Comparación marx platón


RELACIÓN ENTRE LA CONCEPCIÓN MARXIANA DEL CONOCIMIENTO (MATERIALISMO HISTÓRICO) CON LA CONCEPCIÓN DE PLATÓN
Marx afirma que hasta ahora los filósofos se han dedicado a interpretar el mundo, ahora se trata de transformarlo. Con esto Marx critica la concepción tradicional del hombre contemplativo que se define por el conocimiento intelectual. Tal concepción fue defendida por Platón y afirma que el ser humano debe aspirar al conocimiento de las realidades más perfectas, espirituales, divinas … La felicidad, en este sentido, también se define como la contemplación intelectual del Mundo de las Ideas. Para Marx, en cambio, el hombre es un ser práctico, y el pensamiento surge de la praxis y tiene como finalidad el cambio del estado de cosas, de la situación socio-económica de una sociedad en un momento histórico determinado. La felicidad, para Marx, se debe conseguir sobre la tierra superando las alineaciones, estableciendo una sociedad sin elases. Por tanto, si bien es cierto que una de las intenciones fundamentales de la filosofía de Platón es política, queriendo establecer un sistema político justo (la República) basado en la dirección de los más sabios, Platón da primacía al conocimiento, al saber, mientras que Marx se lo da a la praxis, a la acción política reformadora de la situación histórica.
Otra de las diferencias se refiere a la concepción que ambos filósofos tienen del concepto de «dialéctica»: Para Marx, la realidad es dialéctica, oposición, lucha. Esta idea la hereda de Hegel, y Marx la define como un proceso de contradicciones que se van superando hasta alcanzar una etapa superior de desarrollo. Recordemos que para Marx lo material determina lo espiritual o, como afirma, la infraestmctura es la que determina la superestructura ideológica. La sociedad hasta ahora siempre ha tenido para Marx una estmctura dialéctica pues la historia es la historia de la lucha de clases. Platón también usa el término dialéctica pero en otro sentido: Es la ciencia suprema que consiste en alcanzar el conocimiento de las Ideas (perfectas, inmutables … ) a través de un proceso largo que incluye la purificación del alma de todo lo material. La dialéctica como conocimiento de las esencias puras culmina para Platón con el conocimiento de la idea de Bien que es la causa y principio de inteligibilidad y del ser de todas las cosas.
Una de las similitudes más significativas entre ambos filósofos consiste en su concepción de la educación como un bien social y liberador: Platón considera que la tarea del filósofo es la de educar a la sociedad en el saber, en la virtud de la sabiduría. Recordemos en el mito de la caverna que el sabio, una vez que ha contemplado las Ideas, desciende a la caverna para concienciar a los que siguen prisioneros de la situación de esclavitud y engaño que sufren. Marx, al igual que Platón, pretende que los trabajadores conozcan o tomen conciencia de la situación de alienación que padecen. Ambos establecen, en este sentido, determinadas leyes históricas que pretenden anticipar y vaticinar la instauración de sistemas políticos ideales (república y socialismo). En efecto, Platón establece ciertas leyes por las que se suceden los distintos sistemas políticos: aristocracia, timocracia, oligarquía, democracia y tiranía. A su entender, se suceden y repiten cíclicamente. Marx, a su vez, interpreta la historia según unas leyes que expresan la lucha de clases y predice, fmto del conocimiento dialéctico de la historia, la revolución. Al final el autor llega a predecir la sociedad sin clases y el paraíso en la tierra una vez que se anulen las clases sociales y la propiedad privada.


!RELACIÓN ENTRE LA CONCEPCIÓN DE MARX DEL HOMBRE Y LA

DEI LATÓN:

