El Dialecto Andaluz: Un Estudio de sus Rasgos Distintivos
Fonética
1. Aspiración de la /f/ inicial latina
La aspiración de la f- inicial latina (humo, hambre, higuera, etc.) es considerada un rasgo andaluz. Dicha aspiración, proveniente del castellano arcaico, todavía pervive en el ámbito rural de prácticamente toda la región, salvo en la provincia de Jaén, noreste de Granada y casi toda Almería. El límite coincide con el límite político administrativo de Córdoba.
2. Aspiración de /j/ (/x/) castellana
Junto con la aspiración de /h/ procedente de f- inicial latina, hay que considerar la identificación con ella de la aspiración de /j/ (/x/) castellana. La aspiración se diferencia esencialmente del sonido /x/ puro en la amplitud de la abertura entre el postdorso y el velo del paladar. Ambas aspiraciones, como asimismo la de la -s, pueden ser sordas o sonoras.
3. La «s» andaluza
- La «s» castellana se pronuncia apoyando la punta o ápice de la lengua contra los alvéolos superiores (/s/ apicoalveolar cóncava). Casi ningún hablante andaluz la pronuncia así, sino con la lengua en posición más plana, o incluso convexa (curvada hacia abajo), de modo que el punto de apoyo son los dientes. Por eso, esa «s» andaluza no se define como apicoalveolar, sino como dental.
Distinción/confusión s/z (seseo/ceceo): la pronunciación de la «s» andaluza no se puede desligar de los casos de seseo/ceceo, es decir, del fenómeno de la confusión entre /s/ y /z/. Esto se produce cuando el hablante iguala los sonidos del español general correspondientes a las letras «s» y «z» a un solo fonema, que unas veces es más cercano a «s» (seseo) y otras a «z» (ceceo). Se calcula que algo más de un tercio de los andaluces distingue /s/ y /z/, aproximadamente una cantidad igual sesea, y menos de un último tercio cecea (tiene consideración social baja). El ceceo, en hablantes de escaso nivel cultural, puede llegar a ser un «heheo». Este fenómeno de la «s» se encuentra fragmentado en el interior de la región andaluza, donde hay hasta ocho patrones posibles de comportamientos lingüísticos:
- Distinción con -s castellana (modelo estándar)
- Distinción con -s cordobesa
- Distinción con -s sevillana
- Confusión seseante con -s cordobesa
- Confusión seseante con -s sevillana
- Confusión ceceante
- Confusión con sonidos intermedios con asibilación e interdentalización
- Confusión con alternancia entre la variante asibilada y la dento-interdental
4. Modificación de la -s implosiva
Uno de los fenómenos con mayor capacidad diferenciadora es la modificación de la -s implosiva, que para estar en esta posición se realiza con menor fuerza articulatoria. Sin embargo, tampoco es un rasgo compartido por igual por todos los andaluces. La suerte de la -s final es distinta según se sitúe en interior o al final de palabra, ante consonante, vocal o pausa.
5. Pronunciación velar de la «j»
La pronunciación velar de la «j» (y «g» antes de «e», «i») se extiende por el norte y el centro de la península, pero en la mayor parte de Andalucía lo que hay es un sonido aspirado con soplo espiratorio, desde la faringe, de forma que
caja, ajo, reja, jamón
se pronuncian caha, aho, reha, hamón, etc. Desde el punto de vista sociolingüístico, el dato que más llama la atención de la pronunciación aspirada de la «j» castellana en Andalucía es su alta consideración social.
6. Confusión de -r y -l
La confusión de -r y -l no está, sin embargo, tan extendida como el estereotipo andaluz parece reflejar, aunque es un rasgo bastante vivo en muchas zonas de Andalucía. Según Dámaso Alonso¹, esta confusión de -l y -r, su pérdida o su fusión en un solo fonema son manifestaciones de un mismo hecho: la degradación o relajación de las consonantes en final de sílaba (que comprende la -s).
7. La «ch» andaluza
La «ch» castellana se pronuncia uniendo el dorso de la lengua al paladar de modo que impide la salida del aire (oclusión), dejándolo salir al superarlo no de golpe, sino poco a poco (creando una fricción del aire). Eso técnicamente se llama una articulación africada. En Andalucía se pronuncia una «ch» relajada, es decir, que se elimina el movimiento de cierre, acercando el dorso de la lengua al paladar sin que se impida del todo la salida del aire, que sale poco a poco desde el principio de la articulación.
8. Yeísmo
Este fenómeno se produce al pronunciar del mismo modo los sonidos que escribimos con «ll» y con «y» (llave, poyete).
9. Pérdida de -d- intervocálica
La pérdida de la -d- en -ado es un fenómeno ya general en el español vulgar de casi todas las regiones, e incluso está alcanzando un considerable grado de penetración social.
10. Pérdida de -g intervocálica
La pérdida de -g intervocálica tiene menor intensidad que la de la dental y afecta solamente a algunas palabras aisladas, muchas de las cuales tienen una escasa frecuencia de uso. Son voces como
miaja (de migaja), auja por aguja o la mucho menos frecuente cuja por cogujada, que ofrece juntas la pérdida de -d y -g.
11. Caída de la -r
La caída de la -r tiene menos incidencia aún, ya que afecta solo a unidades lingüísticas muy frecuentes, como pa por para, quie por quiere.
Aspectos Morfosintácticos
- Cambio de género.
- Uso de «ustedes» en lugar de «vosotros».