Comedia Latina: Orígenes, Formas y Características Distintivas


Orígenes de la Comedia Latina

Sorprende el hecho de que, en Roma, la comedia se halle al comienzo de la evolución literaria y experimente durante las ocho décadas que van desde el año 240 (representación por Livio Andrónico de la primera obra dramática en Roma) al 160 a.C. (fecha de la última obra de Terencio) un vigoroso florecimiento. Y ya en la Antigüedad se apreció el arte de Plauto y Terencio en tan alto grado que sus veintiséis comedias son las únicas obras de la literatura arcaica que nos han llegado íntegras.

Con anterioridad al 240 a.C. parece seguro que, con motivo de festividades y celebraciones, hubo ya farsas improvisadas, breves representaciones a base de sucesiones de escenas sin una acción coherente, con canto y danza. A ellas pertenece la fabula Atellana, de carácter burlesco, realista y con tendencia procaz, rasgos que tomaría después la comedia latina. Esta comenzó en Roma con la representación en 240 a.C. por Livio Andrónico de una comedia que compuso a imitación de modelos griegos.

Formas de la Comedia Latina

La comedia latina produjo tres formas, la más importante de las cuales, la palliata, recibió su nombre del pallium o manto de los griegos (los romanos usaban la toga). Frente a ella, las formas togata y trabeata no alcanzaron una importancia comparable.

  • Fabula palliata: comedia de ambiente griego e inspirada en obras de autores griegos. Los actores usaban vestimenta típicamente griega, el pallium.
  • Fabula togata: comedia de ambiente romano. Los actores vestían el atavío típicamente romano, la toga. El objeto de estas obras eran la vida y el medio ambiente de las capas sociales de Roma y las ciudades itálicas. Se caracterizaba por tener una acción más sencilla y ser más obscena y satírica. De este tipo de comedia sólo nos han quedado los nombres de algunos autores y obras, así como unos cientos de versos.
  • Fabula trabeata: comedia típicamente romana, al igual que la togata, en la que se incluía a la clase noble (la trabea era el manto que utilizaban los caballeros).

Características de la Comedia Latina en Contraposición a la Comedia Nueva

Los filólogos antiguos dividieron la comedia griega en tres etapas: Antigua, Media y Nueva. Es a partir de esta última de donde surge la latina. La Comedia Nueva, cuyos principales representantes fueron Menandro, Difilos y Filemón, surgió en el último cuarto del siglo IV a.C. y estaba aún en pleno vigor en Grecia y la Italia meridional en la época de Plauto.

Temática

Representa para nosotros el tipo de la comedia burguesa. Su fundamento es el malentendido de una situación, el desconocimiento de la verdad y la antítesis entre realidad y apariencia, que se enmarcan en un juego fijo de acción escénica, dentro del cual se enfrentan por lo común la generación vieja (cuyo interés se centra en la riqueza material y en la observación de las normas y convenciones sociales) y la joven (ansiosa sólo de amoríos y placeres). La falta de dinero lleva a los jóvenes a engañar una y otra vez a los viejos, para lo cual acuden a la ayuda de un esclavo o un parásito. Frente a las intrigas de la juventud reaccionan los viejos con otras, de las que siempre salen peor parados. Y por encima de todos ellos está la Tykhe, el azar, cuyos planes desbaratan los de los hombres, aunque los conduce a un final feliz.

La Comedia Nueva es un reflejo fiel de la vida contemporánea, de una sociedad cuya ocupación fundamental no es ya la política y el Estado, sino el comercio y la economía, y en la que aparecen los pobres como contraste de los ricos y los esclavos en oposición a los ciudadanos libres, aunque ni la pobreza ni la esclavitud son considerados como un problema. Sus asuntos privados son los que se presentan en el escenario.

La comedia latina, en cambio, no fue un reflejo de la sociedad de su tiempo, sino una especie de evasión: expuso un mundo distinto y opuesto al suyo que les liberaba de la realidad circundante. En efecto, las situaciones en las que los esclavos engañan a sus amos y las heteras estafan a sus amantes, que en Atenas eran mucho más verosímiles, producían en el público romano un efecto liberador, dadas las circunstancias severas y las costumbres rígidas en las que él vivía. Por ello, Plauto y Terencio acudieron a las comedias griegas, llegando a ejercer profundas intervenciones en la estructura de sus modelos.

Este mundo de la comedia latina, tan poco realista, supuso una mezcla singular de elementos griegos y romanos. A pesar de que la acción escénica se desarrolla siempre en ciudades griegas, principalmente en Atenas, aparecen también localidades y santuarios romanos; aunque los personajes son griegos, invocan a dioses romanos; aunque los acontecimientos siguen un orden griego, se citan leyes y prácticas judiciales romanas.

A diferencia de la comedia griega, la latina es una pieza escénica cantada en la que la mayor parte es recitada melodramáticamente con acompañamiento de flauta o incluso es cantada.

Estructura

La estructura de la comedia latina presenta profundas modificaciones respecto de la de los originales griegos. La característica estructural más sobresaliente de la comedia latina es el hecho de que renuncia a la exposición de una acción dramática que se desarrolla orgánicamente, de lo que resulta una gran independencia de las diversas escenas y, como consecuencia, incongruencias en la acción general o en la caracterización de un personaje.

Con esta práctica va unido el procedimiento de la contaminatio, consistente en hilvanar partes de diferentes originales griegos haciendo con ellas una nueva comedia, o bien incrustar una escena aislada de una pieza en otra distinta. Con ello se proponían dar una mayor fuerza y eficacia escénicas a la pieza griega que estaban adaptando.

Personajes

Los tipos más relevantes pueden ser clasificados en tres grupos: los personajes de alta calidad humana (el padre humano y liberal y la hetera culta y educada), los personajes cómicos y el tipo del esclavo o parásito intrigante y tramposo. Dado que no representaban a miembros de su propia sociedad, los escritores recargaron los rasgos característicos de estas figuras, incrementando así su comicidad.

Tanto Plauto como Terencio se esforzaron por hacer sus piezas más cómicas que los originales. Plauto trabajó frecuentemente sobre modelos con una acción dramática muy simple que le permitían exagerar las situaciones y acentuar los rasgos de los personajes. Terencio, por el contrario, eligió modelos de más altas pretensiones, no tanto porque le interesase la exposición de los problemas psicológicos y morales como porque dichos modelos le posibilitaban una mayor eficacia escénica.

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *