Como se explica la naturaleza segun feuerbach


TEMA 16: LA FILOSOFÍA DE MARX Economista, filósofo… y revolucionario La figura de Marx es sin duda una de las más controvertidas de toda la historia de la filosofía. No sólo porque haya sido muy discutida por los filósofos, sino también por su influencia en las sociedades de su tiempo, y por la larga sombra de su pensamiento, que ha iluminado a muchos de los filósofos más importantes del siglo XX: Economista, sociólogo, filósofo… Al pensamiento marxista se asocian ideas políticas, económicas, sin que su obra haya sido siempre bien entendida. A ello contribuye la complejidad de la misma: una buena formación económica puede impedir que se profundice en algunas de sus ideas filosóficas, mientras que sus intérpretes que provienen del campo de la filosofía encuentran muchas dificultades para comprender textos tan importantes como El capital. • El joven Marx Marx nació en Tréveris, dentro de una familia judía. Su padre, jurista de profesión, se vio obligado a renunciar a sus creencias y a convertirse al protestantismo para poder ejercer su trabajo, proceso por el cual terminaron pasando también sus hijos y su esposa. Este suceso marcará profundamente la relación de Marx con la religión. Fue educado en un ambiente abierto, liberal, con frecuentes lecturas de autores franceses como Voltaire, Racine o Rousseau. Durante sus años de formación en el instituto demostró estar muy bien dotado para las tareas intelectuales pero su carácter crítico e incluso agresivo le granjeó varios problemas y enemistades. Estudió Derecho en Bonn y Berlín, pero enseguida se sintió mucho más atraído por la filosofía, materia en la que se doctoró en 1841, con un trabajo sobre el materialismo. Pese a su capacidad para el estudio, sus ideas críticas y sociales le bloquearon cualquier tipo de acceso a la vida universitaria. En está época se sintió fascinado por la crítica de Feuerbach a la religión, que después incorporaría a su propia filosofía. Lejos de dejarse arrinconar por el rechazo universitario, Marx comenzó a colaborar con la publicación de la Gaceta del Rin, con artículos en los que aborda problemas sociales que molestaron a la censura de su tiempo. Al final, la publicación es prohibida, y Marx marcha a París. • Crítica a la filosofía (1843-1848) En cuanto llega a París, Marx se compromete en la edición de los Anales Francoalemanes, que sólo alcanzará el primer volumen. En este tiempo, Marx entra en contacto con otros pensadores revolucionarios de la más diversa índole: socialistas, comunistas, anarquistas… Se relacionó con Heine, Proudhon, Bakunin… y en esta época comienza en Bruselas (Marx había sido expulsado de París) su amistad con Engels, que será después su gran colaborador. El compromiso social y político de Marx se convierte en una de sus características definitorias. Son años de crítica y rebelión. Le repugna el idealismo abstracto de Hegel (Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel), la falta de compromiso de Feuerbach (Tesis sobre Feuerbach), pero también el socialismo utópico de Proudhon (La miseria de la filosofía). En el año de la revolución (1848) redacta junto a Engels el Manifiesto del partido comunista, otra de las obras clave para comprender esta etapa crítica, en la que combina su compromiso y activismo social con la formación de algunas de sus ideas esenciales, que aparecerán desarrolladas plenamente después: la crítica de la economía política y las bases del materialismo histórico, así como la función revolucionaria del proletariado. Su aspiración será la de formular un socialismo científico. • Años de acción y madurez: La I Internacional y El Capital Tras su estancia en París durante la revolución, Marx se instala en Colonia, con la intención de extender el espíritu revolucionario a través de la Nueva gaceta del Rin. Pero el fracaso de esta tarea le devuelva a París, desde donde pasará a Londres, donde fijará su residencia definitiva, excepto para viajes ocasionales. Sus esperanzas en una nueva revolución proletaria se ven aplazadas, y comienza a profundizar en el estudio de la economía capitalista. En 1859 publica su Contribución a la crítica de la economía política, donde además de criticar el capitalismo aparece claramente el materialismo histórico. Al poco tiempo comienza con la redacción de El capital, quizás su obra más representativa, escrita entre penurias económicas y enfermedades. Pese al agotamiento físico, Marx funda la Primera Internacional Socialista en 1868 (que se disolvería en 1876), escribiendo sus estatutos y su discurso inaugural. La orientación de 
                                                                                                                                                          1
esta organización enfrentará a Marx con otros socialistas y anarquistas como Bakunin y Proudhon, e incluso con algunos de sus intérpretes y seguidores. En los últimos años de su vida, sufrió la muerte de su esposa y de su hija, pero antes de su muerte tuvo tiempo para publicar el segundo tomo de El Capital y dejar preparado el tercero. Como se ve, la vida de Marx estuvo tan marcada por el desarrollo de su propia teoría y de su crítica al capitalismo como por su compromiso con los movimientos sociales y proletarios de su tiempo. Desde un punto de vista filosófico recibió la influencia de Hegel, del socialismo utópico y de la economía política inglesa, pero fue capaz de mantener ante todos ellos una actitud tremendamente crítica. Es esta crítica la que, paradójicamente, le permite el desarrollo de una teoría en la que la transformación de la sociedad y el pensamiento de la misma van unidas: teoría y praxis no pueden estar separados, sino que van de la mano en el pensamiento marxista. La única influencia que aparece como una constante a lo largo de toda su vida es la de su amigo Engels, hasta el punto de que se ha llegado a discutir qué ideas pertenecen a Marx y cuáles serían originales de su colaborador. 1. ¿Qué es el marxismo?     Génesis del Marxismo El término «marxismo» tiene una significación múltiple: – Económico-sociológica: es una teoría sobre la realidad social, especialmente, la burguesía capitalista. En este sentido llevará a cabo una crítica de la economía política. – Política: se trata de una acción política revolucionaria transformadora de la realidad y de la estructura económico-político-social. Se concreta en una crítica de la alienación.
