Situación del Sector Manufacturero Español
La industria española ha mostrado suficiente fortaleza para aumentar su producción a un ritmo más alto que el de otras economías desarrolladas, incluso una vez incorporada plenamente a un ámbito tan competitivo como el de la Unión Europea. También se ha advertido, no obstante, que tiene dificultades para aumentar su tasa de crecimiento, evitar oscilaciones acusadas y equilibrar el saldo de su comercio exterior.
En el conjunto del período analizado, el crecimiento de la producción industrial se ha basado mayoritariamente en el aumento de la productividad del trabajo (gráfico 4), particularmente en la primera década, cuando el incremento del valor añadido industrial se deriva exclusivamente de las ganancias de productividad, hasta tal punto que el empleo existente en 1995 era prácticamente el mismo que diez años antes. En cambio, desde mediados de la década de 1990, el crecimiento industrial se ha apoyado en una notable generación de empleo, sin duda auspiciado por la masiva llegada de inmigrantes, mientras que la productividad aparente del trabajo apenas ha registrado incrementos, en una diferencia alarmante con la media de la Unión Europea.
Los tres grupos de manufacturas se han visto afectados por la reducción en el ritmo de crecimiento de la productividad del trabajo, pero su contracción ha sido particularmente acusada en las actividades más avanzadas, al contrario de lo que sucede en la Unión Europea. A pesar de sus pobres y preocupantes resultados en términos de eficiencia comparativa, el peso de la industria española en la Unión Europea ha seguido aumentando.
Esto se puede deber a dos razones:
- Que España está especializada dentro de cada rama industrial en segmentos de productividad relativamente baja, en los que aprovecha la ventaja comparativa de un salario menor. A este respecto, conviene llamar la atención sobre el riesgo que supone para la posición competitiva de las manufacturas españolas el mayor crecimiento que han experimentado sus costes laborales con respecto a los de la industria comunitaria. Pero ello no quiere decir que las actuaciones dirigidas al fomento de la competitividad industrial deban buscar sólo, ni principalmente, la moderación salarial.
- La segunda razón reside en que la ventaja de menores salarios se ha visto reforzada por una mejora en la calidad de los productos, que no se ha traducido en un aumento de la productividad, quizá porque las estadísticas no lo reflejan, dado el difícil cálculo de los deflactores del valor añadido. En este sentido, los análisis disponibles acerca de la calidad comparada de los productos de exportación españoles muestran una clara reducción del porcentaje que representan los de inferior calidad.
Retos para la Política Industrial Actual
- El impulso sobre bases más firmes y eficientes de la investigación tecnológica y de la innovación, estableciendo prioridades sectoriales.
- El aumento de la cualificación general y la formación específica de los trabajadores, no sólo a través de los programas educativos típicos de las instituciones de enseñanza, sino también a través de las actividades de formación continua.
- Asimismo, ha de definirse un marco de seguimiento y apoyo a las diferentes actividades manufactureras, susceptible de prevenir los procesos de deslocalización de empresas y de asumir y minimizar los costes de ajuste de la reestructuración industrial y laboral que conllevan.
- Finalmente, han de buscarse mecanismos de flexibilización de los mercados laborales que abaraten el coste del trabajo, de forma que se facilite una gradual transición de muchas de las actividades hacia otras de mayor productividad.
Una vez superada la actual restricción financiera, limitadora del crecimiento a corto plazo, estos son, sin duda, los grandes retos para los años venideros.
Evolución de la Productividad del Trabajo (PT) en los Últimos Años
Dada la relevancia de la productividad del trabajo en los actuales modelos de crecimiento, se resume la evolución en los últimos años de la PT en los 3 sectores:
Industria
- La existencia de una abundante oferta de trabajo inmigrante a un salario inferior a la media.
- El bajo esfuerzo innovador de las empresas industriales.
- El lento avance en la incorporación y difusión de las nuevas tecnologías asociadas a la información y las comunicaciones.
- Las deficiencias formativas de una parte significativa del empresariado.
- La inadecuación entre la cualificación de la mano de obra y las necesidades del aparato productivo.
