A)Desde el primer análisis del texto objeto de nuestro comentario vemos que la fuente es primaria, porque se escribió de forma contemporánea al periodo estudiado.
El contenido del texto es un comunicado redactado con la intención de que no se lleve a cabo el tratado hispano-alemán de comercio.
Por esto, el contenido del mismo será político-social y su naturaleza testimonial.
En cuanto al encuadre espacio-temporal, como bien figura al pie del documento, este documento fue elaborado en Bilbao, el día 9 de diciembre de 1893, durante la regencia de María Cristina de Habsburgo en la etapa de la industrialización vasca.
El autor del documento es individual ya que es Federico Echevarría, uno de los empresarios que dio los primeros pasos en la evolución de la siderurgia vasca. Federico habla en este documento de parte de todos los empresarios como él, a los que afectaría el tratado con consecuencias negativas.
El destinatario es privado porque va dirigido al Gobierno. Lo que se intenta es que el gobierno no lleve a cabo el tratado y mantenga los aranceles existentes desde 1892.
B)Podemos apreciar que el texto es un solo bloque en el que se presentan las razones por las que el tratado no debía llevarse a cabo.
Los motivos son el mayor retraso de la industrialización que se estaba llevando a cabo en la región, así como para todas las fábricas recién construidas algunas citadas en el texto (Altos Hornos, Talleres de Deusto, Aurrerá…). Éstas, hasta ahora protegidas por el arancel de 1892, dejarían de estarlo enfrentándose a la competencia extranjera desventajosamente, debido a su considerable progreso tecnológico e industrial si lo comparamos con el del País Vasco.
C)Vamos a comenzar el comentario explicando la situación histórica, de manera que comprendamos las causas por las que se escribió este documento
Como hemos avanzado en el análisis del texto, tenemos delante un documento escrito para pedir al gobierno la del acuerdo de comercio hispano-alemán, en favor de la industria vasca que de otro modo se enfrentaría a la alemana.
El proceso de industrialización en el País Vasco fue muy desigual, mientras que en Vizcaya puede entenderse ya asentado a finales del s.XIX, Araba y Nafarroa no lo concluirán hasta bien entrado el s.XX. Además, la industrialización española, junto con la vasca fue bastante tardía con respecto a Europa Occidental, debido a diversos factores, como son las aduanas interiores hasta 1841, la nefasta política económica durante los reinados de Fernando VII e Isabel II, la inexistencia de un mercado español propio, así como la debilidad de la burguesía comercial poco interesada en operaciones de riesgo, las rivalidades entre liberales moderados y progresistas, las guerras carlistas y los conflictos con Francia e Inglaterra.
Además, dentro del País Vasco, hubo también una clara dominación de la industria Vizcaína frente a la de Gipuzkoa, Araba y Nafarroa; además de, una dependencia económica total y absoluta del mercado español, lo que supuso un mayor atraso en el proceso de industrialización vasco, que la industria vasca intento paliar intentando abastecer el mercado español. Por otra parte, la escasa población vizcaína no podía abastecer de mano de obra suficiente a la demanda de los comienzos de la industrialización, por lo que se utilizo una mano de obra foránea.
De la industrialización vasca también se destaca el predominio del sector siderúrgico. Aunque se hicieron intentos de crear empresas siderúrgicas en Málaga y Asturias, sería en Vizcaya, en torno a la ría del Nervión, donde se situaría, una vez finalizada la tercera guerra carlista, la gran industria siderúrgica española.
Entre las ventajas de la siderurgia vizcaína se destacan la riqueza y calidad del mineral de hierro, la facilidad y bajo coste de extracción, transporte y mano de obra del mismo, así como el interés de la burguesía por esta recién aparecida fuente de riqueza y la gran exportación que se hacía de este hierro debido a la gran tradición minera de la región y su calidad frecuentemente demandada.
Entre los problemas nos encontramos con la crisis económica que se daba en esa época, así como el atraso de la industrialización española con respecto a otros países, lo que se trascendió en la falta de capital, tecnología y buenas comunicaciones, además de las aduanas situadas en el interior y el subdesarrollo de la economía del país, lo que acarreó una escasa demanda de productos siderúrgicos y la imposibilidad de hacer frente a la compra del carbón necesario para elaborar el hierro.
Para mejorar las comunicaciones, se intento promover el ferrocarril, creando nuevas compañías sin éxito, debido a la falta de capital. No obstante en 1855 gracias a la “Ley de Ferrocarriles” se construyó el ferrocarril Tudela-Bilbao, que unía a las Vascongadas con la Meseta.