– Crítico-filosófica: crítica de la filosofía anterior y de la función desempeñada por la filosofía. Propone una concepción del mundo materialista y dialéctica. Mantiene una voluntad de comprensión científica de la realidad y una esperanza en el potencial liberador de la especie humana. La obra de Marx contiene elementos que pertenecen a campos de la reflexión y la actividad considerados tradicionalmente como de orden diferente. Eso ha permitido tratar a Marx como un economista, como un filósofo, como un revolucionario, según los intereses de quien se acerca a sus obras, estableciendo una separación arbitraria en el comjunto de su pensamiento, que se ha prestado a diversas manipulaciones. Pese a ello, ha predominado entre sus estudiosos el afán por comprender su obra en conjunto, dado que el mismo Marx no estableció tales distinciones, y que utilizó elementos procedentes de un campo para aplicarlos a otro, extrayendo conclusiones que difícilmente pueden considerarse estrictamente económicas, filosóficas o políticas.  Las fuentes del marxismo Se ha convertido ya en un tópico tradicional presentar la obra de Marx como el resultado de una triple influencia: la de la filosofía hegeliana, asimilada en sus años de estudiante en Berlín; la de la economía política inglesa, en la que se inicia durante su primer exilio en París; y la del socialismo francés, con el que también entrará en contacto durante su primer exilio en París, (llamado posteriormente «socialismo utópico», por contraposición a su propia interpretación del socialismo, conocida como «socialismo científico»). Estas tres grandes corrientes del pensamiento económico-político-filosófico están presentes en la formación de la obra de Marx, bien porque asume algunas de sus tesis o porque elabora su pensamiento en polémica con ellas.
 El liberalismo económico Durante el siglo XVIII, coincidiendo con la Revolución industrial y el auge del capitalismo, aparecieron en Inglaterra una serie de pensadores que se propusieron legitimar el liberalismo económico del capitalismo y cuyos representantes más destacados fueron Adam Smith y David Ricardo. Según estos autores las leyes del capitalismo son leyes naturales e inamovibles que es preciso asumir y respetar pero no tienen en cuenta que el sistema capitalista mismo es un producto de la historia. Sin embargo, Marx toma de ellos la idea de que el elemento decisivo en la creación del valor de una mercancia es el trabajo.
 El socialismo utópico
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Para Marx, lo positivo de los socialistas utópicos y de las diversas corrientes utopistas es que han visto las contradicciones del capitalismo. Pero critica sus pretensiones de reformar la sociedad apelando a la buena voluntad, a los buenos sentimientos o a la moral. La realidad no puede ser cambiada con buenos deseos. Por otra parte, Marx no ve en el triunfo del sistema capitalista algo malo en sí, el capitalismo es una consecuencia necesaria del desarrollo histórico. Frente a las propuestas reformistas de los utopistas y su condena moralizante del capitalismo, Marx defiende un análisis científico del sistema capitalista, que le lleva a descubrir el proceso que ha de llevar de modo necesario a su superación. Marx critica, además, las propuestas de los que llama comunistas groseros o primitivos que pretenden un reparto de la propiedad entre todos los miembros de la comunidad (propuesta que tiene su origen en el resentimiento social), o un control de la propiedad por el Estado (lo que convertiría a todos los hombres en proletarios). Frente a estas posiciones, Marx aboga por la abolición de toda forma de propiedad y que llegará en virtud de la propia evolución del sistema capitalista.
 La filosofía alemana Hegel representa, para Marx, la cumbre del pensamiento cristiano-burgués.Hegel ha aportado algunos elementos decisivos que Marx asume, si bien invirtiendo su significado: la concepción dinámico-dialéctica de la realidad y el concepto de alienación. Pero Marx rechaza numerosos aspectos de la filosofía de Hegel, resumidos fundamentalmente en uno: la filosofía hegeliana parte de la pretensión de que la auténtica realidad es espíritu, conciencia; con lo cual, según Marx, se convierte en una filosofía invertida y de ahí derivan todos sus errores. Así, la idea de que todo lo real es racional. Esta idea conduce a una parálisis del progreso político, a que hay que asumir la realidad tal cual es. Pero la miseria a la que ha conducido la sociedad capitalista al proletariado contradice esta pretensión; la miseria no puede combatirse si no es revolucionando la realidad y transformando el Estado (y, en último término, aniquilándolo). El idealismo hegeliano conduce también a una concepción abstracta de la naturaleza humana, al reducir al hombre a autoconciencia. Marx intervino en las polémicas de izquierda y derecha hegeliana y se identificó en sus inicios con el pensamiento de Feuerbach. La izquierda hegeliana había reducido el idealismo a materialismo, había reducido la religión a sus aspectos puramente humanos y combatido en la defensa de un Estado democrático. Pero con el tiempo, a Marx y Engels esto les pareció insuficiente por lo que adoptan una actitud crítica ante Feuerbach y la izquierda hegeliana. Así criticarán la visión feuerbachiana del materialismo, por concebirlo al modo mecanicista, con lo que se revela incapaz de explicar el dinamismo de la historia, y de la realidad en general. También combatirán su concepto de hombre, que hace de éste un mero sujeto contemplativo y la consiguiente alienación religiosa. 2. La “antropología” marxista: el hombre alienado   La concepción marxista del hombre La concepción marxista del ser humana puede encontrarse en sus primeros escritos, particularmente en los Manuscritos, en la crítica a Hegel y las Tesis sobre Feuerbach, que constituyen el núcleo del llamado “humanismo marxista”. Marx comienza por criticar la concepción del hombre que tienen la filosofía y la economía de su época. Así: 1. Frente a Hegel, considera que el hombre es el hombre concreto, sensible, corporal. En esto coincide con Feuerbach. 2. Pero Feuerbach, aun concibiendo al hombre como ser sensible, sigue dando prioridad a los aspectos contemplativos, teóricos, sobre los prácticos. Para Feuerbach el hombre se relaciona con el mundo básicamente a partir del conocimiento teórico. Marx antepone el trabajo material a la mera contemplación (“Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. Tesis sobre Feuerbach, tesis nº 11). El hombre es un ser que transforma el mundo y a sí mismo por medio de la práctica (por medio del trabajo transforma a la naturaleza humanizándola y se 
                                                                                                                                                          3
transforma a sí mismo naturalizándose). 3. Al igual que Feuerbach, Marx considera que el hombre es un ser eminentemente social. Pero Feuerbach, al desconsiderar la capacidad autoproductiva del hombre no ve que la sociedad es un hecho histórico (es decir, es un proceso, una evolución continua, fruto de la actividad autocreadora humana). En consecuencia, dentro de cada tipo de sociedad las relaciones sociales serán distintas, con lo que el hombre mismo será distinto (el hombre mismo es también un producto histórico). 4. La economía política clásica, al hacer del trabajo el elemento central de la creación del valor, sí ve los aspectos productivos del hombre. Pero considera al hombre como un simple animal de trabajo, puesto al servicio de la producción de mercancías (por lo que acaba tratando al hombre como una mercancía más), y no ve que el trabajo es el medio de autorrealización libre humana de la que el hombre se encuentra alienado.
