2 La literatura cervantina
En la literatura de transición entre los siglos XVI y XVII convivieron los motivos tópicos de las obras renacentistas con una nueva visión del mundo que apuntaba directamente hacia la estética del Barroco. Se siguieron publicando libros de caballerías o relatos ambientados en una atmósfera pastoril. Se manifestó también un impulso renovador que valoraba el ingenio y la ironía o que daba entrada a una visión más crítica de la realidad. Los personajes literarios no solo eran héroes sino que podían tener debilidades que los hacían más humanos.La obra de Miguel de Cervantes tuvo afinidades con ese proceso evolutivo que se denominó manierismo
. De acuerdo con la cronología y con ciertos rasgos de estilo, Cervantes podría ser vinculado con escritores como el inglés Shakespeare, el italiano Tasso o el portugués Camões.
Cervantes nacíó en la plenitud del Imperio español y su vida vino a desembocar en la decadencia de su patria. Por tanto, sus obras tendieron un puente entre el idealismo renacentista y el Realismo Barroco, evolución natural para alguien que en su juventud participó del optimismo humanista y que, en su madurez, se sentía desengañado por los múltiples golpes sufridos.
Entre los rasgos carácterísticos de su obra, cabe señalar:
– Su amplia formación cultural, fruto de una curiosidad autodidacta y de la lectura, que lo llevaría a cultivar la mayoría de géneros literarios de éxito.
– En sus comienzos literarios demostró estar familiarizado con el humanismo clásico, supo adaptarse a las nuevas exigencias de su tiempo e incorporó notables innovaciones técnicas y formales a su producción.
– Trasladó la realidad a sus obras de forma idealista o a través de un enfoque crítico.
– Su amplísimo dominio del vocabulario le permitíó alternar entre el registro culto y el popular con inigualable soltura.
– Solía incorporar a sus obras o elementos que procedían de la observación directa de la realidad.
3 El Quijote
Los ingeniosas aventuras de Don Quijote de la Mancha fue la obra con la que Cervantes alcanzó el éxito. Aunque, hablando en propiedad, el Quijote son dos libros (y dos partes) que se publicaron en 1605 y 1615. Por tanto, es lógico que entre la primera y la segunda parte haya diferencias. Su argumento es muy similar y los protagonistas son los mismos: Don Quijote y Sancho Panza.
3.1. Argumento y estructura
Cervantes cuenta la historia de un hidalgo que entretiene su existencia aburrida leyendo libros de caballerías. Esa afición acaba trastornándole la razón y decide salir en busca de aventuras para imitar las hazañas de los más famosos caballeros andantes literarios y dedicadas a la imaginaria princesa Dulcinea del Toboso. Sin embargo. La intención de Alonso Quijano, hombre maduro que adoptará el nombre de Don Quijote de la Mancha, resalta cómica y la mayoría de sus aventuras terminan en fracaso.
3.2. Una narración moderna
La maestría del arte cervantino se pone de relieve en aspectos técnicos como el de las voces narrativas. En la obra se recurre, por ejemplo al tópico del «manuscrito encontrado» que se usaba frecuentemente en los libros de caballerías, donde el narrador fingía haber encontrado una crónica escrita en otra lengua por algún mago o historiador muchos años antes. Sin embargo, Cervantes manejó dicho recurso de forma más original. Así, nos encontramos con un narrador principal externo que contrasta varias fuentes:
– La historia del hidalgo, recogida por un cronista anónimo en los anales de La Mancha (supuestos textos históricos donde se recogían los sucesos ordenándolos cronológicamente año por año).
– Lo dicho por el historiador árabe Cide Hamete Benengeli
– La traducción de los papeles de Cide Hamete realizada por un morisco.
– Los datos suministrados por los académicos de Argamasilla.
De este modo, al recurrir a diversas perspectivas, el narrador principal podía resultar más creíble, pues su narración cobraba una apariencia histórica. No obstante, esta mayor complejidad de la ficción revelaba también el talante irónico de Cervantes al transformarse en narrador.
LA LENGUA Y EL ESTILO DEL Quijote
Para conseguir naturalidad, Cervantes emplea los siguientes rasgos literarios:
El diálogo: la novela se basa en el diálogo de unos personajes que muestran de esa manera su modo de ser y pensar. La gran novedad de Cervantes es haber logrado crear personajes autónomos, humanos a los que va construyendo la lengua, el habla, el diálogo.
La ironía: el humor de Cervantes es amable, comprensivo con los defectos y fracasos humanos. No es un humor mordaz, sino que aparece como respuesta a la desesperanza. El humor en el Quijote se interpreta a la luz de la vida del propio Cervantes y de la realidad del momento.
Los neologismos: Cervantes tiene conciencia de que la lengua es algo vivo y que son los hablantes y el uso quienes de verdad tienen poder sobre el lenguaje. Esto le lleva a aceptar nuevas palabras y demuestra su capacidad artística al combinar rasgos de los géneros narrativos de la época.
La parodia: Es la fórmula básica del Quijote, técnicamente concebido y estructurado como una parodia de los logros de caballerías.
El fragmentarismo: aun dentro de la general ordenación lógica y la secuencia lineal de la novela. Quijote, contribuye a crear suspense. La aventura del vizcaíno queda interrumpida en el momento culminante de la batalla.
El dinamismo narrativo: El dinamismo del Quijote se apoya en factores tan diversos como la misma organización de la novela en forma de viaje(tres salidas) la sucesión de aventuras, el suspense creado por la interrupción de una aventura.