Se trata de una doble gráfica lineal que representa la evolución de la natalidad (línea azul) y la mortalidad (línea roja) en España desde el año1940-2010 y en períodos de cinco años. Los nacimientos en tanto por mil cada cinco años está indicados con un rombo azul, y con un cuadrado rojo las defunciones. En el eje vertical están representados los años y en el horizontal los datos en tanto por mil. La fuente de esta gráfica es el INE.
Como podemos observar en la gráfica, tanto la natalidad como la mortalidad han descendido desde 1940, hasta la actualidad: en el caso de la natalidad se ha pasado de 24,3 nacimientos por cada 1000 habitantes en 1940 a 9 en 2015. También la mortalidad ha bajado pasando de 16,5 defunciones en la posguerra a las 9,1 registradas por cada mil habitantes hace tres años. Analizaremos cada variable por separado, explicando las causas de esta evolución.
España ha sido, hasta fechas muy recientes, un país con altas tasas de natalidad, pasando en un período muy corto a situarse con las tasas de natalidad y fecundidad más bajas del mundo, tal y como reflejan las líneas de este gráfico.
En el período de postguerra, hasta 1950, se produce un descenso de la natalidad como consecuencia de la guerra y la mortalidad que generó, así como la crisis económica que siguió a ésta. Son los llamados “años del hambre”, que unido al desempleo favorecíó la emigración, que afectó a la población joven en edad de procrear, sobre todo hombres.
En la década de los cincuenta la situación económica empezó a mejorar, mejoría que desembocará, a principios de los 60, en un insólito y espectacular proceso de desarrollo económico, conocido como “el desarrollismo”, que unido a la política natalista franquista, con premios a la natalidad, dio lugar al fenómeno conocido como “baby boom”, al que también contribuyó la prohibición estatal de los métodos anticonceptivos y la alta nupcialidad por el impulso económico.
En los 70, aunque la natalidad se mantienen relativamente alta, comienza a descender debido al inicio de una nueva mentalidad más moderna e industrial que tenderá a la reducción del número de hijos por mujer.
A partir de los 80 este proceso es imparable y en España se produce un retroceso al pasar de casi 19 nacimientos por cada mil habitantes en 1975 a 11,9 diez años después. Si en los años 60 la media de hijos por mujer era superior a tres, a finales de los 80 este índice cae por debajo de dos, y en la actualidad se sitúa en torno a 1,2 hijos por mujer, muy por debajo de la tasa de reemplazo generacional, que los demógrafos sitúan en 2´1 hijos por mujer.
Esta caída de la natalidad alcanza su mayor pico en 1995, donde se registran 9,3 nacimientos por cada mil habitantes. La bonanza económica contribuye a la recuperación de las tasas de natalidad a partir del año
2000 con un incremento de los nacimientos que vuelven a trucarse con la crisis económica actual
y caer hasta el 9 nacimientos por cada mil habitantes en 2015. El crecimiento anterior está ligado a la llegada a edad fértil de las generaciones numerosas de los 70, que han retrasado el acceso al matrimonio, y al mayor número de hijos por mujer que tiene los inmigrantes (en 2008 uno de cada cinco nacidos era de madre inmigrante). Desde entonces hasta hoy la natalidad se ha contraído, la causa es la crisis económica actual
Los motivos por los que se tienen menos hijos son múltiples y complejos; junto a causas de índole económica (coste de la crianza de los hijos, aumento del nivel de renta), existen también razones de tipo sociológico, cultural e institucional, sin olvidar las estrictamente demográficas. En la actualidad, destaca el desarrollo de la industrialización, la urbanización y la secularización, junto a otros factores como la emancipación de la mujer y su incorporación al mercado laboral, el coste de la educación y crianza de los hijos, el comportamiento natalista propio de cada generación, fruto de la experiencia ante la vida.
La mortalidad es el fenómeno relacionado con el fallecimiento de los miembros de una población. Asociado al concepto de mortalidad encontramos el de esperanza de vida, media de la cantidad de años que vive una población en un cierto periodo de tiempo.
Entre los años 1940 y 1950, como ya hemos dicho, descienden bruscamente tanto la natalidad como la mortalidad. Esta última se explica como consecuencia del descenso de la mortalidad catastrófica una vez finalizada la Guerra Civil.
En la década de los cincuenta hay una mayor mortalidad debido a que la posguerra duró hasta 1955, por lo que la mortalidad fue descendiendo muy poco a poco en estos años. Entre 1960 y 1970, observamos un descenso importante de la mortalidad que se empieza a estabilizar provocado por el aumento del nivel de vida, las mejores condiciones de sanidad e higiene, el aumento de la esperanza de vida…
A partir de 1980, las pautas de la década anterior se acentúan, pues la baja mortalidad se estabiliza y las causas seguían siendo la mejora de las condiciones de vida. El descenso de la mortalidad se mantienen estable hasta la actualidad si bien en el último período representado en la tabla, entre 2010 y 2015 se produce un repunte al pasar de 8,2 defunciones por cada mil habitantes a 9. La tasa bruta de mortalidad en las últimas décadas es fruto del envejecimiento de la población.
Los factores que explican el descenso de la mortalidad son las medidas sanitarias (avances médicos); la mejora de los recursos socioeconómicos, sobre todo de la alimentación; la combinación de una serie de factores de tipo social, demográfico, económico y cultural que han repercutido positivamente en una mejora de la salud de la población.
El Régimen Demográfico actual de España se caracteriza por bajas tasas de natalidad y de mortalidad y por un escaso crecimiento natural, hasta casi rozar el crecimiento 0. Desde 1998 nos encontramos en el ciclo demográfico moderno con una población está envejecida, pero el aporte continuo de inmigrantes (jóvenes), hace que la tasa de mortalidad no aumente.