Marx defiende que no existe una esencia de “ser humano” que deba ser realizada, sino que el hombre es trabajo, actividad. El ser humano se hace a sí mismo en sus propias acciones y decisiones, sin realizar ningún modelo previo. El hombre es un ser activo, y su dimensión práctica es más importante que la teórica. El hombre no puede entenderse sólo como un “animal racional”: si la capacidad de pensamiento domina sobre la capacidad de acción, se reproduce una concepción injusta heredada ya de las sociedades esclavistas. Además, hemos de tener en cuenta que el trabajo y la acción es lo que pone en contacto al ser humano con la misma naturaleza y con el resto de seres humanos. A través del trabajo el hombre transforma la naturaleza y ocupa un puesto determinado en la sociedad. Por todo esto, dirá Marx en la sexta tesis sobre Feuerbach que “la esencia humana no es algo abstracto inherente a cada individuo; es, en realidad, el conjunto de las relaciones sociales.”  La alienación y sus formas Es en los «Manuscritos económico-filosóficos» y en «La ideología alemana», escritas en 1844, la primera, y en 1845, la segunda, (ésta en colaboración con Engels), pero que no fueron publicadas hasta 1932, donde se encuentran los principales análisis de la naturaleza de la alineación del ser humano. El extrañamiento del sujeto en el proceso de su objetivación había sido ya estudiado por Hegel, pero será a raíz de la crítica de la noción de alineación mantenida por Feuerbach como irá perfilando Marx su propia interpretación de la naturaleza de la alineación en el ser humano. Tomando como referencia este cambio en la concepción del ser humano, Marx reforma también otro concepto heredado de Hegel y de Feuerbach: la alienación. Podríamos definirlo como aquel proceso o situación social por la cual el hombre se convierte en algo distinto, ajeno o extraño a lo que debería ser, a lo que le corresponde. «Alienación» significa extrañamiento, perplejidad y distanciamiento, estar apartado de sí. Hace referencia a una dimensión de irracionalidad presente en distintos ámbitos. Marx se presenta como un «filósofo de la sospecha» que saca a la luz esa irracionalidad camuflada bajo un aspecto de racionalidad. 1. La alienación religiosa Feuerbach plantea el problema de la alineación en su obra «La esencia del cristianismo», en el contexto de la explicación del origen y naturaleza de la religión. El ser humano no es el producto de los dioses, sino más bien lo contrario, los dioses son el producto de los seres humanos: la religión es una invención de los seres humanos, el resultado de aplicar atributos trascendentes al mundo conocido, al mundo material y sensible, la duplicación trascendente de este mundo terrenal. Una vez creado ese mundo trascendente de la religión, se produce una extraña inversión, por la que se intercambian los papeles del creador y de la criatura, que da lugar a la alineación religiosa. En el caso del cristianismo, pues, resulta que no es Dios quien crea al ser humano, sino el ser humano quien crea a Dios. Ahora bien, una vez creado Dios, los seres humanos no lo ven como su propia imagen, sino que lo conciben como algo superior, hasta el punto de invertir completamente la relación de semejanza, creyéndose ellos imagen de Dios, y terminando por someterse a él. Pues bien, es en ese sometimiento en donde se consuma la alineación, la enajenación del ser humano, en la medida en que supone la pérdida de sí mismo, la renuncia a su propia naturaleza en favor de la de un ser ajeno. De este modo el ser humano se 
                                                                                                                                                          4
convierte en algo extraño para sí mismo, en un ser alienado. El producto de su objetivación se le impone como la verdadera y única realidad, a la que debe someterse, viéndose obligado a vivir «para otro». Feuerbach pretende defender un humanismo ateo y radical libre de toda alienación. Para él la alienación fundamental es la religiosa. La religión es fruto de la proyección de la esencia humana y tanto ella como los dioses son creaciones humanas. El hombre crea a Dios según sus necesidades y angustias y acaba sometiéndose a su propia criatura olvidando que no es más que una proyección nuestra. La verdadera filosofía debe eliminar esta alienación. Devolver al hombre lo que es suyo. Se trata de invertir la teología (hablar de Dios) en antropología (hablar del hombre). Demostrar la esencia antropológica de Dios. Marx que en un principio sigue el planteamiento de Feuerbach, posteriormente lo calificará de insuficiente e idealista, puesto que la alienación descrita por él se produce a nivel de la conciencia, no atiende al proceso histórico, descuidando el hecho de que la alienación humana tiene su origen en el despotismo de la naturaleza y en el sistema económico social. La alienación religiosa es consecuencia de una alienación más básica, la alienación económica propia de la sociedad capitalista. La conciencia religiosa es una conciencia falsa e invertida del mundo (ideología), que expresa la miseria real y protesta contra ella, pero de forma impotente e ineficaz, ya que aparta la atención de este mundo y sitúa la esperanza en un más allá. Se trata de una felicidad ilusoria (opio del pueblo). La tarea será transformar una sociedad que necesita de tales ilusiones, es decir, el trabajo y las relaciones sociales alienadas. La religión desaparecerá cuando se transforme la sociedad mediante la praxis revolucionaria, puesto que la religión no es más que el reflejo de una determinada situación social. 