León Battista Alberti (1404-1472). Fue arquitecto y el primer teórico artístico del Renacimiento. Escribíó varios tratados de arte, donde recoge los principios sobre las bellas artes y se muestra partidario de la geometría, ciencia en la que se basan las proporciones, la composición y el orden. Alberti realizó el San Lorenzo, Florencia. Distribución de módulos y líneas de fuga. Capilla Pazzi.
exterior del templo gótico de San Francisco en Rímini (1466), Templo Malatestiano. La fachada principal, cuyo segundo cuerpo está inacabado, tiene formas geométricas: combina el motivo
del arco de medio punto flanqueado por columnas adosadas de orden compuesto y coronado por dinteles; se inspira en los arcos triunfales romanos. La fachada lateral se compone de arcos de
medio punto y óculos en las enjutas que proporcionan efectos de claroscuro.
Lorenzo Ghiberti (1378-1455). Fue el iniciador de la estética renacentista en la escultura. Sus composiciones son ordenadas y armónicas, las figuras humanas se inspiran en la escultura clásica y son por lo general proporcionadas e idealizadas, aunque en algunas obras se muestra más naturalista. Se interésó por la representación del espacio tridimensional, tal como habían hecho los artistas grecorromanos, recreando la profundidad en sus relieves mediante el empleo de la perspectiva lineal, las figuras y objetos se van reduciendo en función de la distancia, lo que provoca la ilusión óptica de la tridimensionalidad. El artista sitúa las figuras de más cerca a más lejos en diferentes planos de relieve,
que son paralelos al fondo, técnica del stiaccisto. Ghiberti realizó las segundas puertas del baptisterio de la catedral de Florencia (puertas del norte), las primeras las había realizado Andrea Pisano. Están hechas de bronce, compuestas por 28 medallones cuadrilobulados de influencia gótica, con temas referentes a la vida de Cristo. Pero lo mejor y más novedoso de la producción de Ghiberti son las terceras puertas del baptisterio de la catedral de Florencia (puertas del este), terminadas en 1452, conocidas como las Puertas del Paraíso.
Michelozzo di Bartolomeo (1396-1472). Discípulo de Brunelleschi, su obra más famosa es el Palacio Médici Riccardi de Florencia (1460). Es muy similar al Palacio Pitti, consta de planta rectangular y tres pisos. Su paramento almohadillado se dispone con un relieve decreciente de abajo hacia arriba, lo que produce cambiantes efectos de luces y sombras. Las ventanas con forma de arco de medio punto están divididas por parteluces (ventanas ajimezadas o geminadas) y el coronamiento se remata con un alero saliente.
Nícolás Francés (h. 1434-1468), cuyo apellido no sería lo suficientemente indicador de nacionalidad
gala de no acompañarse de unas carácterísticas pictóricas que lo alejan de lo español como la introducción en las tablas de diminutas figuras, fuera de toda escala proporcional en relación
con las colindantes, los colores vivos, los perfiles elegantes y estilizados, las formas sinuosas y un gran carácter narrativo. Su obra principal es el retablo mayor de la Catedral de León dedicado a la Vida de la Virgen y San Francisco realizado en temple y óleo sobre tabla (Museo del Prado).
En Salamanca sobresale Nícolás Florentino. Para la catedral vieja de Salamanca hace un retablo de cincuenta y tres tablas, que cubren totalmente el sector cilíndrico del ábside ROMánico de la Catedral, en una disposición que nada tiene que ver con la de los retablos españoles. Las pinturas representan episodios de la vida de la Virgen y bustos de profetas. Contrata, después de una estancia en Italia, su patria, el fresco del Juicio Final, en la bóveda del ábside de la misma catedral.
El maestro de Flemalle, al que algunos han identificado con Robert Campin (1375-1444), fue uno de los primeros pintores que perfeccionaron la técnica al óleo, permitíéndole conseguir un gran colorido y extraordinarias veladuras. Entre sus obras destacamos el Tríptico Merode o el retablo de Santa Bárbara.
En él aparecen algunas de las constantes de la pintura flamenca. Pintura de interior, búsqueda de la perspectiva, detallismo, simbología, incorporación de donantes, etc.
Roger van der Weyden (h.1400-1464). Es otro de los pintores destacados en esta primera mitad de siglo. Su obra más importante es el Descendimiento, que se desarrolla sobre un fondo liso dorado. Las figuras tienen una gran expresividad y Realismo en los rostros y en las texturas de los tejidos, pero tampoco se descuida el valor simbólico de los objetos o de los gestos, como por ejemplo la relación entre madre e hijo, acentuada por una línea de composición, en diagonal curvada, paralela entre ambos.
Jan van Eyck (1390-1441) es el principal representante de la pintura flamenca en la primera mitad del Siglo XV. Esta tendencia pictórica se desarrolló en el ámbito de una regíón europea enriquecida por su privilegiada situación en las rutas comerciales y por las ferias que se celebraban anualmente en ciudades como Tournai, Ypres, Amberes o Brujas. Allí una nueva clientela, con gustos más exigentes y lujosos, demanda un nuevo tipo de pintura, cuyas carácterísticas podrían resumirse en los siguientes aspectos:
– Utilización de la técnica del óleo sobre tabla.
– Pintura minuciosa y detallista al servicio de la Iglesia y de la burguésía.
– Creciente importancia del paisaje y del género pictórico del retrato.
– Representación fidedigna de la realidad, aunque con una gran carga simbólica