Caracteristicas de la novela doña barbara


Varios son los textos trabajados en este año escolar. Nos hemos paseado por  la historia de la literatura latinoamericana desde Doña Bárbara (1929) de Rómulo Gallegos, pasando por El Túnel (1948) de Ernesto Sábato y  El reino de este mundo (1949) de Alejo Carpentier, hasta llegar a Cien años de Soledad (1982) de García Márquez. Dichos textos seleccionados reflejan la realidad de la Latinoamérica del momento en que se enmarcan.

Doña Bárbara se contextualiza en la Venezuela de los años veinte, marcada por la dictadura de Juan Vicente Gómez que oprimió a un pueblo ignorante, cuya única esperanza era la ilustración.  Tal realidad se observa en la novela de Rómulo Gallegos a través de la simbología de los personajes. Doña Bárbara representa justamente esa barbarie opresora; los campesinos en general representan al pueblo venezolano enfermo de ignorancia, quienes se dejaban manipular y robar por la Ley del Llano, la cual era diseñada a conveniencia de Doña Bárbara; y Santos Luzardo vino a ser precisamente la solución a partir de la educación. En este sentido, es una novela regional optimista.

La mayoría de la mujeres de la época de Juan Vicente Gómez  vivían ocultas tras el fogón de la cocina, opacadas por la sombra de su marido. Sin embargo, de este tiempo también son la mujeres como Carmen Clemente Travieso, periodista que luchó por los derechos de la mujer y Cecilia Núñez Sucre, educadora y política, primera mujer electa al Senado de la República; en consecuencia, es la época el despertar de la mujer en la sociedad, al punto de atreverse a ocupar cargos que implican tener a hombres notables como sus subordinados. Por eso, no sorprende ver a una mujer como Doña Bárbara representando el poder en la ribera del Arauca, un lugar repleto de hombres machistas y recios de carácter.

En otro orden de ideas el hombre venezolano de los años veinte se enfrentó a la lucha contra la barbarie, tuvo que revestirse con las armas de la educación, para enfrentar a una tiranía tan poderosa como ignorante. Vale señalar que una buena consigna para la época era demostrar que el conocimiento es poder. En este sentido se nos muestra Santos Luzardo, quien en un principio vio su vida afectada por las decisiones bárbaras tomadas por su padre y su tío, las cuales inundaron de sangre la historia de Luzardos y Barqueros; sin embargo, Santos logra escapar a la tradición de muerte de su familia a través del conocimiento de la civilización obtenido durante sus estudios, para así regresar al llano a poner orden y ganarle la guerra a la ignorancia.

Juan Vicente Gómez intentó siempre mantener una fachada de democracia, realizó algunos aportes como la creación de una aerolínea, sin embargo, los campesinos vivían oprimidos y en desconocimiento de lo que pasaba en la ciudad, trabajaban como esclavos mientras Gómez volcaba sus esfuerzos en modernizar a su querida ciudad de Maracay. Lo mismo pasa en Doña Bárbara, los campesinos que entregan su vida a los hatos que bordean al Arauca, poco o nada saben de los progresos de la ciudad. Por eso Doña Bárbara tiembla y sucumbe ante la amenaza que le hace Santos de enunciarla a instancias superiores, en las que su poder se desvanece.

La sociedad en general durante la dictadura de Gómez estaba divida en dos grandes bandos, los que apoyaban el régimen tirano y los que se le oponían. De la misma forma se plantea en Doña Bárbara, o estás con Doña Bárbara o estás en su contra. Ser un luzardero es cuestión de honor y para ello se necesita valentía pues significa también la guerra contra los miedeños.

Tal y como se plantea anteriormente, Doña Bárbara sí es un fiel reflejo de la sociedad de su tiempo. Ahora veamos el caso de El Túnel de Ernesto Sabato.




























El peronismo es el contexto histórico que envuelve la publicación de El túnel.
Para ese momento Argentina estaba asediada por la crisis económica y en un intento por salvarla, llega Perón a la presidencia en 1946. Buenos Aires se convertía en una metrópoli, razón por la cual se dio un gran éxodo de pueblerinos a la ciudad. Sin embargo, poco o nada se habla de esto en la obra. El túnel es una novela psicológica de corte policial, lo más importante no es lo que ocurre ni donde ocurre, sino lo que piensa el protagonista Juan Pablo Castel. Caso similar es de la sociedad, Sabato apenas nos deja ver retazos de una sociedad bastante elitesca, que visita de galerías de arte y se reúnen en grandes festines del derroche. Pero, no se transparenta en lo absoluto la crisis real que afrontaba la Argentina del momento.

El túnel como novela psicológica, poco refleja de la latinoamericanidad. Los hombres están envueltos en un psicodrama que gira en torno a María Iribarne. Castel solitario e incomprendido cree encontrar en María la comprensión y el amor que no ha tenido, por ser ésta la única persona que ha entendido su pintura. Su obsesión por María es llevada al límite y la mata creyéndose engañado. Psicológicamente es un personaje muy intenso, cuya habilidad mental se cuestiona y cuestiona al lector sobre la existencia humana. Este tipo de hombre no es representativo del común denominador del latinoamericano, como tampoco lo es Allende, el esposo de María, está ciego y conoce a Castel porque le entrega una carta que María le dejó antes de partir por primera vez a la estancia de Hunter su primo. Al enterarse por boca de Castel de las infidelidades de María y de su muerte, lo llama «insensato» y termina por suicidarse. Castel y Allende son hombres desequilibrados y conflictivos, esto da cuenta de personalidades concretas, no de una cultura como tal.