2.La alienación política Hegel hacía una distinción entre Estado y Sociedad civil. El Estado encarna el poder de lo universal y del interés general. Situado por encima de la sociedad civil se trata de una organización independiente de las condiciones sociales e históricas a partir de las cuales se desarrolla. La Sociedad civil la componen individuos entre los cuales reinan intereses opuestos, donde se produce una lucha de intereses individuales y de grupo. La solución de los conflictos sólo es posible cuando todos reconozcan y se sometan al Estado como poder superior. Separa radicalmente el individuo del Estado. Según Marx no puede separarse y aislarse al individuo, éste es un ser socializado y el Estado es una creación humana, y no puede separarse radicalmente la esfera pública y la privada. La concepción hegeliana del Estado es ideológica, intenta legitimar un fenómeno históricamente concreto (el Estado prusiano) atribuyéndole propiedades divinas, lo cual tiene una función alienante, pues los problemas sociales concretos no podrían achacársele al Estado. En un régimen de propiedad privada la esfera del Derecho y del Estado aparece como un ámbito donde los individuos están igualados ante la ley como «ciudadanos», pero de hecho, el régimen de propiedad privada imperante en la sociedad civil los divide y enfrenta. Propugnarán una democracia auténtica, la cual no necesitará de un Estado, porque en la auténtica democracia el Estado queda abolido. 3. La alienación económica Para Marx el trabajo es la principal actividad del hombre. A través del trabajo el hombre crea su mundo, satisface sus necesidades y transforma la naturaleza. El hombre produce su propia vida, se realiza a sí mismo a través del trabajo. Esto ocurre sólo si el trabajo es creador, es decir, si el trabajo es fruto de su voluntad, si expresa sus facultades y si no es sólo un medio de supervivencia. Como forma de transformación de la naturaleza y medio para garantizar la subsistencia, el trabajo se convierte en una necesidad, pero también en una forma de humanización, ya que posibilita la realización personal. Sin embargo, en la sociedad capitalista el trabajo no dignifica, sino que desposee y aliena. Marx entiende que esta alienación se da precisamente en el trabajo: aquello que debería 
                                                                                                                                                          5
realizar al hombre (no olvidemos que éste es actividad) es precisamente lo que le termina cosificando, lo que le esclaviza, lo que le convierte en algo inhumano, por tanto en algo distinto de lo que el hombre es. En la medida en que el trabajo no humanice al ser humano, se tratará de un trabajo alienante, y estará en el punto de mira de la crítica marxista En los Manuscritos de economía y filosofía, Marx critica la alienación del trabajador en la sociedad capitalista, al que encuentra víctima de una cuádruple alienación:  Con respecto a la naturaleza: la naturaleza debería sentirse como el cuerpo inorgánico del hombre, pero aparece como algo ajeno al trabajador, como propiedad de otro. Ésta deja de ser un patrimonio común sobre el que cualquier ser humano puede disponer para trabajar, y se convierte en la propiedad de otro, en materia prima que se puede comprar y vender, enajenada respecto a su original propiedad común.  Con respecto a la propia actividad (trabajo): al ser su trabajo apropiado por otro, el trabajador se encuentra extraño en el trabajo. Siendo el trabajo lo más propio del hombre, éste se encuentra ajeno y a disgusto en él. Éste no le pertenece al proletario sino al burgués que le emplea, y que aprovecha la situación de superioridad que esto genera. Además es un tipo de actividad que no es elegida, libre ni creativa, sino que a menudo consiste en una mecanización del ser humano. El proletario no elige su trabajo y se ve obligado a venderse a sí mismo como trabajo, lo que le hace sentirse extraño, insatisfecho, explotado. “Está en lo suyo cuando no trabaja, y cuando trabaja no está en lo suyo”, llegará a decir Marx para el que la libertad del proletariado queda limitada “a sus funciones animales, en el comer, beber, engendrar, y todo lo más en aquello que toca a la habitación y el atavío, y en cambio en sus funciones humanas se siente como animal.”  Con respecto al producto de su trabajo: el producto debería ser la objetivación de su trabajo, pero al convertirse en capital de otros, aparece ante el trabajador como algo ajeno a él. Tampoco éste le pertenece, sino que es la mercancía, en capital que será vendido para beneficio exclusivo del burgués, dueño de los medios de producción. Esto aumenta aún más el abismo de desigualdad que existe entre la burguesía y el proletariado. El producto final termina esclavizando a su productor, que no ejerce ningún tipo de poder sobre él.  Con respecto a los otros hombres (sociedad): el hombre, a diferencia de otros animales, es capaz de trabajar solidariamente, esforzarse por la “especie humana”; pero el trabajo alienado corta su relación con la humanidad y cada uno trabaja para sí mismo y sus propias necesidades. La alienación del trabajo es el origen de las clases sociales. El lugar del trabajo es sinónimo del lugar que se ocupa en la sociedad, lo que determina todas las posibles relaciones sociales. Además, el trabajo propio del capitalismo genera competencia y desigualdad: el otro no es visto como un compañero, como otro ser humano, sino como un rival con el que competir, contra el que luchar. El trabajo capitalista genera egoísmo y destruye toda posibilidad de unas relaciones sociales basadas en la justicia y la igualdad. Marx concluye que la propiedad privada es la consecuencia del trabajo alienado