Caracteristicas del esperpento y su reflejo en luces de bohemia


5. La obra de Valle-Inclán y su aportación al panorama teatral. El Esperpento

– (INTRODUCCIÓN)

Luces de Bohemia es una obra escrita por R. del Valle
Inclán en 1920 (1ª edición, ampliada en 1924) en la que

se define por primera vez el ESPERPENTO como expresión literaria.

– (DESARROLLO)

BREVE CONTEXTUALIZACIÓN HISTÓRICO-SOCIAL Y LITERARIA

La obra literaria de Valle surge en un contexto histórico literario “crítico”, entre finales del siglo XIX y primer

tercio del XX, época convulsa tanto política como socialmente y los artistas, literatos,… son el fiel reflejo de esa realidad:

los movimientos artísticos decimonónicos están agotados, la burguesía no da respuestas a los problemas existentes, por

ello, primero en Europa, y más tarde en España se desarrollan distintas corrientes “anti-burguesas” que de múltiples

formas intentan canalizar el descontento ante esa situación.

Así, en España aparece el Modernismo, a finales del siglo XIX, movimiento literario creado por Rubén Darío a

raíz de sus contactos con la literatura europea ( simbolismo, parnasianismo,…) ávida de transformar la realidad mediante

posturas de evasión y/o marginación social, creando un lenguaje completamente nuevo, simbólico,…; de manera paralela

aunque ligeramente posterior, surge la Generación del 98, corriente literaria de denuncia, que intenta re-generar la

realidad del momento.

EL ESPERPENTO: ORÍGENES, CARACTERÍSTICAS, OBRAS

A partir de la definición que el propio Max aporta en la Escena XII sobre el esperpento y que desarrollará a partir de

Luces de Bohemia se analiza la estética esperpéntica.

El esperpento es el resultado artístico de un compromiso del autor con la realidad histórica y social: se basa en hechos

reales y pretende reflejar la vida española en su totalidad.

1.- Recrea la historia española para denunciar la miseria material y moral del principios del siglo XX, así como la

imposibilidad de erradicarla. El protagonista sufre también en él y en otros personajes:

–La incapacidad social para reconocer la injusticia.

–La aceptación ciega o egoísta del orden establecido.

–El desinterés y el desprecio por el talento y la cultura.

–La falta de compensación moral.

2.- Desmonta a los personajes y los imposibilita para ser héroes:

–Esperpentización por el físico: “Su Excelencia, tripudo, repintado, mantecoso”

–Esperpentización antiestética:”Secretaría particular de su Excelencia. Olor a brevas habas, malos

cuadros, lujo aparente,…”

–Esperpentización antiética: “Su Excelencia… responde con un arranque de cómico viejo, en el

buen melodrama francés”. (Esc.VIII)

3.- Lo grotesco descubre la degradación colectiva mediante tres operaciones esperpentizadoras: desclasar, deshumanizar

e idiotizar.

–DESCLASAR

Los personajes quedan reducidos a fantoches por sus dichos, sus hechos y por su aspecto, sólo la profesión les permite

mantener la identidad social. Delito y golfería, ignorancia y dejadez ejercen una función igualadora: el Ministro,

Dieguito, don Latino, Zaratustra, la Pisa-Bien y otros marginados practican o encubren el robo, aprovechándose de las

circunstancias; otro aspecto de lo grotesco se encuentra en las denominaciones personales: diminutivos y nombres

esperpénticos para desclasar a los nombrados: el Capitán Pitito, Dieguito, la Pisa-Bien, el Rey de Portugal,…

– Muñequización: el autor vacía a los personajes de razón, sentimiento y cultura hasta transformarlos en títeres o

fantoches. El colorido de los pingajos, la desproporción de la greña o el gesto animalesco e idiota son precisados con

prosopografías (cosificaciones) y animalizaciones:

– Prosoprografía: los personajes secundarios están caracterizados por si apariencia, por los vestidos y objetos que los

cosifican: “Entran en la taberna obreros golfantes -blusa, bufanda y alpargata-.” (esc.III), “El farol, el chuzo, la caperuza”

(esc.XI),…

– Animalización: la ausencia de rasgos humanos se acentúa con retoques animalizadores: “Los tres visitantes reunidos

como tres pájaros en una rama” (esc.II), “Don Latino de Hispalis, volviéndose de espaldas, cocea la puerta” (esc. XII),…

–IDIOTIZAR

La sociedad de Luces de Bohemia padece un tipo de enajenación provocada por la ignorancia y el egoísmo reinantes, de

manera que los personajes, debilitados e incapacitados, se confiesan por su hablar maquinal, disparatado o frívolo. Nadie

se preocupa de diferenciar lo verdadero de lo falso, lo justo de lo injusto, lo evidente; los idiotas atentan contra la

inteligencia de Max Estrella, seguros de que lo van a ganar.

Es, a partir de 1920, cuando la obra de Valle se desarrollará con esta estética con la publicación de cuatro obras

dramáticas: Farsa de la enamorada del rey, Farsa y licencia de la reina castiza, Divinas palabras y Luces de Bohemia:

en las primeras ya son títeres y marionetas grotescas sus personajes, en la tercera, el contenido es esperpéntico y es en la

última donde se define por primera vez el esperpento como creación literaria y técnica expresiva.

