Se intentó que la agricultura, industria, comercio y servicios fueran autosuficientes para abastecer la demanda española. El objetivo era la autosuficiencia, por vocación y por el boicot extranjero al régimen franquista. No fue posible por: se restauró la Reforma agraria devolviendo las tierras a sus amos, la baja tecnología agraria, falta de capital para la inversión, escasez de materias primas, imposibilidad de cooperación económica con otros países, falta de industria básica e infraestructura. la creación en 1939 del Instituto Nacional de Colonización, fue insuficiente, atraso técnico, falta de abonos una «pertinaz sequía». El Servicio Nacional del Trigo obligaba a los agricultores a entregar la mayor parte de sus cosechas a un precio regulado.
Las consecuencias fueron un largo proceso de racionamiento de productos básicos (y de estraperlo), una renta per cápita más baja (sólo iguala a la de 1935 la de 1953), movimientos de protesta (huelgas y guerrilla), distanciamiento de occidente.
La política es intervencionista y proteccionista (tarifas altas para proteger los productos nacionales de la competencia extrajera), lo que tambión propició el tráfico de influencias, el amiguismo y la corrupción. Una mentalidad de economía de guerra, el Estado quería lograr un control completo de la economía: salarios, precios, producción agrícola, comercio (mediante cuotas a la importación y control del tipo de cambio e inversiones extranjeras) y la participación directa del Estado en la economía. Por eso se crearon empresas estatales como Endesa (electricidad), Seat y Enasa (transporte). La mayor parte de estas empresas se integraron en el holding estatal llamado Instituto Nacional de Industria (INI) en 1941. El INI, debido a las presiones empresariales, pasará a desempeñar funciones de ayuda alas industrias privadas.
El mercado interior era muy pobre y pequeño, con escasez de energía y materias primas, con comunicaciones muy deficientes. El desarrollo autárquico se vio frustrado. Las políticas fueron costosas y de reducidos resultados. Escaseaban los productos de consumo y la inflación era grande. El comercio exterior estaba en déficit persistente que fue sistemáticamente acabando con las divisas. A finales de los 50 llegó la crisis total. Faltaban divisas, amenazaba la bancarrota.
La represión fue durísima. Además del exilio de en torno a 500.00 españoles, la Ley de Responsabilidades Políticas (1939) actuaba con efecto retroactivo, llegando hasta 1934 y condenando a los que hubieran tenido simpatías o responsabilidades políticas en la República. En 1940 se aprobó la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo y al año siguiente la Ley de Seguridad del Estado. Más de 100.000 presos en cárceles, campos de concentración, plazas de toros; torturas, apaleamientos y muertes, así como la redención de penas por trabajo (los llamados «esclavos de Franco«). Los sospechosos que permanecieron en libertad fueron depurados, especialmente los funcionarios como los maestros. Cualquiera que hubiera tenido relación con la república era apartado de toda responsabilidad. Se llevó a cabo la llamada Causa General, en la que se investigaban todos los crimenes de los republicanos. El miedo se adueñó de la sociedad española. Sólo podríamos hablar de la resistencia armada de guerrilla (el maquis) en algunas zonas de España, de comunistas y anarquistas. La clandestinidad fue una manera de actuar.
3. EL DESARROLLISMO
Esta segunda fase del franquismo se caracteriza por el final de la autarquía y los primeros contactos con las economías extranjeras y la inquietud social nacida de la creciente inflación. Además es el comienzo de una nueva era dentro de la Guerra Fría: la firma de los tratados con EEUU y el Vaticano. El aislamiento internacional se rompió gracias al acercamiento a los EEUU en su vertiente anticomunista. Primero entró en la FAO, después en la OMS y la UNESCO y se firmaron los Pactos hispanoamericanos de 1953. El acuerdo con EEUU significaba asistencia económica (625 millones de dólares) y ayuda militar. A cambio 4 bases en Torrejón, Zaragoza, Morón y Rota. Ese fue, además el paso para formar parte de la ONU (1955), el Banco Mundial y el FMI. Asimismo ingresó (1960) en la Organización de Cooperación Económica Europea (OCDE), un intento de entrar en la CEE.
El Concordato con la SS recogía el derecho de presentación de obispos por parte de Franco, la enseñanza religiosa, exenciones de impuestos y otros privilegios judiciales, provisión económica de las diócesis. Se acerca el OPUS DEI.