Agricultura
En el caso concreto del sector agrario español, lo primero que hay que destacar es que la productividad del trabajo ha experimentado considerables ganancias en los dos últimos decenios, puesto que se ha duplicado. Por lo que respecta a sus dos factores determinantes, cabe señalar que, a causa de la elevación del grado de intensificación, la productividad de la tierra se ha incrementado en un 30 por 100, por lo que ha contribuido de forma muy positiva a las ganancias de eficiencia en la asignación del factor trabajo; pero la superficie agraria por empleo ha progresado a un mayor ritmo, con un aumento que se sitúa en torno al 60 por 100, lo que la convierte en el elemento con mayor capacidad de tracción sobre la productividad del trabajo.
Varias pueden ser las causas explicativas de esa notable elevación de la eficiencia en la asignación del factor trabajo, entre las que se destacarán dos: el acusado encarecimiento relativo de la mano de obra asalariada y los precios percibidos por la venta de las producciones agrarias han experimentado una progresión mucho más contenida que el IPC.
Servicios
En el período 1985-2008 la productividad del trabajo en los servicios ha permanecido prácticamente estancada, por lo que la totalidad del avance de la producción de servicios —cuyo crecimiento anual fue del 3,5 por 100— se ha basado en el aumento del empleo. En contraposición, en el conjunto de la economía española el avance de la productividad explica una quinta parte del crecimiento registrado por la producción en el período.
La disponibilidad de información estadística sobre el número de horas trabajadas permite una valoración más precisa de la evolución de la productividad en los servicios durante la etapa más reciente 2000-2007. Entre estos años la productividad por hora trabajada ha crecido ligeramente. Sin embargo, las diferencias entre las distintas actividades terciarias son ciertamente significativas:
- En la hostelería el rendimiento por ocupado ha caído a un ritmo medio anual superior al 1,5 por 100.
- En los servicios inmobiliarios y servicios a empresas se ha registrado, asimismo, un descenso de la productividad.
- Incluso en servicios progresivos como transporte y comunicaciones la productividad del trabajo permanece estancada.
- Las únicas actividades terciarias que han registrado avances significativos de productividad son los servicios de las Administraciones Públicas.
- Finalmente, y a excepción de la educación, en el resto de actividades terciarias consideradas se han registrado caídas en el rendimiento por hora trabajada.
Caracterización del Mercado de Trabajo en España
La evolución de los grandes colectivos que forman parte del mercado de trabajo en España y en la Unión Europea, desde mediados del decenio de 1980 hasta 2008, permite destacar algunos rasgos relevantes:
- El aumento de la población activa, que se explica tanto por el ascenso de la población en edad de trabajar, como por el avance de la tasa de actividad, especialmente entre el colectivo de mujeres.
- El fuerte crecimiento de la inmigración.
- Los notables ritmos de creación y destrucción de empleo que se han registrado en la economía española. Así, el crecimiento del empleo, interrumpido por la crisis de inicio de los noventa, desde mitad de los años ochenta hasta el año 2007 contrasta con la fuerte destrucción de empleo que se produjo en el decenio de 1970 y principios del siguiente y la reducción de puestos de trabajo iniciada en 2008.
- La significativa disminución del desempleo hasta 2007 se ha tornado en un rápido aumento del paro con el cambio de ciclo. La reducción del paro recayó, en estos últimos años, tanto en el colectivo masculino como femenino.
Principales Rasgos Diferenciales del Mercado de Trabajo Español en Comparación con Otros Países Europeos
- Puede afirmarse que el principal problema del mercado de trabajo es la elevada tasa de paro. La crisis económica se ha traducido en un aumento del desempleo notablemente más intenso en el caso de la economía española que en otros países del entorno.
- En cuanto al empleo, si bien España registra una tasa de ocupación y de actividad masculina por encima de la media europea, en el caso de las mujeres ambos indicadores se mantienen aún por debajo.
- El mercado de trabajo español muestra una elevada tasa de temporalidad y una escasa presencia del empleo a tiempo parcial. Por otro lado, el porcentaje de ocupados que sigue alguna actividad formativa ha aumentado de forma significativa y se sitúa cercano a la media de la Unión Europea.
Características de la Población Desempleada
- Mayor incidencia del desempleo entre las mujeres.
- La tasa de paro juvenil dobla la tasa media de desempleo de la economía.
- Menor tasa de paro cuanto mayor es el nivel educativo; aunque las divergencias son menos acusadas que entre sexos y edades.
- Distinta incidencia del paro según nacionalidad.
- Diferencias significativas entre las tasas de paro de las Comunidades Autónomas.