y, consecuentemente, la desaparición del trabajo alienado lo será de la propiedad privada. Ésta es la finalidad del comunismo. Para Marx hay una relación directa entre esta alienación del trabajador y la propiedad privada. Por eso, desde esta primera época en que perfila el concepto de alienación, abogará por una supresión del capital, que tendrá como consecuencia la desaparición de la alienación del hombre. El ansia de tener, de dominar las cosas, de vencer sobre los demás se verá sustituido por una nueva relación con la naturaleza basada en sentimientos como el amor o la confianza. En las sociedades preindustriales, el artesano mantiene una relación afectiva con cada uno de sus trabajos y es feliz, puesto que determina sus propias condiciones de trabajo. ¿Por qué en la sociedad capitalista el trabajo se convierte en una fuente de alienación? Por la conversión del trabajo en una mercancía, por la división del trabajo y por la propiedad privada. Uno de los problemas estudiados es el de la mercancía. Parte de una distinción básica en la teoría económica. El valor de uso es el valor específico respecto a la satisfacción de las necesidades inmediatas, es un valor instrumental. El valor de cambio es el que recibe un objeto 
                                                                                                                                                          6
cuando se convierte en mercancía, y esto ocurre cuando se pone en relación con otros productos.. Cuando un producto se convierte en mercancía se separan ambos valores. El valor de cambio de un producto es determinado por las leyes del sistema capitalista de mercado, con independencia de su valor de uso. La relación abstracta expresada en el valor de cambio encubre la relación social entre sus propietarios. Es decir, el mercado capitalista encubre relaciones sociales mediante relaciones mercantiles. En la sociedad capitalista el obrero está obligado a vender su fuerza de trabajo para poder vivir. El trabajo ya no es algo creador sino algo a lo que se ve forzado. Su trabajo se convierte en mercancía comprada y vendida, y, por lo tanto, se ve alienado. Ya no se percibe como un sujeto activo y creador, sino como un objeto pasivo carente de voluntad propia. Los objetos producidos por él se convierten en objetos que pertenecen a otros y que son vendidos por otros, los que poseen el capital y los medios de producción, los cuales se apropian del beneficio resultante de la venta de los productos, la «plusvalía». Se paga sólo una parte del trabajo contenido en la mercancía. El trabajo no pagado proporciona un beneficio que se lo queda el capitalista. 3. Materialismo histórico  Se considera materialista toda doctrina que sostiene que la materia es la causa última de la realidad. Sin embargo, debemos concretar: en la teoría marxista suele distinguirse tal como lo hacía Engels entre materialismo dialéctico (Diamat) y materialismo histórico (Hismat). A) Materialismo dialéctico: Es el materialismo de Engels, quien coincidiendo con las obras de Darwin en las que se defendía la evolución de las especies, propuso la hipótesis de que toda la naturaleza evoluciona desde lo mineral hasta el hombre. Pero esta evolución se produce dialécticamente (tesis, antítesis y síntesis) a través de una serie de leyes dialécticas, a saber: a) Ley de la acción recíproca de la materia y de la conexión universal. b) Ley del cambio universal y desarrollo incesante de la materia. c)Ley del cambio cualitativo. d) Ley de lucha de contrarios: ley de la negación o de la superación dialéctica. B) Materialismo histórico: es una prolongación del dialéctico en el terreno de la historia humana y, según Marx, es la ciencia marxista de la historia. Pero a diferencia del materialismo de Feuerbach que es objetivo, el de Marx es subjetivo, es decir: el hombre no puede ser tratado como un objeto al que le suceden cosas, sino como un sujeto protagonista de su vida y de la historia. Y la historia viene determinada por las relaciones económicas de producción, determinadas a su vez por los modos de producción. Frente a las concepciones de la historia que hacen depender de las ideas la realidad práctica, material, del ser humano, (o de los ideales políticos, filosóficos o religiosos, de los «grandes protagonistas de la historia»), el materialismo histórico se propone explicar la historia desde la producción práctica de la existencia, invirtiendo la relación, tradicional en la época de Marx, entre la existencia real y la idea que los seres humanos se hacen de su existencia, (o los ideales que conciben en torno a su realización). La historia no es, para Marx, ni una colección de hechos, como parecían concebirla los empiristas, ni una sucesión de categorías, como la concebían los idealistas; tampoco el resultado de la acción aislada de los considerados «personajes históricos». La historia es el resultado del modo en que los seres humanos organizan la producción social de su existencia.  El concepto marxista de materialismo Engels emplea el término “idealista” para denominar a quien afirma que Dios es el creador del mundo, lo que equivale a decir que el espíritu crea la materia. Por el contrario, serán materialistas quienes sostengan que la materia es eterna y el principio fundamental de toda realidad, de la cual nace el espíritu. Ahora bien, el materialismo histórico de Marx no parte de una afirmación general acerca de la materia, sino de la tesis de que es la infraestructura económica de una sociedad la que determina la conciencia que esta sociedad tiene de sí misma, y no al revés; y de que esta infraestructura evoluciona a partir de sus contradicciones, es decir, dialécticamente.
