolsa de valores**.

Expansión del capitalismo industrial

A comienzos del siglo XIX, la industrialización se extendió a países como Francia y Bélgica. Entre 1850 y 1870, Rusia, Alemania, Estados Unidos y Japón también se industrializaron. Sin embargo, la Europa oriental se mantuvo al margen del proceso de industrialización hasta bien entrado el siglo XX.

La Revolución Industrial y sus transformaciones

La **Revolución Industrial** fue el resultado de un conjunto de cambios económicos y tecnológicos que se produjeron por primera vez en Gran Bretaña en el siglo XVIII, transformando profundamente la economía y la sociedad.

La revolución demográfica

Desde mediados del siglo XVIII se inició un proceso de **crecimiento demográfico**. La población del continente europeo pasó de 140 millones de habitantes en 1750 a 187 en 1800 y a 266 en 1850. Las causas principales fueron el aumento de la producción de alimentos, el progreso de la higiene y la medicina, lo que llevó a una disminución de la mortalidad y un incremento de la natalidad.

La revolución agrícola

El incremento de la población provocó un aumento de la demanda de alimentos y, como resultado, el alza de los precios agrícolas. La tierra se convirtió en **propiedad privada**, permitiendo a los grandes propietarios realizar transformaciones. Una innovación clave fue la supresión del **barbecho**, sustituido por plantas forrajeras (**sistema Norfolk**). Se inició la **mecanización** y se introdujeron nuevos cultivos, como el maíz y la patata. El sistema Norfolk permitía no dejar ninguna porción de tierra en reposo y obtener cultivos herbáceos para alimentar el ganado. Los sistemas de siembra mecánica en surcos paralelos hacían posible la recogida tanto del fruto como de las malas hierbas. La utilización de nuevos arados permitía remover la tierra con facilidad y proteger las semillas del viento y los animales.

Nuevas fuentes de energía e industrias

Electricidad y petróleo

En esta etapa, la **electricidad** y el **petróleo** desbancaron al carbón. La invención de la **dinamo** (1869) permitió producir electricidad en centrales hidroeléctricas, mientras que el **alternador** y el **transformador** (1897) hicieron posible el traslado de la corriente eléctrica. La electricidad tuvo múltiples aplicaciones: ferrocarril, tranvía, teléfono, telégrafo, radio, fonógrafo, cinematógrafo, etc. La invención del **motor de explosión** posibilitó la utilización del petróleo como combustible para los automóviles. El **motor diésel** aplicado a la navegación marítima permitió aumentar la rapidez y la capacidad de los barcos. La aviación fue otra de las grandes innovaciones posibles gracias al petróleo.

Desarrollo industrial

En el ámbito de la industria, la **metalurgia** adquirió un gran impulso provocado por la producción de nuevos metales como el **acero inoxidable** y el **aluminio**. La **industria química** logró un desarrollo importante en Alemania gracias a la fabricación de nuevos abonos, pesticidas y productos químicos.

Nueva organización industrial

Taylorismo y producción en serie

La fabricación en serie se consolidó como la mejor manera de aumentar la productividad, disminuir el tiempo empleado y reducir los costes de fabricación. Este nuevo método de trabajo se conoce como **taylorismo**, que consiste en la fabricación en cadena, es decir, la división del proceso de producción en tareas muy específicas utilizando máquinas de gran precisión. En este tipo de fabricación, cada obrero realiza una parte muy concreta del proceso. Este sistema de producción nació en Estados Unidos, y la fábrica de automóviles **Ford** fue una de las primeras en implantarlo.

Concentración industrial

Las empresas se hicieron cada vez mayores, dando lugar a la **concentración industrial**. Así nacieron el **cártel**, el **trust**, el **holding** y el **monopolio**.

Movimientos sociales: Marxismo, Anarquismo e Internacionalismo

Marxismo y socialismo

A mediados del siglo XIX, **Karl Marx** y **Friedrich Engels** denunciaron la explotación de la clase trabajadora y defendieron la necesidad de una revolución obrera para destruir el capitalismo. El fin de la propiedad privada debía llevar a la desaparición de las clases sociales y del Estado, alcanzando así el ideal de **sociedad comunista**, es decir, la sociedad sin clases. Los marxistas propusieron la creación de **partidos obreros socialistas**.

Anarquismo

El **anarquismo** reunió a un conjunto de pensadores que tenían en común tres principios básicos: **libertad individual**, **propiedad colectiva** y **rechazo a la autoridad**. Los anarquistas se oponían a la participación en la vida política y a la organización de los trabajadores en partidos.

Internacionalismo

Tanto marxistas como anarquistas defendían la necesidad de unir los esfuerzos de la clase obrera de todo el mundo para luchar contra el capitalismo (**internacionalismo proletario**). A partir de la iniciativa de Marx, se creó la **Asociación Internacional de Trabajadores** (AIT). Algunos dirigentes socialistas fundaron en París la **Segunda Internacional**, que, a diferencia de la primera, era una organización exclusivamente socialista, cuyo objetivo consistía en la coordinación de programas y actuaciones de los distintos partidos socialistas.

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