La transición (1975-1982) es el proceso por el que España pasó de una dictadura a una democracia. Comenzó con la muerte de Franco y la proclamación de Juan Carlos I como rey de España y finalizó con la victoria electoral del PSOE, que significó la consolidación de la democracia en España.
La democracia se establecíó sin ruptura con la dictadura. El cambio fue pacífico y resultado de un pacto entre las fuerzas políticas franquistas (el rey y los aperturistas) y de la oposición democrática (liberales y los de izquierda). Los inmovilistas del franquismo y la extrema izquierda estuvieron en contra. Pero la transición no hubiera podido realizarse sin la movilización popular, que presiónó para que se produjeran los cambios.
Gran parte de la sociedad española de 1975 deseaba un cambio sin riesgos, una política que no hiciese peligrar su estatus socioeconómico y que permitiese disponer de libertades públicas como el resto de países europeos.
La sociedad española, empujada por la oposición democrática, se apoderó de la calle con sus manifestaciones y huelgas, reprimidas con dureza por las fuerzas del orden público. Desde finales de 1975 se vivíó una época de conflictividad, con numerosas huelgas que afectaron a fábricas, servicios públicos o comunicaciones y multitudinarias manifestaciones que exigían amnistía y libertad. Al no estar regulados todavía los derechos de reuníón y manifestación se produjeron continuos enfrentamientos de la policía con los manifestantes. Uno de los más grandes en Vitoria-Gasteiz y otro en Montejurra.
Desde la misma hora de la muerte del dictador, las miradas se volvieron hacia los militares. Durante los primeros momentos de la transición, los militares de extrema derecha se opusieron a toda política de cambio, incluso se castigaba dentro de los cuarteles a los militares sospechosos de simpatizar con la causa democrática, como es el caso de la UMD.
La Iglesia estuvo más preparada para encajar el cambio. Por medio de su jerarquía encabezada por el cardenal Tarancón, apoyó al sector reformista del franquismo, animó a la oposición liberal y contribuyó a contener la agresividad de la derecha conservadora contra el cambio deseado por la mayoría de los españoles.
Uno de los principales problemas que atravesó la transición fueron los efectos de la “crisis del petróleo”. El paro avanzaba y la productividad se deterioraba de modo inquietante.
Además, se sucedieron sangrientos atentados de distinto signo. Caben destacar los atentados por parte de grupos de extrema izquierda como el GRAPO y de ETA contra altos oficiales que crearon malestar en el Ejército. En Enero de 1977, pistoleros de ultraderecha mataron en la calle madrileña de Atocha a cinco miembros de un despacho de abogados laboralistas vinculados a CCOO y al PCE. Esto provocó una multitudinaria huelga que contribuiría al pronto reconocimiento del Partido Comunista.
A lo largo de la transición España conocíó tres presidentes de Gobierno, además de un Golpe de Estado. A la muerte de Franco, Arias Navarro fue nombrado presidente del Gobierno y Torcuato Fernández-Miranda, presidente las Cortes y del Consejo del Reino, con la idea de transformación de la dictadura nacionalcatólica en un régimen parlamentario. Con este fin, Arias Navarro diseñó una serie de reformas limitadas, pero nunca pensando en una verdadera democracia, sino en una especie de “democracia otorgada”, excluyendo a los partidos separatistas o comunistas.
En Julio de 1976, Adolfo Suárez fue nombrado presidente del Gobierno con una clara actitud reformista. Con Suárez, el Consejo de Ministros adelantó el calendario de la democratización de España. De esta manera, se concedíó la amnistía para los presos políticos sin delitos de sangre, se llevo a cabo una reforma constitucional y elecciones libres en un año.
Adolfo Suárez establecía contactos con Felipe González y Santiago Carrillo. La actitud dialogante del Gabinete de Suárez provocó la dimisión del vicepresidente del Gobierno, el ultraconservador general de Santiago. Suárez aprovechó la oportunidad para incorporar a su gobierno al general Gutiérrez Mellado. El paso más decisivo hacia la democracia fue el proyecto de Ley para la Reforma Política que debía modificar el sistema político existente y regular la convocatoria de las deseadas elecciones. La ley fue aprobada por el pueblo en referéndum y recogía algunos de los aspectos fundamentales como la soberanía popular, la inviolabilidad de los derechos individuales y creaba unas Cortes democráticas bicamerales elegidas por sufragio universal, directo y secreto. Además, se elaboró una Constitución (1978).