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 La evolución dialéctica de la sociedad Frente a Hegel, Marx toma como punto de partida “la actividad material del hombre tendente a satisfacer sus necesidades”. A esta actividad la llama producción. Con hombre, no se refiere al hombre abstracto, al hombre en general, sino a un hombre determinado por las relaciones de producción. Las relaciones de producción históricamente dadas son: 1) Amo/esclavo, en el mundo antiguo; 2) Campesino/señor, en la Edad Media; 3) Oficial/maestro, en el renacimiento; 4) Obrero/capitalista, en la sociedad capitalista. La producción no es sólo la actividad del individuo, sino el todo de las relaciones de producción; es la sociedad misma. Un modo de producción es el modo que adopta la producción en una época histórica determinada. En cada modo de producción hay grupos con intereses comunes y antagónicos con los demás. A estos grupos, Marx les llama clases sociales. La historia será concebida como el desarrollo de los diversos modos de producción cuyo motor es la lucha de clases. El desarrollo, o paso de un modo de producción a otro, se produce así: 1. Cada forma social lleva dentro de sí su negación. Ello se debe a que cada modo de producción contiene una escisión interna debido a que en cada modo de producción hay elementos con intereses opuestos entre sí (lo sepan éstos o no). Estos elementos son las clases sociales. 2. Esta negación, es decir, este enfrentamiento entre intereses opuestos, produce un cambio de forma social al que llamamos revolución. 3. La revolución instaura una nueva forma social con distintas relaciones entre clases, e incluso distintas clases (Amo/esclavo, señores/siervos…) que a su vez lleva a una escisión interna, etc. Este proceso dialéctico (tesis, antítesis, síntesis) para Marx terminará cuando queden abolidas todas las clases sociales. Al no haber clases no habrá lucha de clases que provoque la llegada de una nueva forma social. A este estadio del desarrollo histórico en el que no habrá lucha de clases la denomina comunismo. La expresión comunismo viene de “comunidad de bienes”, lo que quiere decir que no habrá propiedad privada que es la que origina la escisión en clases sociales antagónicas.  La estructura social En el prólogo de la “Contribución a la crítica de la economía política”  (1859) Marx sintetiza su teoría de la historia y de la sociedad denominada materialismo histórico (concepción materialista de la historia). Marx pretende  llevar a cabo una «anatomía de la sociedad civil», entendiendo por tal las condiciones materiales de vida. Esta «anatomía» hay que buscarla en la Economía política. – anatomía de la sociedad civil: estructuras fundamentales que constituyen el entramado básico de actividades económicas – Economía política: estudio sistemático de las relaciones sociales relativas a la producción y distribución de bienes materiales La concepción materialista de la historia la resume Marx, con estas palabras, en un breve párrafo de la «Contribución a la crítica de la economía política»: «En la producción social de su existencia, los hombres entran en relaciones determinadas, necesarias e independientes de su voluntad, en relaciones de producción que corresponden a un grado determinado de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones constituye la estructura económica de la sociedad, o sea, la base real sobre la cual se alza una superestructura jurídica y política y a la cual corresponden formas determinadas de la conciencia social. En general, el modo de producción de la vida material condiciona el proceso social, político y espiritual de la vida. No es la conciencia de los hombres lo que determina su ser, sino al contrario, su ser social es el que determina su conciencia. En un determinado estadio de su desarrollo las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o, por usar la equivalente expresión jurídica, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se habían movido hasta entonces. De formas de desarrollo que eran las fuerzas productivas, esas relaciones se convierten en trabas de las mismas. Empieza entonces una época de revolución social.»
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Conceptos fundamentales 1. Producción social de la vida (modo de producción de la vida material): Marx estudia la historia desde categorías materiales y económicas. El hombre se distingue de los animales (además de la inteligencia, conciencia, religión, etc.), sobre todo, porque produce sus medios de vida. El trabajo es su principal actividad ya que le permite crear su mundo. No da una definición esencialista del hombre (p. ej. animal racional). Lo que los individuos son coincide con su producción y con el modo en que lo producen. A través del trabajo el hombre se crea a sí mismo. 1ª premisa de la historia: que los hombres se hallen en condiciones de poder vivir. ¿Qué hace falta para poder vivir? Comer, beber, un techo, vestirse, etc. El primer hecho histórico lo constituye la producción de los medios indispensables para satisfacer estas necesidades. Pero el hombre además de producir sus medios de vida, produce otros hombres, procrea. Surge la familia como primera relación social. La producción de la vida es también una relación social, requiere la cooperación de varios individuos. Todo modo de producción lleva aparejado consigo un determinado modo de cooperación (o de enfrentamiento). Los elementos principales que lo componen son las relaciones de producción y las fuerzas productivas materiales. 2. Relaciones de producción Son las relaciones que se establecen entre los distintos miembros de una sociedad histórica concreta en la realización de las actividades que aseguran la «producción social de la vida» según un determinado «modo de producción». Estas relaciones vienen determinadas por: – el lugar que se ocupa en la «división social del trabajo» (qué es lo que cada uno hace en un determinado modo de producción) – el intercambio, distribución y apropiación del beneficio social (qué parte se lleva cada uno del producto global) obtenido para satisfacer las necesidades de los miembros de la sociedad Las relaciones de producción tienen su expresión jurídica en las relaciones de propiedad. Esto implica que las relaciones jurídicas (Derecho) y las formas del Estado no se comprenden por sí mismas sino por las condiciones materiales de vida. En las sociedades donde existe propiedad privada de los medios de producción el trabajo y el beneficio se distribuye de forma desigual, y esto trae consigo la existencia de clases antagónicas (esclavo-amo, siervo-señor feudal; proletario-capitalista); y la lucha de clases como fuente permanente de conflictos sociales y como motor de la historia. Al igual que nacemos en una determinada familia o país, nos encontramos necesaria e independientemente de nuestra voluntad, formando parte de un sistema de relaciones de producción. 3. Fuerzas productivas materiales Con este concepto resume la capacidad tecnológica (fuerza de trabajo humana, medios de trabajo, tecnología) de que dispone una determinada sociedad en un momento histórico concreto para resolver las necesidades de producción. Estas fuerzas productivas han sufrido un largo proceso de desarrollo que se ha incrementado de forma especial con la Revolución Industrial y el modo de producción capitalista. Afirma que los cambios en el orden de las relaciones de producción se deben en gran medida a la transformación de las fuerzas productivas (evolución de los gremios artesanales a las manufacturas y de éstas a la industria moderna). El desarrollo de la industria, comercio, navegación, ferrocarriles, etc., trae consigo el desarrollo de la burguesía. 4. Estructura económica de la sociedad Las relaciones de producción ligadas estrechamente al desarrollo de las fuerzas productivas constituyen la «base real» de la sociedad: la infraestructura. Al calificar de «base real» la organización económica de la sociedad quiere decir que constituye el núcleo esencial que explica todos los conflictos sociales y los grandes cambios históricos, frente a otros tipos de explicación histórica (idealismo hegeliano). Se trata de un determinismo económico (material).