La normalización de las relaciones internacionales hizo más patente el fracaso de la autarquía. Las primeras ayudas de EEUU terminaron con el racionamiento del pan, aunque la situación retrocedió de nuevo.
En cuanto a la política, seguían las familias franquistas, y toma especial relevancia una figura clave, el almirante Carrero Blanco (y su hombre de confianza, Muñoz Grandes), principal valedor de los primeros tecnócratas del Opus Dei, grupo de economistas liberales cercanos a la política del gobierno. Los ministros reformistas pertenecientes a la ACNP como Ruiz-Giménez para la cartera de Educación fueron una tímida remodelación. En 1958 se promulgó la Ley de Principios del Movimiento, en la que se insistía en la unidad de los grupos políticos y sociales. No podía ser modificada ni por referéndum. Se exige su juramento en la toma de posesión de todo cargo político. La oposición seguía en el exilio y en el maquis. Se controlaba por la censura, la Ley de Prensa, los noticiarios, aunque comenzó cierta tímida apertura. En 1963 se crea el Tribunal de Orden público (TOP) para sustituir al Tribunal para la Represión de la Masonería y el Comunismo. No era menos represión, pero sí menos jurisdicción militar.
Ante la situación económica, que estaba al borde de la suspensión de pagos hubo un cambio en el gobierno. Franco nombró como ministros a Navarro Rubio (Hacienda), Alberto Ullastres (comercio) y López Rodó (Secretaría General técnica), tecnócratas pertenecientes al Opus Dei. Esta administración tomó la iniciativa de reorganizar la economía. El Plan de Estabilización (1959) liberó radicalmente el modelo económico mediante:
– sometimiento a la disciplina económica exterior
– liberalización del comercio exterior, devaluación de la peseta (favorece la exportación y frena la importación), se estableció 1 dólar, 60 ptas.
– aceptación de capital extranjero
– entrada de divisas de la emigración y el fomento del turismo
– supresión del intervencionismo estatal. No emisión de deuda pública. Contención de los precios mediante una ley fiscal que frenara la demanda y el gasto público. Esto afectó a los salarios.
Esta renovación económica dio origen a una nueva etapa de desarrollo continuado. El desarrollismo, un milagro económico español que llevó a la economía española a los países industrializados. El Plan de Estabilización Económica de 1959 fue fundamental, pues acabó con la autarquía. Seguirán tres sucesivos Planes de Desarrollo. Principalmente dirigidas a parar la inflación y adecuar la legislación económica a las internacionales. Los efectos inmediatos del plan fueron una mejora de la balanza de pagos y una severa recesión, concretada en una reducción de la demanda y un aumento del paro, lo que llevó a la emigración. Los emigrantes enviaban divisas y así se equilibraba la balanza de pagos. La clave para que no fuera un fracaso es que la economía mundial estaba en auge. Los países industriales, especialmente en Europa, iniciaron una etapa de crecimiento sostenido, y fueron un mercado para las mercancías españolas y oportunidades de empleo para los emigrantes. También benefició el turismo, generador de empleo, riqueza y divisas. Además supuso un tirón para el resto de la economía: construcción, industria.
Los PLANES DE DESARROLLO.
El primero (1963-67) creó los Polos de Promoción y Desarrollo Industrial para paliar los graves desequilibrios territoriales del crecimiento económico regional. El segundo (1968-1971) puso un mayor énfasis en la agricultura y el tercero (1972-1975), vio recortados sus proyectos por la crisis económica. Todavía hay quien piensa que la economía creció a pesar de los Planes de Desarrollo. Subió especialmente el turismo y la construcción. A pesar de que formalmente no se había cumplido el plan, la economía española creció en los años 60 (el desarrollismo)
. La subida de los precios a causa del desorden mantenido y del coste de la vida -con lo que los trabajadores exigían nuevas subidas- evitó el saneamiento estructural. A esto hay que sumar la especulación incontrolada. El tercer plan fue truncado por la crisis del petróleo.
Durante este período el crecimiento económico se vio acompañado de profundos cambios estructurales. El éxodo rural, incremento de la población activa en los sectores secundarios y terciario. Mayor consumo de energía, del carbón al petróleo. Se generalizaron los modernos sistemas industriales. Desde el punto de vista espacial, la periferia costera y Madrid atrajeron a la industria y el turismo, quedándose despoblado el campo.