En lo referente a la falta de capital, había compañías inglesas interesadas en la compra de hierro vasco, de excelente calidad, tales como “Orconera”, “La Franco-Belga”, “La Luchana Mining Company”… Gracias a la venta de este hierro la burguesía consigue generar un capital para poder invertir en nuevas tecnologías y conseguir el despegue industrial. Esto favorece la creación del Banco de Bilbao en 1845, que será el impulsor de la industria vasca, gracias al capital minero acumulado.
Por lo que respecta a la falta de carbón, ésta se solventó aprovechando el viaje de vuelta de los barcos que iban hacia Inglaterra; estos barcos volvían cargados de carbón inglés, más barato y de mayor poder calorífico.
Por último, el traslado de las aduanas a la costa favorecerá el desarrollo industrial por la libertad que esto suponía para exportar el hierro. El traslado permitiría la creación de un mercado nacional y el empuje de la revolución industrial en España.
Esta revolución industrial y concretamente la siderúrgica, se llevó a cabo mediante un proceso de transformación de algunas ferrerías en modernas industrias siderúrgicas. Los empresarios que dieron los primeros pasos para este proceso fueron Billalonga, Etxebarrieta, Chavarri, Sota y Aznar, Ibarra, Arellano, Epalza, Lezama-Leguizamón…
Para empezar, en la década de los 40, se crearon dos fábricas, Santa Ana de Bolueta y Nuestra Señora de la Merced.
Después, a lo largo de la segunda parte del siglo se instalarán innumerables fabricas como Nuestra Señora del Carmen (1855); The Bilbao Priever and Cantabrian Railway (británica), la Luchana Mining Company (británica) y la Orconera, en 1870; San Francisco de Mudela (1878)…
También se fundarán, durante los años 1882 y 1888 las fábricas de Altos Hornos y Fábricas de hierro y acero de Bilbao, La Vizcaya y La Iberia.
Los capitales que se invirtieron en modernizar la siderurgia procedían de diversos orígenes (banca, siderurgia preexistente, rentistas, comerciantes, minería… Madrid, Vizcaya, Barcelona) y se invirtieron pensando en obtener productos siderúrgicos para el mercado interior, no para la exportación. Los empresarios siderúrgicos eran conscientes de que en España existía una demanda de carriles, tubos, vías, perfiles, planchas, columnas… que en gran medida era abastecida por el exterior. Buscaron y lograron convencer al poder político para que protegiera a la industria sidero-metalurgia española que mal que bien ya producía alguno de esos bienes mayoritariamente importados.
El proteccionismo arancelario desplazaría a los extranjeros del mercado interior y permitiría practicar una política de sustitución de importaciones. El desarrollo de la sidero-metalurgia merced a políticas proteccionistas (aranceles de 1892, 1902…), redundaría en beneficio de la siderurgia que sería la que proporcionaría a aquella las materias primas en forma de tochos, lingotes, aceros…
El arancel proteccionista de 1891, al que se hace referencia en el texto, fue seguido de una serie de medidas con parecidos objetivos como fue el fracaso del tratado de comercio con Alemania, conseguido gracias a la fuerte presión de los industriales sobre el gobierno, mediante declaraciones escritas como el texto que estamos estudiando, para que mantuviese los aranceles proteccionistas, ya que veía el tratado como una medida librecambista que amenazaba sus intereses. Las leyes de 1907 obligaban a utilizar material español en obras públicas e iniciaban la reconstrucción de la Escuadra.
D)Después de no aceptar el tratado de comercio, las consecuencias en los sectores económicos vizcaínos fueron importantes; Se crearon los Ferrocarriles Vascos (FEVE), el Tren Huyero de la Robla, el Tren de Palencia y el de Portugalete por la necesidad de distribuir el hierro creado en las fábricas, también se impulsó la metalurgia con la fundación de La Sociedad de Talleres de Deusto, Tubos Forjados, Compañía Anónima Basconia y Alambres del Cadagua.
A parte del aumento de producción y exportación nacional se produjo un crecimiento en la banca y en las instituciones financieras. La banca vasca ganaría popularidad e importancia hasta dominar la mitad del comercio bancario gracias a la creación del Banco de Bilbao, el Banco de Comercio, El Banco Guipuzcoano, el Banco de Vitoria, el Banco de Vizcaya y el Crédito de la Unión Minera.
En 1902 se unieron Altos Hornos y Fábricas de hierro y acero de Bilbao, La Vizcaya y La Iberia creando Altos Hornos de Vizcaya. Esta fábrica siderúrgica sería de las más importantes en la industrialización vasca y llegaría a alcanzar el 36% del capital siderúrgico español en 1933.
En mi opinión la supresión del tratado de comercio fue una de las más acertadas decisiones de la industrialización ya que gracias a esto se crearon las empresas y fábricas más importantes del país y se logro un incremento de capital nacional enorme. A parte de esto salieron ganando tanto los grandes empresarios como los trabajadores gracias a los miles de puestos de trabajos que se crearon.