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5. Superestructura Las otras instancias o manifestaciones de la vida social (superestructura) se levantan sobre esta «base real» formada por las estructuras económicas. ¿Qué elementos componen la superestructura: a) Derecho y Estado En las sociedades de clases, donde a través de un régimen de propiedad privada la clase dominante ejerce la propiedad de los medios de producción, esta dependencia de las condiciones económicas se manifiesta en el control y la utilización que hace de hecho esta clase social de las leyes y del poder del Estado en defensa de sus intereses particulares contra las clases dominadas. El Estado ya no defiende los intereses de todos. La clase económicamente dominante se convierte también en la clase políticamente dominante. b) «Formas de conciencia social»: la ideología Ideología es un término creado por Destutt de Tracy designando una concepción científica que intenta estudiar los conocimientos, el conjunto de ideas que caracterizan a una época, a un grupo de personas, etc… En general el término suele entenderse positiva o negativamente: a) Positivamente: como sistema de representaciones (imágenes, ideas, símbolos) dotados de una existencia y de un papel histórico en el seno de una sociedad dada. En este sentido la ideología sería algo inevitable en el ser humano, porque es el modo que tiene de proyectarse y tomar conciencia de sí mismo. b) Negativamente: sin embargo, el problema surge en cuanto que esa conciencia puede ser adecuada a la realidad o bien, y es lo más corriente, falsea la realidad misma y conduce al hombre a una autoconciencia falsa. La conciencia es el núcleo interior del hombre. Para el idealismo la conciencia es algo autónomo, el espíritu, las ideas, el conocimiento, la moral, la religión, etc., algo independiente de los procesos de producción económicos o de las relaciones sociales. Para Marx, la conciencia no es autónoma, depende del proceso de producción económica, de las condiciones sociales de un determinado momento histórico. La conciencia forma parte, junto con los productos intelectuales, de la superestructura ideológica que depende de la infraestructura económica y social. Marx se propone llevar a cabo una clarificación crítica y racional de la conciencia para acabar con los posibles engaños, clarificar el conjunto de ideas o representaciones que el hombre o una clase social tienen acerca de sí mismo, de su lugar en el mundo y en la historia. En general, una ideología es un sistema de representaciones dotadas de una existencia y de un papel históricos en el seno de una sociedad dada. Como tal, la ideología es un momento necesario y esencial en la vida de los hombres y en la sociedad. La ideología engloba todo el conjunto de producciones intelectuales del hombre (religión, filosofía, política, moral, etc.). Todos aquellos elementos que componen una determinada visión del mundo. Cada clase social posee una ideología que orienta los intereses de su acción. En la medida en que en la ideología se expresa la relación del hombre con su mundo y su existencia social e histórica, las ideas que expresan esta relación pueden hacerlo de forma verdadera o falsa. En este último caso (ideas falsas) la ideología adquiere un sentido restringido y viene a significar un conjunto de «ideas» y «formaciones nebulosas» que dan una imagen falseada y falsificadora de la realidad y de las condiciones en que se desarrolla la vida de los hombres. Cualquier ideología no es algo puro, autónomo. Todo lo que piensan los hombres es un producto de la sociedad en la que viven. La ideología es un producto social. Lo que caracteriza a las formas ideológicas es que los sujetos que participan de ellas no son conscientes de su relación con las otras instancias del proceso productivo ni de la función que de hecho cumplen en el mantenimiento o transformación de una situación histórica. La ideología aparece entonces como una conciencia falsa. Las formas ideológicas tienen como función ocultar, desfigurar y suplantar imaginativa o conceptualmente una situación de la existencia real, social e histórica de los hombres. Tienen como misión ocultar la situación de alienación. En una sociedad dividida en clases y con intereses opuestos, la clase dominante intenta presentar su ideología como dotada de validez universal. Presenta su propio interés como un interés común a todos. La clase 
                                                                                                                                                          10
dominante ejerce su dominio tanto en lo materia como en lo «espiritual». Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época. Por lo tanto, la ideología que una época tiene de sí misma (su conciencia) no es fiable para comprenderla y conocerla, para ello hay que acudir a la «base real» económica. En resumen, el marxismo sostiene que la ideología es un conjunto de ideas, un producto social que se expresa en el lenguaje y tiene un sentido básicamente negativo: autoconcienca falsa, o lo que es lo mismo: creer que los pensamientos, ideas y creencias de los seres humanos surgen de la mente debido a la actividad intelectual libre y autónoma. Según Marx sucede todo lo contrario, las ideas y creencias de todo tipo (ideología) son el resultado de las relaciones de producción, o lo que es lo mismo, de la economía:  «…Las formaciones nebulosas que se condensan en el cerebro de los seres humanos son sublimaciones necesarias de su proceso material de vida, proceso empíricamente registrable y sujeto a condiciones materiales. La moral, la religión, la metafísica y cualquier otra forma de ideología y las formas de conciencia que a ellas corresponde pierden así, la apariencia de su propia sustantividad. No tienen su propia historia ni su propio desarrollo, sino que los seres humanos, desarrollando su propia producción material y sus intercambios materiales, cambian también, al cambiar esta realidad, su pensamiento y los productos de su pensamiento. No es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia» [Marx: La ideología alemana.] En definitiva, es la realidad material la que determina al pensamiento y no viceversa. En consecuencia toda ideología más que reflejar la realidad, tiende a desfigurarla, y por lo tanto se trata de una falsa conciencia. 