Consecuencia de la primera república de Venezuela


c. La inexistencia de un mercado de ámbito nacional

El comercio más destacado era el transporte marítimo, en crecimiento por las relaciones comerciales con las colonias.

Este comercio con las colonias era conocido como “Comercio Triangular”, pues unía tres continentes: África (traían los esclavos para trabajar en América), Europa (enviaba sus manufacturas) y América (exportaba sus materias primas). Este comercio era muy beneficioso para la metrópolis, pero no así para la colonia, que veía cómo se llevaban sus materias primas a bajo coste, mientras que estaban obligados a comprarle a la metrópolis las manufacturas a precios muy altos.

Para poder desarrollar un mercado nacional eran necesarios nuevos medios de transporte, así como la mejora de las vías de comunicación. Sin embargo, la lentitud y escasez de los transportes terrestres y la persistencia de aduanas interiores determinaban un escaso grado de integración económica entre los diferentes territorios de un país. El comercio era más bien local o regional.

La economía necesitaba una revolución que vendría de la Industrialización, capitaneada por la potencia más rica de la época, Gran Bretaña.

1.4 La política del Siglo XVIII: Absolutismo, Despotismo y Monarquía Parlamentaria

En los siglos XVII y XVIII el sistema político más extendido fue el Absolutismo, algunos países como Gran Bretaña mantuvieron una Monarquía Parlamentaria. Las ideas de la Ilustración llevaron a las monarquías absolutas a adoptar el Despotismo, como una forma de mantener el sistema mostrando una imagen más avanzada y cercana a la población.

1.4.1 Límites del Absolutismo y práctica de gobierno (Monarquía absoluta)

– Legislativo: Parlamento. Elabora las leyes.

– Ejecutivo: Gobierno. Encargado de gobernar y que las leyes se cumplan.

– Judicial: Jueces. Sancionar a quien no cumplan las leyes.

El Absolutismo supónía que el Rey tenía todo el poder y quedaba fuera de su control, sus límites eran bastantes importantes. Tres eran los principales:

1º Resistencia de los diversos poderes locales a las demandas del gobierno central.

2º Falta de control eficaz de los reyes sobre las tareas de gobierno, en los grandes reinos e imperios. A pesar de la burocracia, era poca y la población y distancias muy amplias como para controlarlos.

3º Aristocracia y Clero limitaban el poder del Rey, éste necesitaba de ambos estamentos para poder sacar adelante algunas leyes y los nuevos impuestos en las asambleas representativas.

Los Reyes necesitaban la colaboración tanto de Nobleza y Clero, como de las autoridades locales, para poder gobernar el reino.
Los monarcas van a centrar su gobierno en dos medidas:

A. Crear más funcionarios para poder controlar mejor los poderes locales y el reino.

B. Buscar la Alianza con la Jerarquía Eclesiástica y la Aristocracia, manténían y aumentaban sus privilegios, el de ejercer justicia.

1.4.2 El Despotismo Ilustrado

En el siglo XVIII, los monarcas conscientes del atraso económico de sus reinos, deciden tomar algunas ideas ilustradas e introducir leves reformas. A esto lo conocemos como Despotismo Ilustrado. Objetivos principales:

– Reforzar el Estado a través de: centralizar la Administración, un ejército profesional estable, reducir el poder del Parlamento y otras instituciones, lo que realmente equivale a más Absolutismo.

– Desarrollo de la Economía a través de: medidas que fomentasen la Agricultura y la  Industria, la Enseñanza Primaria para transmitirle al trabajador conocimientos básicos para su trabajo y finalmente apoyo al desarrollo científico para lograr avances e inventos que mejorasen la economía.

Ninguna de estas reformas alteró la base del Antiguo Régimen, sólo buscaban fortalecer el poder real y aumentar la riqueza del reino. Su lema era “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”.

1.4.3 La Monarquía Parlamentaria Inglesa y la República Holandesa

En toda Europa sólo existían dos regíMenes parlamentarios, Inglaterra y Provincias Unidas, la primera monárquica y la segunda republicana.

Inglaterra fue un caso único, en el que a pesar de los intentos de los Estuardos por implantar el Absolutismo, las dos Revoluciones dirigidas por el Parlamento, le llegaron a costar incluso la cabeza al rey
Jacobo I, llevaron a que Guillermo III firmara en 1689 la Declaración de Derechos. Por primera vez un Rey se veía obligado a aceptar las condiciones impuestas por el pueblo.

Las Provincias Unidas tras su independencia de España en el Siglo XVII, se configuró como una república dividida en siete regiones que se gobernaban por unos Estados Generales.

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