En primer lugar, ambos pensadores difieren en lo que respecta a ·la respectiva concepción del ser humano que defienden. Platón aboga por una concepción dualista del ser humano por la cual éste está compuesto de alma y cuerpo. El cuerpo es lo material y es una especie de cárcel provisional para el alma. El verdadero destino del alma es retomar por medio de la purificación y el conocimiento al mundo espiritual de las Ideas, que son eternas, divinas, inmutables y donde el alma encontrará la felicidad. Marx, en cambio, no concibe otra realidad que la materia. Frente al dualismo platónico defiende una concepción monista del ser humano, por la cual la naturaleza de éste consiste en ser materia.
Por otro lado, Platón distingue tres partes o funciones del alma: la función concupiscible que reúne los apetitos más elementales, la irascible, que se refiere a los apetitos nobles y, por último, la racional. Ésta es la encargada de gobernar y dirigir a las otras dos según el conocimiento de lo que es bueno y justo. Además, para la realización plena del ser humano, éste debe perfeccionar cada parte del alma conforme a la virtud correspondiente. Así, el cultivo de la parte concupiscible derivará en la virtud de la templanza, la irascible en la fortaleza y la racional en la sabiduría. Marx, en cambio, no hace este tipo de distinciones, y no fundamenta su modelo de Estado en una concepción tripartita del ser humano como hace Platón.
Además Marx define la esencia del hombre como trabajador. Es decir, ajuicio de Marx, el ser humano, si quiere seguir su vocación y alcanzar la plenitud material y espiritual, debe realizarse como trabajador y ejercer su capacidad técnica de reforma del medio natural. Platón, por el contrario, considera que no es el trabajo la actividad más alta a la que se debe dedicar el hombre. No lo desprecia porque es necesario para la vida social, pero considera que lo más propio del hombre consiste en el conocimiento de las ideas. Tenemos, por tanto, una confrontación entre la concepción platónica que da primacía a la teoría y la marxista que sitúa en primer lugar a la praxis, entendida como revolución y transformación del mundo y de la Naturaleza.
Por otra parte, Marx critica el planteamiento moral de Platón: para Marx, la moral pertenece al mundo de la
superestructura ideológica que ha sido establecida por la clase dominante para mantener sus privilegios y su situación de dominio sobre la clase de los trabajadores, que carecen de propiedad privada. Para Marx el punto de vista platónico manifiesta una serie de alienaciones que deben ser superadas. En efecto, Marx interpreta la sociedad clásica, sobre la que pretende instaurarse el modelo político de la República platónica, como una sociedad injusta donde existe la distinción entre esclavos y libres, y en la que sólo los hombres libres son ciudadanos. Finalmente, otra diferencia fundamental se refiere a su respectiva concepción del Estado: pese a que para ambos el hombre es un ser social por naturaleza, Platón considera el Estado como algo natural y deseable, mientras que Marx entiende que es algo que debe ser abolido tras la instauración del socialismo.

RELACIÓN ENTRE LA CONCEPCIÓN DE LA MORAL DE NIETZSCHE y LADEMARX:


Según Marx el hombre en la sociedad capitalista sufre una serie de alienaciones que tienen su raíz en la alienación económica. Ambos autores parten de un ateísmo radical. Para Marx la religión representa la enajenación. más absoluta del hombre al crear la ilusión de un mundo o de una vida más allá de ésta, eterna y feliz, en el que todos los problemas alcanzarán solución. De este modo, el conflicto real pasa a un segundo plano y su solución ya no es la tarea primordial del hombre. Por tanto, la alineación religiosa supone una renuncia a enfrentarse a la realidad.
Nietzsche también hace una crítica a la religión considerándola ilusoria y ficticia: Dios es una proyección o invento de la mente humana. Así como Marx considera que el origen de la religión se encuentra en la miseria económica buscando en la religión un consuelo -la religión es así el opio del pueblo-, para Nietzsche la religión ha nacido para calmar las angustias, el miedo, las necesidades como la seguridad y el consuelo. Incapaces de enfrentarse a la vida real que está en continuo cambio, los hombres inventaron unos valores religiosos, espirituales y eternos, que ahogan la vida material y cambiante. Efectivamente, Dios es la mayor de las mentiras y el núcleo de la crítica de Nietzsche porque todos los valores, verdades y normas de la cultura occidental se apoyan en Él como su fundamento.
Por otro lado, Marx afirma que los valores de la religión cristiana, como la pobreza, la resignación, la alienación, cabe interpretarlos como una purificación necesaria para alcanzar bienes mayores de naturaleza espiritual. Por tanto, la religión acaba convirtiéndose en algo positivo, pues es el camino para lograr los bienes espirituales (salvación, purificación del alma … )
También Nietzsche considera que la religión favorece ese tipo de valores: la resignación, la pobreza, la paciencia, el perdón, la humildad. Y lo peor, para el filósofo, es que esos valores que representan una vitalidad empobrecida han sido aceptados y dignos de admiración. Efectivamente, para Nietzsche, el hombre religioso, el cristiano, es un hombre que ha renunciado a afrontar la realidad. La moral cristiana es una moral de esclavos, de hombres débiles, inferiores cuyos valores producen un hombre mediocre, resignado y deprimido. Frente a esta moral, Nietzsche propone la moral que exalta la vida y sus valores y que produce individualidades excelsas.
¿Cómo sacar a los hombres de este engaño? Marx no creía en las explicaciones teóricas, no basta con explicarles sobre el origen de la religión para liberar a los hombres de la alienación religiosa. El único modo de extirpar en los hombres la idea de Dios es llegar a una situación económica y social de bienestar y justicia en la que ni siquiera puede plantearse la existencia de un Ser Supremo.
Sin embargo Nietzsche sí que parece adoptar una actitud de concienciación. Él se presenta como el profeta de la nueva tierra que pretende recordamos que Dios es una creación humana y, como tal, ahora debamos matarlo. Hay que liberar a los hombres de este engaño multisecular.
Por último, Marx diseña una sociedad comunista futura que está al llegar, sin clases, libre de alineaciones, en armonía. El hombre vivirá feliz porque el trabajo será fuente de realización, una gozosa necesidad. También Nietzsche nos habla de una etapa futura, la etapa del superhombre, un nuevo tipo de hombre que creará sus propios valores sin estar sometido a nadie e irá continuamente superándose a sí mismo hacia la propia perfección.



 

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