Este fragmento pertenece a La casa de Bernarda Alba escrita en 1936 y publicada por primera vez en 1945 por Margarita Xirgu en Buenos Aires. La obra pertenece al género dramático de la tragedia, cuya modalidad discursiva se basa en el diálogo. El autor del fragmento se trata de Federico García Lorca, nacido en Fuentevaqueros, Granada, en 1898. Estudió Derecho y Filosofía en su ciudad natal, en concreto, en la Universidad de Granada. En 1919, se trasladó a Madrid, donde vivíó en la Residencia de Estudiantes en la que convivíó con grandes artistas y pensadores de la época, entre los que conocíó a Luis Buñuel y a Dalí, con los que entabló gran amistad. Por otro lado, junto con algunos otros residentes como Pedro Salinas o Jorge Guillén formaron la Generación del 27. Éste era un grupo que admiraba y difundir las vanguardias europeas y la variación poética de la literatura española En 1929 decide dar un nuevo rumbo a su vida y se va a Nueva York a estudiar, y es en ese lugar, debido a algunos sucesos como el crack del 29, donde tiene una crisis personal. De vuelta en España, en 1936, estalla la Guerra Civil y al poco del comienzo de esta, es fusilado debido a sus ideales republicanos y su condición intelectual. A lo largo de su vida, Federico trabajó en varios campos de la escritura entre los que sobresalen la poesía y el teatro. En su primera etapa, destacan sus poesías populares y tradicionales con rasgos modernistas.
En su segunda etapa, realizó poesías más complejas influidas por el Surrealismo y con un aspecto reivindicativo y rebelde. Entre las obras destacadas se encuentran Llanto por Ignacio Sánchez Mejías y Poeta en Nueva York. También trabajó en el teatro, donde hizo hincapié en el género dramático. En este tipo de obras narra la preocupación y la obsesión por el dolor de vivir. En ellas utiliza un lenguaje sencillo, en el que abundan las metáforas y simbologías, ya que era un rasgo muy carácterístico de él.
Otro hecho a destacar es que siempre el papel protagonista en sus obras pertenecía a las mujeres. Entre los temas a destacar están la frustración, la soledad, el dolor, la falta de esperanza y los celos.
Trabajó gran variedad de subgéneros teatrales como farsas en la que destaca su obra La zapatera prodigiosa, dramas históricos como Mariana Pineda, obras vanguardistas tales como El público y Así que pasen cinco años. Y, por último, sus obras más importantes, más bien conocidas como “las tres tragedias de Lorca”:
Bodas de sangre (1933), Yerma (1934) y La casa de Bernarda Alba (1936)
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Como mencionamos antes, Federico García Lorca formó parte de La Generación del 27. La historia de este grupo comenzó con una reuníón en El Ateneo de Sevilla en conmemoración del tercer centenario de la muerte de Góngora. El grupo estaba integrado por ilustres personajes como Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Dámaso Alonso.
Todos ellos tenían un punto en común: realizaban una síntesis y difusión entre las principales novedades de las vanguardias europeas y la rica y variada tradición poética de la literatura española. Lorca vivíó durante los siglos XIX y XX en una España repleta de constantes cambios sociales y culturales. Los acontecimientos más remarcables durante este período fueron la La República comenzó con el fin del reinado de Alfonso XIII en 1931 y se extendíó hasta 1936, sufriendo una serie de reformas sociales que consiguieron elecciones, el sufragio universal, el divorcio… Pero llegaron a su fin con el comienzo de la Guerra Civil Española en 1936, en la que se enfrentaban dos bandos: los republicanos y los nacionales.
La temática general de la obra se basa en el enfrentamiento de dos ideas totalmente contrarias: la tiranía por parte de Bernarda y el deseo de libertad por parte de Adela, influenciadas por las ideas machistas de la época y la idealización del amor ROMántico. Además podemos apreciar otros temas como los celos, las apariencias, la pasión sexual, la virginidad, el clasismo, la envidia. En concreto, el tema del fragmento trata por un lado la envidia por parte de Martirio hacia la relación de Pepe y Adela (cuando Martirio dice: “Agradece que no desaté mi lengua.”), la vergüenza (“Y para ocultar su vergüenza lo mató y lo metíó debajo de unas piedras”), la violencia (“Sí, que vengan todos con varas de olivo y mangos de azadones, que vengan todos para matarla”), el machismo y la decencia de la mujer (“Que pague lo que debe”).
Ahora procederemos a realizar un breve resumen con las ideas principales del texto: Martirio y Adela discuten sobre el romance que tiene ésta con Pepe el romano. Al acabar, Poncia cuenta que la hija de la Librada ha matado a su bebé bastardo y todos los personajes menos Adela apoyan su persecución.