A partir de estas obras el resto de su producción, en cualquier género literario estará dominada por el esperpento, tanto

Martes de carnaval, trilogía que revisa la situación histórica, Tirano Banderas, novela de denuncia de las dictaduras

latinoamericanas como las obras que componen El Ruedo Ibérico, novelas que vuelven a denunciar la situación trágica

en que se vivía. Al género poético pertenece El pasajero, treinta y tres composiciones temas de gran trascendencia: la

muerte, el dolor, la vida, la pasión, la eternidad, etc.

(PANORAMA TEATRAL)

El teatro de Valle resulta completamente innovador dentro del panorama teatral en el que aparece (primeros años del

siglo XX) dominado por el teatro burgués de alta Comedia de Benavente o por los sainetes y astracanadas de Arniches.

Valle pretendía difuminar las barreras formales existentes entre el género teatral y la novela y, en cuanto al contenido,

buscaba una alternativa de denuncia y oposición a todo aquello que fuese paradigma de la burguesía.

Partiendo de ese propósito literario y vital, su teatro se convierte en un precedente del nuevo teatro europeo, porque

coincide en algunos aspectos con los postulados del A. Artaud (teatro del absurdo), con la formulación que hace B.Brecht

del antihéroe y con alguna de sus técnicas: prefiere el distanciamiento, utiliza recursos del teatro popular, niega las leyes

clásicas del espacio y del tiempo y enlaza cuadros autónomos, aunque estén relacionados entre sí; sin embargo, los fines

son distintos: Brecht concibe el teatro como un medio de transformación social y Valle crea el esperpento para denunciar.

La negación de las leyes del espacio y el tiempo (ya puestas en práctica por el teatro barroco español) hace que la obra de

Valle resulte irrepresentable en su época, además de ser considerada como “obra de teatro para ser leída”. El autor ya

proponía soluciones con la utilización de diferentes lenguajes como el incipiente cinematógrafo del que era gran

admirador.

No obstante se señala como obstáculo para la representación la propia estructura de la obra:

–ESTRUCTURA EXTERNA: es lineal, aunque admite un juego de simultaneidades, producidas por la superposición

temporal de escenas: cada escena transcurre en un lugar distinto del anterior. Sólo transcurren en un mismo lugar la 1ª y

13ª escenas y la 3º y la última.

–ESTRUCTURA INTERNA: la determina el ritmo dramático, caracterizado por un juego de tensiones y distensiones, el

núcleo comprende cinco escenas, desde la IV a la VIII; alrededor del enfrentamiento de la bohemia con el mundo oficial,

Valle distribuye las escenas restantes, logrando evidentes contrastes.

Los escenarios callejeros (espacios abiertos) son importantes porque es el medio donde mejor se manifiesta la realidad

esperpéntica de España: miseria, violencia y dolor, desacuerdo e insolidaridad de distintos grupos sociales, ridiculez,…;

aunque los espacios cerrados tampoco se libran de los males callejeros: librería de Zaratustra, cueva, animalización,…;

taberna de Pica Lagartos, asiento de marginados, rufianes que viven del chantaje y el engaño: cárcel donde hallamos la

represión y la injusticia; la redacción de El Popular donde se aprecia el servilismo de los medios de comunicación y la

desinformación de los ciudadanos; el Ministerio de gobernación donde advertimos la corrupción e ineptitud de los

políticos,…

Respecto al tiempo dramático, la unidad temporal de la obra se consigue con dos juegos de luces, el que alumbra desde el

atardecer hasta el amanecer (Escenas 1ª – 12ª), momento en que muere Max, y el de las luces del epílogo, las tres últimas

escenas, hasta que mueren Madama Collet y Claudinita. Este tiempo concentra una considerable carga de simbolismo;

representa la tragedia individual del poeta ciego y la colectiva de toda la sociedad a la que pertenece. Este tiempo

dramático se puede contemplar como lineal, a pesar de algunas simultaneidades en las escenas 6ª, 7ª y 8ª: mientras Max

es encarcelado (E.VI), don Latino y los modernistas visitan la redacción de El Popular (E.-VII)

Tampoco ayuda a la puesta en escena la inclusión de animales en el escenario: Don Latino aparece repetidas veces

acompañado de un perro; este mismo animal es testigo de la muerte de Max en la Escena XII, en la Escena II, Zaratustra

conversa con sus animales,…

Por último son interesantes las reflexiones que el propio Valle hace sobre el teatro: fue actor y adaptador de obras

dramáticas, experiencias que influyeron en la creación del esperpento, que por su riqueza en imágenes y en matices

expresivos sólo se desarrolla plenamente mediante el espectáculo:

“Otra de las dificultades con que yo tropiezo es mi afición a dramatizarlo todo. Hay escritores que van detrás de sus

personajes y les siguen la pista y cuentan todo lo que hacen. Yo necesito trabajar con mis personajes de cara, como si

estuvieran ellos en un escenario; necesito oírles y verlos para reproducir su diálogo y sus gestos.”

“Se parte de un error fundamental, y es éste: el creer que la situación crea el escenario. Eso es una falacia, porque, al

contrario, es el escenario el que crea la situación. Por eso el mejor autor teatral será siempre el mejor arquitecto. Ahí está

nuestro teatro clásico, teatro nacional donde los autores no hacen nada más que eso: llevar la acción sin relatos a través

de muchos escenarios.” 

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