Conocimiento y Educación en la Filosofía de Platón: Implicaciones para el Gobierno Justo


Educación y Conocimiento de Verdad según Platón

Este planteamiento es de gran importancia puesto que, según Platón, solo aquellos que posean un conocimiento verdadero serán capaces de gobernar de forma justa la ciudad. Es decir, solamente los filósofos serán buenos gobernantes. Por ello, debemos concretar si la educación debe ser un requisito imprescindible en el alma de aquellos que tengan conocimiento verdadero y, en este caso, si éstos serán los mejor cualificados para regentar el gobierno.

La Teoría de las Ideas y los Niveles de Conocimiento

Primeramente, nos vamos a centrar en la teoría de las Ideas de Platón, que distingue entre distintos niveles de realidad de los que se ocupan varios grados de conocimiento. La realidad queda dividida en esta teoría en cuatro partes, en la que la verdad absoluta está representada por la Idea del Bien o mundo inteligible. Por debajo de ésta encontramos los objetos matemáticos, que son abstractos pero tratan de imitar a las ideas. De estas realidades se ocupa el conocimiento científico, siendo la inteligencia la que ocupa las Ideas y el pensamiento el que estudia a los objetos matemáticos. Las otras dos realidades que constituyen el mundo sensible son los objetos físicos estudiados por la creencia y, las imágenes, de las que se ocupa la imaginación. Estos últimos tipos de conocimiento conforman la opinión.

La Educación como Ascensión al Mundo Inteligible

Una vez entendida la teoría entorno a la cual discurre la disertación, pasamos a explicar que la educación es entendida por Platón como un proceso de “ascensión al mundo inteligible” por parte del alma. Mediante este hecho, el alma contempla las Ideas escapando de las tinieblas del mundo físico o sensible. Esto le permite al hombre entender verdaderamente los conceptos que son representados por las sombras e imágenes y dirigir de forma correcta sus acciones. El conocimiento tiene como objetivo comprender la Idea de Bien y de Justicia y tras ello, permitir su aplicación en el mundo real para así conseguir un estado justo y feliz. Esto último explica la necesidad de que la educación intervenga en el conocimiento y que quienes lo alcancen, se conviertan en los gobernantes de la ciudad, puesto que son los únicos adecuados al puesto.

La Diferencia entre el Conocimiento Verdadero y la Persuasión

Pero se debe distinguir entre aquellos que tratan de ejercer el poder con el fin de crear un Estado justo y feliz y aquellos que, educados por los sofistas en el arte de la persuasión y la oratoria, tratan de gobernar para conseguir su propio beneficio. Esta enseñanza difiere mucho de la defendida por Platón, basada en la dialéctica y el estudio de las matemáticas. La dialéctica se basaba en ascender hasta el mundo de las Ideas desde la caverna y más tarde, el descenso y aplicación de los conocimientos en la sociedad, por ello distinguimos entre dialéctica ascendente y dialéctica descendente. El estudio de las matemáticas según Platón era muy importante en la adquisición de un conocimiento abstracto y permitir así un alejamiento de lo sensible.

La Aristocracia del Saber y la Teoría de la Élite

Platón pretendía conseguir una aristocracia (gobierno de los mejores), pero no en oratoria y persuasión como los políticos característicos de la época de Platón, cuya mala gestión finalizaba en guerras y disputas, sino los mejores en virtud y saber. Esto daba lugar a la teoría de la élite, que seleccionaba a las mejores naturalezas, es decir, aquellos que poseían capacidades innatas para la filosofía. Con este método, Platón pretendía terminar con los malos gobiernos e implantar un estado estatalista porque antepondría el bien del estado al individual, y organicista, porque dividiría a la población según sus capacidades y no según sus preferencias.

La División del Alma y la Estructura Social

Para conseguir este objetivo, Platón propuso la división del alma del hombre en tres partes, y según la predominante, se pertenecería a uno de los tres grupos sociales. Por una parte, destacamos la parte apetitiva, que comprenderá a aquellos que se dejen llevar por lo material, es decir, los productores. La parte irascible se caracteriza por atribuir importancia a los sentimientos, comprendiendo a los guardianes y por último destaca la parte racional, que caracterizará a los filósofos y gobernantes. Según defiende Platón, la parte del alma racional define a los hombres justos y virtuosos, que tras un proceso de educación, estarán cualificados para gobernar.

Conclusión

Por todo lo expuesto, podemos ahora observar la relación necesaria entre educación y adquisición de conocimiento y su consecuencia en el ámbito político.

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