En la población estos cambios influyeron en un aumento de la natalidad, y nuevas migraciones: éxodo rural, migraciones a Europa (Alemania, Francia, Suiza) bien temporales (vendimia) o definitivas. El crecimiento de las ciudades fue caótico en muchos casos. Aumentó la clase media y el proletariado industrial. Comenzó una sociedad consumista y algo más moderna (la época del «seiscientos»). Todo esto repercutió en las reivindicaciones políticas. Aumentan los movimientos sindicales y los grupos políticos, entre los que destaca el PCE y los sindicatos clandestinos como las Comisiones Obreras. Esta organización fue perseguida y sus dirigentes procesados y encarcelados (proceso 1001)
Manuel Fraga, ministro de Información y Turismo presentaba la Ley de Prensa y eliminaba la censura previa (pero no la censura). Villar Palasí presentó en 1970 la Ley General de Educación que ampliaba la escolarización obligatoria hasta los 14 años. La Ley Orgánica del Estado fue aprobada por referéndum en 1966 con un despliegue propagandístico sin precedentes,, con ella se dotaba de una especie de constitución para intentar satisfacer las exigencias de los países democráticas de la CEE. Para evitar que la CEE diera el beneplácito al régimen, se organizó un Congreso en Múnich en el que personalidades españolas (Madariaga, Gil Robles, Ridruejo) y grupos políticos elaboraron un tímido manifiesto en contral. El Régimen reaccionó con virulencia contra el llamado «contubernio de Múnich» y desterrando a los participantes.
El caso MATESA (1969), un caso de corrupción protegonizado por una empresa de maquinaria textil con gran protección del régimen afloró la pugna entre tecnócratas y falangistas. La crisis se cerró un un gobierno monocolor en el que Carrero Blanco se erigió en hombre fuerte. el proceso de Burgos condenando a muerte a 16 miembros de ETA, provocó una gran reacción internacional y Franco respondió con represión y manifestaciones de aclamación en la Plaza de Oriente. Finalmente se vio obligado a indultar a los condenados.
4. FINAL DEL RÉGIMEN
Momento clave para la crisis del régimen fue el atentado del almirante Carrero Blanco a cargo de ETA. Franco había decidido dejar de ser presidente de gobierno y lo había dejado en manos de Carrero. Con su muerte acaba la sucesión natural de Franco. La reacción del régimen fue el enfrentamiento entre los inmovilistas (búnker) y los aperturistas o reformistas. Se forma gobierno con Carlos Arias Navarro, que parecía ofrecer una apertura (espíritu de febrero), pero que demostró su incapacidad de democratizarse. Algunos ministros dimitieron, las protestas se hicieron más intensas (huelgas, manifestaciones, atentados) y el único recurso del gobierno fue la represión (detenciones, leyes antiterroristas, censura).
Además de ETA, funcionaban otros grupos terroristas como el FRAP y el GRAPO. La oposición se organizó en la Junta Democrática de España y la Plataforma de Convergencia Democrática. Dentro de los militares también se formó la Unión Militar Democrática (UMD).
A lo largo de 1974-75, la enfermedad de Franco le impidieron ejercer el gobierno y el príncipe Juan Carlos tuvo que ejercer la jefatura interina del Estado pero sin poder alguno. La oposición se organizó creando plataformas de actuación. En 1975 de promulgó una nueva ley antiterrorista que castigaba a la penda de muerte, condenándose seguidamente a 5 activistas de ETA y del FRAP, condenas que se llevaron a cabo a pesar de la protesta internacional.
Además estaba el conflicto del Sáhara, zona desértica pero rica en fosfatos, ambicionada por Marruecos y Mauritania. En 1973 se había creado el Frente Polisario, formación nacionalista y de tendencia socialista. España aceptó la descolonización y permitió un referéndum de autodeterminación. Hassan II, rey de Marruecos, con el apoyo de los EEUU, organizó en octubre, en plena agonía de Franco la Marcha Verde, una invasión pacífica del territorio que movilizó a miles de civiles. Ante el peligro de una guerra, España cedió y el 14 de noviembre se firmó el Acuerdo de Madrid, que suponía la entrega del Sáhara a Marruecos y Mauritania.
Franco moría el 20 de noviembre de 1975, diciendo que todo estaba “atado y bien atado”, ya que “después de Franco, las instituciones”.