La reforma democrática carecía de credibilidad mientras no se admitiese al PCE y no se concediese una amnistía total. La legalización del PCE provocó el descontento militar, mientras en las calles se produjeron nuevas manifestaciones exigiendo la amnistía total. Suárez se reuníó con los líderes de los partidos políticos para consensuar las reformas y la Ley Electoral, las elecciones se convocaron para el 15 de Junio. Eran las primeras elecciones democráticas desde 1936, donde la Uníón de Centro Democrático obtuvo el triunfo; seguida del PSOE, encabezado por Felipe González. Además el Partido Comunista quedó hundido al igual que la extrema derecha con solamente los 16 diputados de Alianza Popular de Manuel Fraga. Asimismo, el PNV de Arzalluz y la coalición encabezada por Pujol consiguieron una representación parlamentaria. En Julio de 1977 quedó constituido el segundo gobierno de Suárez, que empezó a preocuparse por lo económico más que por lo político. Así, se reanudaron las negociaciones con CEE, se combatíó el déficit exterior y la inflación, etc. También se llevaron a cabo los llamados Pactos de la Moncloa en Octubre de 1977. Estos acuerdos entre el Gobierno, empresarios y sindicatos que prevéían reducir la inflación, acometer la reforma fiscal, de la Seguridad Social y de la empresa pública. Asimismo, los firmantes se comprometían a apoyar un nuevo marco en las relaciones laborales. Los efectos de estos pactos se dejaron ver pronto en la mejora del clima de paz social, el descenso de la conflictividad y la normalización de las relaciones laborales.
Por otro lado, con el aumento del deseo autonomista o nacionalista se restablecíó la Generalitat en la persona de Josep Tarradellas. El caso vasco fue distinto debido al terrorismo de ETA, a que los nacionalistas pretendían incluir Navarra en el País Vasco y a que el PNV no reconocía la Constitución y exigía la soberanía nacional vasca. Los estatutos vasco y catalán fueron aprobados por las Cortes el 25 de Octubre de 1979.
Por vez primera en la historia de España, la redacción del texto constitucional respondía al acuerdo entre los partidos más importantes. Una comisión de siete personas, representantes de las distintas fuerzas políticas elaboró el borrador que pasó a debatirse en las Cortes que acabaron aprobándolo por mayoría.
La Constitución de 1978 es una obra de consenso entre los muy diferentes partidos, obligados a aproximar sus posiciones para conseguir un texto que permitiera regular la convivencia democrática y afrontar los grandes problemas políticos: la forma del Estado, el problema de los nacionalismos, la construcción de un auténtico estado de derecho, etc.
Así, fue sometido a referéndum el 6 de Diciembre de 1978. Casi votó el 70% del electorado, con un porcentaje de votos positivo del 88%. Una vez promulgada la Constitución, Suárez convocó elecciones generales para Marzo de 1979, que dieron la victoria a la UCD, pero sin la mayoría absoluta.
En 1978 comenzó la elaboración del Estatuto de Autonomía a partir de un borrador elaborado por el PNV. El 29 de Diciembre fue presentado en Gernika y entregado después a las Cortes de Madrid. Adolfo Suárez negoció en Julio de 1979 con Carlos Garaikoetxea, presidente del Consejo General Vasco y del PNV. El Estatuto fue aprobado el 25 de Octubre de 1979 por el 54% del censo y un 5,4% de votos en contra. En virtud del Estatuto, la realidad nacional vasca fue reconocida por el Estado como nacionalidad, constituida en comunidad autónoma. La Comunidad Autónoma Vasca quedaba integrada por los territorios históricos de Álava, Gipuzkoa y Bizkaia, con puerta abierta a la posible integración de Navarra. El Euskera se convertía en lengua oficial y la norma institucional señala que los poderes del País Vasco se ejercen a través de su Parlamento, del Gobierno y de su lehendakari. Además se establece que la aportación del País Vasco al Estado consiste en un cupo a las obligaciones y gastos del Estado que no asuma la comunidad autónoma.
A lo largo de 1980 el Gobierno de la UCD sufríó varias crisis que obligaron a Suárez a dimitir el 29 de Enero de 1981, después de haber sido acusado de debilidad frente al terrorismo y separatismo. Fue propuesto Calvo Sotelo en el Parlamento.
El 23 de Febrero de 1981 tuvo lugar un intento de Golpe de Estado por parte del teniente coronel Tejero, que acabó fracasando. Ya bajo la presidencia de Calvo Sotelo, las Cortes aprobaron la Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico (LOAPA). El Congreso también aprobó la ley de divorcio propuesta por el socialdemócrata Fernández-Ordóñez. A pesar del rechazo de la izquierda Calvo Sotelo integró a España en la OTAN por mayoría parlamentaria y adelantó las elecciones a Octubre de 1982. En dichas elecciones el PSOE obtuvo mayoría absoluta. La política de Suárez fue moderada, continuista y dirigida ante todo a consolidar la democracia. Sus principales objetivos eran la modernización económica de España, la extensión de los derechos sociales del “estado de bienestar”, la modernización y democratización de los aparatos del Estado y la integración de España en las instituciones supranacionales de Occidente.
La grave situación económica obligó al equipo económico a aplicar un duro ajuste hasta 1985. Las regiones industriales del norte y algunas ciudades portuarias como Sagunto, Ferrol o Cartagena fueron las más afectadas, con importantes protestas sociales. El gobierno aplicó programas de promoción de empleo y llevó adelante la reforma fiscal, aprobada bajo el gobierno de Suárez, que mejoró la recaudación.
También se llevaron a cabo cambios en el sistema educativo con leyes como la LODE o la LOGSE.
Por otra parte, las relaciones exteriores de España con los países europeos mejoraron consiguiendo integrar a España en la CEE, proceso ya iniciado por el gobierno de Suárez. texto aquí!