6. Base económica y superestructura En el análisis de una formación social podemos distinguir unos niveles: – esfera económica (infraestructura) – esfera política y jurídica – esfera ideológica Son niveles distinguibles, relativamente autónomos, pero que operan conjuntamente en todos los procesos históricos. ¿Qué relación se da entre estos niveles? La respuesta de Marx es un determinismo economicista (con matizaciones posteriores). Según la concepción materialista de la historia es la producción de la vida real (material) el factor que en última instancia determina la historia, pero no quiere decir que sea el único. 7. Materialismo histórico y filosofía de la historia Una vez estudiadas las principales categorías de la Economía política, Marx ofrece basándose en ellas, una generalización sobre el conjunto del desarrollo histórico de la humanidad. Ofrece una filosofía de la historia, un intento de comprensión racional de la totalidad de la historia. Para Marx, la historia (a diferencia del idealismo que la considera como desarrollo del Espíritu) es un proceso de maduración de la capacidad económica de la especie humana para dominar la naturaleza y producir medios con los que satisfacer sus crecientes necesidades. Este desarrollo depende fundamentalmente de condiciones materiales objetivas. Concretamente de una dialéctica entre fuerzas productivas y relaciones de producción que tiene su principal expresión histórica en la lucha de clases que constituye el motor de la historia. Hasta ahora la historia («prehistoria» es el calificativo utilizado por Marx) ha sido el escenario de la alienación creciente del hombre, y de la explotación de una clase por otra, puesto que el beneficio para unos pocos es por necesidad un perjuicio para otros. La división en distintas etapas históricas es realizada por Marx dependiendo de los distintos modos de producción (asiático, antiguo, feudal, moderno burgués).
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Clasificación de los Modos de producción con las correspondientes Relaciones de producción, Formas de explotación y Formas de apropiación del trabajo ajeno. Modo de producción Relaciones de producción Forma de explotación Forma de apropiación del trabajo ajeno
Comunismo primitivo
Comunitarias —— —–
Asiático
Funcionarios— comunidad de aldea Esclavitud general
Imposición de tributos colectivos en especie y trabajo (con coacción extraeconómica) Antiguo Amo— esclavo Esclavitud Apropiación privada del trabajador (con coacción extra-económica)
Feudal Señor— siervo
Servidumbre (dependencia personal)
Apropiación privada del excedente (con coacción extra-económica)
Capitalista Capitalista— proletario Trabajo asalariado (formalmente libre)
Apropiación privada de la plusvalía a través del “mercado” (sin coacción extra-económica) Socialista Entre libres asociados ——- ——
MODOS DE PRODUCCIÓN, CLASES SOCIALES Y FORMAS DE EXPLOTACIÓN EN ORIENTE Y OCCIDENTE hasta finales del siglo XIX En Occidente MODOS DE PRODUCCIÓN CLASES SOCIALES FORMAS DE EXPLOTACIÓN Modos de producción tradicionales m. de p. antiguo amos/esclavos esclavitud 
 m. de p. feudal señores/siervos servidumbre
Modos de producción modernos m. de p. capitalista burgueses/proletarios trabajo asalariado En Oriente MODOS DE PRODUCCIÓN CLASES SOCIALES FORMAS DE EXPLOTACIÓN Modos de producción tradicionales m. de p. asiático funcionarios estatales/comunidad de aldea esclavitud general
A partir de este momento comienza la verdadera historia, un tiempo en el que se superará la alienación y la explotación, en la que el hombre es dueño de su propio destino. Marx refleja el ideal ilustrado de progreso, optimista y con una dimensión utópica. ¿En qué se basa este optimismo? En el análisis del modo de producción burgués. El supuesto fundamental de la existencia y desarrollo del capitalismo es la obtención del máximo beneficio. Como consecuencia de esto se da un fuerte crecimiento de las fuerzas productivas (industria, mercado universal, etc.) Lo que caracteriza a las relaciones de producción dentro del capitalismo es la subordinación esclavizante de la fuerza de trabajo humana a la 
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máquina (alienación del trabajo) y la división creciente entre dos clases: burguesía y proletariado. Los burgueses son propietarios del capital y de los medios de producción. Los proletarios sólo tienen su fuerza de trabajo que venden como mercancía a cambio de un salario. Las relaciones entre ambos son de explotación. (ver el tema de la plusvalía citado anteriormente). Las diferencias entre un número cada vez menor de propietarios y un número mayor de obreros explotados irá en aumento. Esta situación aumentará la conciencia de clase de los trabajadores que tendrán como fin apoderarse del poder político a través de sus organizaciones, y apoderarse de los medios de producción en nombre de la inmensa mayoría. Todo esto llevará a la revolución obrera, en la cual pueden distinguirse tres fases:  Elevación del proletariado a clase dominante.  Valiéndose de su dominación política apropiarse el capital y los medios de producción, centralizándolos en manos del Estado (sólo puede hacerse de forma violenta).  Eliminación progresiva de las diferencias de clase. Se llega así a sustituir la sociedad burguesa, con sus clases y antagonismos, por una asociación en que el libre desenvolvimiento de cada uno será la condición del libre desenvolvimiento de todos. En definitiva, el fin al que se dirige la historia es la desaparición de las clases y la instauración del comunismo. La sociedad sin clases y comunista  hacia la que tiende la historia vendrá a acabar con las alienaciones y permitirá la realización total del hombre.

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