María Iribarne, como representante de la mujer, tampoco puede darnos cuenta de la cultura femenina de la latinoamericana, un tono de misterio y confusión envuelve su historia. Responde al interés que Castel siente por ella pero nunca logra entregarse del todo, tal vez por su estado civil, sin embargo, según sospechas de Castel mantiene relaciones afectivas con Hunter a quien visita frecuentemente. En honor a la verdad, la mujer latinoamericana es un antónimo de lo que es María Iribarne, pues ha sido reconocida históricamente como una mujer fiel y hogareña.

Respecto a los ambientes rural y citadino, la trama del túnel se desarrolla en la ciudad, la cual poco se describe, apenas hay unas pinceladas de la misma cuando Castel está buscando a María, y en cuanto al campo, sólo se hace referencia a la Estancia de Hunter cuando es visitada por María, mas no se describe el ambiente en sí. Por lo anteriormente expuesto, puede afirmarse que El Túnel es una excepción en la afirmación de que la selección de textos estudiada este lapso es reflejo de la cultura latinoamericana.

Por otra parte, Alejo Carpentier con su obra El reino de este mundo sí hace un esfuerzo consciente de reflejar la dura realidad que enfrentó el pueblo Haitiano en la lucha por su independencia. Desde la más pura expresión del realismo mágico, Carpentier no sólo nos muestra los conflictos políticos que marcaron el proceso de independencia, sin que además nos muestra también la cultura religiosa del negro haitiano, el cual se sentía mucho más africano de americano.

Ti Noel, es un negro esclavo, ignorante, seguidor de Mackandal y Bouckman, su dueño es Monsieur Lenormand de Mezy. Vive la destrucción de su amo en Cuba por culpa del alcohol y las apuestas, luego lo compra otro amo, de quien se escapa y regresa a Haití donde vivirá en las ruinas de la antigua casa de Lenormand y participará de manera importante en el derrocamiento del rey negro Christophe, quien se había hecho más tirano que los franceses. Finalmente, durante el gobierno de los mulatos republicanos, éste practicará el ejercicio de la metamorfosis y el dominio de las fuerzas de la naturaleza. Ti Noel, por un lado, representa la creencia en la tradición africana de Haití, el vudú, la magia, etc. (todos estos representados por Mackandal y Bouckman), y, por otro, es un hombre que ante todo es un amante de la libertad. Por esto, es un reflejo exacto del haitiano del momento.

En otro orden de ideas, Paulina Bonaparte es una francesa, posiblemente emparentada con Napoleón Bonaparte y sus ideas de libertad. Llega a Haití y se mezcla a tal punto con la realidad mágica y religiosa del lugar que hasta su muerte termina marcada por el halo del misterio y la brujería. La fusión de culturas en ella va de lo amoroso a lo religioso, mostrando así que luego del intercambio cultural ninguno de los involucrados pudo ser el mismo.

Del mismo modo, Gabriel García Márquez con sus Cien Años de Soledad logra reflejar fielmente al latinoamericano. Al igual que Carpentier, Márquez se posa sobre la técnica del realismo mágico.

La lucha entre liberales y conservadores marcó la historia de buena parte de los países de Latinoamérica, esta lucha la ganaron los conservadores en Colombia y los liberales en Venezuela. Esto explica por qué siendo países vecinos y hermanos, son tan diferentes en su cultura. En Cien Años de Soledad, la familia Buendía era liberal y Macondo llegó a ser campo de batalla contra el régimen conservador. Así mismo se puede observar como Macondo cambia a partir de la llegada de la industria bananera y ve su ocaso ante su partida, tal y como le ocurrió al pueblo natal de Márquez Aracataca.

Los nombres Aureliano y Arcadio (entre otros)  se repiten generacionalmente con ligeras variaciones, esto también da cuenta de la tradición onomástica del latinoamericano, que le pone a los hijo los nombres de los padres o abuelos como signo de honor.

Tanto el hombre como la mujer de Latinoamérica encuentran en Cien años de Soledad su fiel reflejo. El hombre luchador, que defiende a su hogar y a su patria, también el pendenciero y el machista, todos tienen un ejemplo en la obra. La mujer de hogar y guerrera de valores pueden identificarse plenamente en Úrsula Iguarán, sin embargo, Latinoamérica está también llena de abnegadas Amarantas, seductoras Pilares Ternera y hasta de puras Remedios.

De la misma forma se traza la diferencia entre el ambiente citadino y el rural, pues el pueblo Macondo se desarrollaba lentamente y al margen del progreso que inundaba las grandes de capitales del mundo y cuyas noticias llegaban esporádicamente a través de los gitanos o visitantes como Pietro Crespi.

De tal forma se confirma lo planteado al principio del texto, y es que, exceptuando a El Túnel de Sabato, la selección de textos estudiadas este lapso en literatura, son un reflejo importante de la cultura latinoamericana.

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