Además, internamente el texto lo podemos dividir en tres partes:
En la primera parte (desde la primera acotación hasta donde sale Bernarda) la criada avisa de que algo pasa en la calle y todas menos Adela y Martirio deciden ir a ver qué pasa. Después, en la segunda parte (desde la primera intervención de Martirio hasta “se siente crecer el tumulto”) se muestra una discusión en la que Martirio le cuenta a Adela que su amor no es correcto y que ella le va a poner fin. Por último, en la tercera parte (desde la primera intervención de Poncia hasta el final) se comenta que una mujer ha matado y escondido a su hijo extramatrimonial y está siendo perseguida. Por ello, los personajes piden su muerte, excepto Adela, ya que cree que está embarazada.
Personajes:
Comenzaremos por el que le da nombre a la obra: Bernarda. La protagonista de la obra es Bernarda Alba. Es una mujer española de 60 años del Siglo XX, madre de cinco hijas y que ha sido viuda un total de dos veces en su vida. Se le caracteriza por tener un carácter autoritario y poco cariñoso (“¡Vosotras al patio!”) En el fragmento, también podemos apreciar que es una persona cruel (“¡Que pague la que pisotea su decencia!”) y vengativa (“¡Carbón ardiendo en el sitio de su pecado!”).
Acto seguido, nombraremos a las hijas y las criadas que aparecen en el texto: Martirio es la cuarta hija de Bernarda. Es un personaje que como su nombre indica, está atormentada e indica sus sentimientos. En el fragmento se muestra celosa (“Agradece que no desaté mi lengua”), vengativa y machista (“¡Que pague lo que debe!”). El personaje de Adela, se trata de su hija más joven. Su nombre significa que es de carácter noble. A pesar de esto, se muestra rebelde y luchadora (“¡Lo tendré todo!”). A su vez, también muestra un carácter apasionado (“He ido arrastrada como una maroma”), y empático (““¡No, no, para matarla no!”). La Poncia es la criada que más años lleva al servicio de la familia, tiene 60 años. Debido a su extensa relación con Bernarda podemos apreciar que se ha convertido en su confidente por lo que es muy leal a ella (se puede apreciar cuando obedece sin rechistar). Además, uno de sus rasgos más carácterísticos es que es chismosa (“La hija de…Quién”). Por último, también aparece La Criada, que a pesar de no tener gran importancia tiene un papel de relevancia en el fragmento, ya que a partir de su intervención se origina todo lo ocurrido posteriormente y podemos conocer lo que le ocurre a la hija de la Librada y a Adela.
En cuanto al espacio, . El espacio interior lo podemos apreciar con acotaciones como “bajo el arco”. Ésta nos indica que los personajes se encuentran en la casa encerrados mientras escuchan todo lo que sucede.
El espacio exterior tiene gran importancia en el fragmento debido a que parte de la acción se desarrolla fuera de la casa. Éste lo podemos apreciar en frases como “En lo alto de la calle” o “Los traen arrastrando por la calle abajo”.
El fragmento se ubica en el período de luto (“Os supe mujeres ventaneras rompedoras de su luto”). También sabemos que la relación entre Pepe y Adela ya ha avanzado (“Hace la que puede… Podido”). Además, podemos observar alguna alusión al pasado (“tuvo un hijo pero unos perros lo sacaron”) y así conocer la historia de algunos personajes con más detalle. Todos estos acontecimientos tienen lugar al final del segundo acto. En el fragmento, observamos que se trata de un diálogo entre varios personajes en el que predomina un lenguaje sencillo, dado que se trata de un contexto casual e informal, por lo que se utiliza un castellano vulgar. Además las intervenciones son rápidas y cortas, con las que se consigue una mayor agilidad al texto y se omiten expresiones para dar más agilidad. Respecto al lenguaje, podemos ver la confianza que tiene Poncia hacia Bernarda, ya que le llama por su nombre y no de usted, y le cuenta los hechos acontecidos como si de una amiga se tratase. (“Y… Campos”, “¡Bernarda!”).
En cuanto al vocabulario podemos ver que cada personaje habla según su condición. Por ejemplo, cuando Poncia dice: “Lo han puesto en el tranco de la puerta”; el uso de la palabra tranco nos indica la vejez del personaje.
La sintaxis del fragmento es poco compleja ya que predominan las oraciones simples (“¿Qué ocurre?”); a excepción de algunas intervenciones más largas como la que hace Poncia, pero que aún así carecen de complejidad. A su vez, en el fragmento abundan multitud de recursos como:
– Metáforas: (“Mujeres ventaneras y rompedoras de su luto”)
– Hipérbole: (“Dando unas voces que estremecen los campos”)
– Antítesis: (“Tú querías pero no has podido)”
– Símiles: (“He ido como arrastrada por una maroma”)
– Polisíndeton: ralentiza la acción contando con detalle (intervención de poncia)
Además, la obra está cargada de simbología que nos ayuda a entender aún más la situación de los personajes. Algunos de los elementos simbólicos que aparecen son:
-La casa: Representa el silencio, la presión, el estrés… Que deben sentir las hijas a la hora de cumplir el luto. (“Siempre…Patio”).
-El pecado: El acto cometido por la hija de la Librada es percibido por la sociedad de mala manera. (“Ahora la quieren matar”)
-El carbón: Simboliza las consecuencias que reciben los pecadores.