Conflictos en los Balcanes y Oriente Medio: Un Análisis Histórico Detallado


Conflictos en los Balcanes y Oriente Medio

1. La Guerra de los Balcanes

Tras la II Guerra Mundial, en Yugoslavia se impuso una dictadura socialista del mariscal Tito. Frente a lo que sucedió en el resto de países de la Europa Oriental, Tito consiguió mantenerse independiente de Moscú, negociando en igualdad de condiciones cuando lo consideraba necesario con la URSS. Habiendo formado la República Socialista Federativa de Yugoslavia, constituida por seis países (Eslovenia, Croacia, Serbia, Bosnia-Herzegovina, Macedonia y Montenegro) y dos territorios autónomos (Vojvodina y Kosovo, ambas en Serbia), consiguió mantener la paz interna hasta el momento de su muerte en 1980. Dejando estipulado un sistema rotativo por el que los croatas, serbios y eslovenos ejercían el poder sistemáticamente hasta 1991, en el que los serbios se negaron a que Croacia ocupara la presidencia federal.

Los serbios, que contaban con la enorme ventaja de mantener su población diseminada por todo el territorio yugoslavo, iniciaron un conflicto bélico a raíz de las declaraciones de independencia de Eslovenia y Croacia. La guerra serbo-croata de 1992 se caracterizó por la extrema dureza del enfrentamiento, las violaciones sistemáticas a mujeres, las torturas y la creación de campos de concentración por parte del ejército serbio. Poco después estalló la guerra serbo-bosnia (Guerra de Bosnia), siendo el sitio de Sarajevo, llevado a cabo por los primeros, uno de los episodios más crueles del conflicto.

La inhibición de los países occidentales fue vergonzosa, consiguiéndose solo el armisticio con la intervención de Estados Unidos a través de la OTAN en 1999, y debiendo hacerlo para parar la limpieza étnica llevada a cabo por el gobierno serbio contra los kosovares. Habiendo dimitido el presidente serbio, principal instigador y valedor del conflicto, Slobodan Milosevic, poco después fue detenido por crímenes de guerra contra la humanidad. El resultado final del conflicto fue la configuración de una serie de Estados independientes.

2. El conflicto árabe-israelí

En la Declaración Balfour (1917), el Reino Unido reconoció el derecho del pueblo judío de disponer de un territorio que formaba parte de las colonias británicas. Así, y de la misma manera que dieron una parte de Palestina para la creación de un nuevo país, Jordania, otra área fue concedida a los judíos. En el primer caso, las tierras estaban atravesadas por el río Jordán; la segunda era un desierto. A pesar de no hacerlo, y previendo posibles conflictos futuros, los judíos compraron las tierras a sus dueños árabes originales, abonando una cantidad de dinero superior al valor real de aquel desierto. A partir de entonces, comenzaron a emigrar a ese lugar hebreos de todas partes del planeta, que desarrollaron espectacularmente el territorio, convirtiéndolo en cinco años en el más productivo de la zona. Además, levantaron ciudades occidentalizadas.

A partir de ese increíble desarrollo, los palestinos comenzaron a exigir la devolución de esas tierras, pretendiendo quedarse con todo lo que habían hecho los judíos y exigiendo el abandono inmediato de ese territorio. La legalidad de las tierras compradas y la negativa de los hebreos a ceder, dio como resultado una serie de actuaciones armadas contra los judíos, que a través de diferentes atentados, empezaron a ser asesinados ante la impasividad del gobierno británico. Tras la finalización de la II Guerra Mundial en 1945, multitud de hebreos acudieron a esas zonas, mientras reivindicaban la creación de un Estado propio. En 1947, la ONU permitió la división de Palestina en dos territorios: uno árabe y otro judío. Mientras la población árabe era de 1.327.000 personas, la judía era de 608.000.

En 1948, y con unas oleadas de terrorismo creciente contra los judíos, que se defendían a través de la Haganá (organización paramilitar de autodefensa judía creada en 1920, que abogaba por llegar a acuerdos con la población árabe para coexistir pacíficamente) y más tarde Irgun y Ster, el Reino Unido concedió la independencia a Palestina. Por su parte, los judíos proclamaron el Estado de Israel con una república presidida por David Ben Gurion. A partir de ese momento tuvieron lugar cuatro guerras, no declarando Israel ninguna de ellas, pero ganando todas, lo que facilitó la ampliación paulatina de su territorio, aunque desde la ONU se les redujo de manera vergonzosa y devolvieron buena parte de las plazas conquistadas. Los países árabes, que coaligados, no hacían más que atacarles.

Los conflictos sucedieron en 1948, 1956, 1967 (Guerra de los Seis Días; 800.000 árabes contra 70.000 israelíes) y en 1973 (Guerra de Yom Kippur; 100.000 árabes contra 450 judíos). En 1964 se creó la OLP con Yaser Arafat a la cabeza, exigiendo la destrucción del Estado de Israel. En 1987 se creó la Intifada (movimiento de rebelión callejera de los jóvenes palestinos que vivían en los territorios ocupados por Israel). A pesar de los intentos de acuerdo canalizados por Estados Unidos, la exigencia de Palestina a la incorporación de Israel a Palestina, hacen imposible un acuerdo de paz. Los medios utilizados para lograr su objetivo son terroristas, llevando a cabo todo tipo de atentados y asesinatos que internacionalmente se justifican frente al odio a Israel, a quien se acusa de todo tipo de aberraciones inciertas. El Estado de Israel nunca lleva a cabo actuaciones terroristas, limitándose a defenderse de los ataques terroristas y el resto del mundo árabe, pero la simpatía internacional incentivada por la ocultación de la verdadera historia del territorio y la generalización de una serie de falsedades asumidas juega a favor de estos últimos.

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