Avance hasta Madrid (Julio 36 – Noviembre 36): Las operaciones militares empezaron la semana siguiente al alzamiento y dieron lugar a una fase de la Guerra Civil que conocemos como “guerra de columnas”. Esta primera etapa del conflicto transcurríó entre el desencadenamiento de las operaciones y el fracaso de los sublevados en su intento de tomar Madrid. Franco consiguió que el ejército de África cruzara el Estrecho, estableciendo un puente aéreo entre Tetuán y Sevilla con el apoyo de fuerzas italianas y alemanas también por mar. Los legionarios y regulares al mando de Yagüe consiguieron el enlace con la zona sublevada del norte, después de eliminar la resistencia de Badajoz. En Septiembre, Franco ocupó Toledo y puso fin al cerco de su Alcázar, donde resistía el coronel Moscardó con unos centenares de militares sublevados y sus familias. A finales de Octubre se hallaba ya a las puertas de Madrid. Mientras, el General Mola, partiendo de Navarra, había cortado la comunicación con Francia conquistando Irún y San Sebastián en Septiembre y rompiendo el cerco de Oviedo el 17 de Octubre, enviando tropas hacia Madrid. La conquista de la capital podía ser inminente por lo que el 29 de Octubre se decretó la movilización general para salvar Madrid. Miles de hombres y mujeres, con enorme entusiasmo, fortificaron los accesos y el interior de la ciudad. Mientras se cavaban zanjas, nacían consignas que se hicieron míticas como “No pasarán” atribuida a Dolores Ibarruri “La Pasionaria”, diputada comunista por Asturias. El 6 de Noviembre, el gobierno republicano se trasladó a Valencia dejando la plaza en manos de una Junta presidida por el general Miaja, mientras que la estrategia de la defensa de la capital quedaba en manos del entonces comandante Rojo. Pese a los ataques aéreos, Madrid resistíó desde Noviembre hasta Enero el ataque frontal, gracias también a la llegada de las primeras Brigadas Internacionales y la columna Libertad (anarcosindicalistas), al mando de Durruti, que encontró aquí la muerte. La resistencia de la ciudad de Madrid (Noviembre, Diciembre), concluyó la fase de la guerra denominada de “columnas” o “fase miliciana”, en la que los combatientesemplearon el sistema de columnas de tropas como en las guerras coloniales; compuestas en gran parte por tropas milicianas, milicias políticas voluntarias de partidos y sindicatos.
Batallas en torno a Madrid y ocupación del Norte (Diciembre 36 – Octubre 37): La segunda fase estuvo caracterizada por la regularización de ambos ejércitos, especialmente del republicano, con la creación del nuevo Ejército Popular de la República y la militarización o disolución de buena parte de las milicias. Por su lado, Franco militarizó también sus cuerpos de voluntarios. Fracasado el intento de entrar en la capital, los sublevados emprendieron dos maniobras envolventes para aislar Madrid. En esta maniobra se produjo la batalla del Jarama (Febrero del 37), que ambos bandos calificaron de victoria propia, aunque en realidad se extinguíó de forma progresiva debido al desgaste de ambos ejércitos. En la batalla de Guadalajara (Marzo de 1937), las tropas fascistas italianas (CTV) aliadas de Franco sufrieron una espectacular derrota a manos del reconstituido Ejército Popular. Fue la primera victoria republicana de gran resonancia. Desde este momento se pasa de lo que se creía que iba a ser una guerra rápida, a una guerra larga y duradera. Franco decidíó entonces “liquidar el norte”, abandonar el ataque a Madrid y desplazar la batalla a la franja cantábrica; los combates principales se produjeron entre Abril de 1937 y Octubre del mismo año y los frentes de combate fueron desplazándose de este a oeste: Guipúzcoa, Vizcaya, Santander y Asturias. El 26 de Abril, la ciudad vasca de Guernica era arrasada por la aviación alemana y se producía así el primer bombardeo aéreo de la historia sobre la población civil. Bilbao fue ocupada en el mes de Junio gracias a la superioridad en medios, armamento y aviación de los sublevados. Una vez dominado el País Vasco, la zona norte quedó aislada de la República. Los republicanos para aliviar la presión militar sobre el norte, desencadenaron el ataque a Brunete, cerca de Madrid, y Belchite, junto a Zaragoza, pero no consiguieron evitar que las tropas de Franco entrasen primero en Santander y luego en Asturias, lo que supuso que una zona industrial y minera de gran importancia pasase a mano de los “nacionales”, debilitando así a la República.
Ofensiva hacia el Mediterráneo (Noviembre 37- Junio 38): En Diciembre de 1937, el ejército republicano había sido reestructurado y tenía a su frente al general Vicente Rojo, el defensor de Madrid. Para mejorar en eficacia se dotó al ejército republicano de mandos profesionales y en él se integraron los cuadros procedentes de las milicias y de las Brigadas Internacionales. Este nuevo ejército intentó tomar la iniciativa desencadenando diversas ofensivas, la más importante fue la que tuvo lugar en dirección a Teruel, donde se desarrolló una gran batalla en el invierno de 1937-38 que llevó a la ocupación republicana de la ciudad hasta Febrero, cuando la abandonarán ante una ofensiva de los sublevados. El ejército de Franco desencadenó entonces la campaña de Aragón, atravesando el Maestrazgo y llegando al Mediterráneo en Vinaroz (Castellón) en el mes de Abril. El territorio republicano quedaba entonces dividido en dos zonas. Franco podría haber atacado entonces Cataluña y acabar con la guerra, pero no lo hizo, seguramente para no acercarse a la frontera francesa en un momento de tensión internacional. Prefirió continuar el ataque hacia el sur, manteniendo fuertes combates en Castellón y Valencia, capital de la República. Su avance quedó detenido cuando el ejército republicano, habiendo recibido nuevo armamento, remozado sus unidades, desencadenó un poderoso ataque sobre el río Ebro en la provincia de Tarragona.
Batalla del Ebro (Julio 38 – Febrero 39) y fin de la guerra (Febrero 39 – Abril 39): La última fase de guerra se inició con la batalla del Ebro, uno de los mayores episodios militares de la guerra y uno de los más cruentos, y terminó con la derrota definitiva de la República. Empezó el día 25 de Julio con el ataque republicano entre Mequinenza y Amposta. Una primera penetración les llevó a ocupar Gandesa, donde logaron resistir durante unos meses. Franco envió grandes refuerzos, incluidas la aviación alemana e italiana, y consiguieron detener allí el ataque. Luego contraatacó y, a principios de Noviembre, el ejército republicano tuvo que replegarse a la otra orilla del río mientras el ejército de Franco avanzaba ocupando todo el sur de Tarragona y cruzando el río. El día 16 de Febrero se dio por acabada la batalla. El ejército republicano había quedado gravemente mermado. Franco decidíó entonces emprender definitivamente la ofensiva sobre Cataluña. El día 26 de Enero entraba en Barcelona sin lucha. La caída de Gerona significó la huida de millares de refugiados. Todo el gobierno de la República, incluidos el Jefe de gobierno Negrín y el presidente Manuel Azaña abandonó España. Igualmente cruzaron la frontera los miembros de las Cortes republicanas, el gobierno de la Generalitat con su presidente, así como sus parlamentarios, y el gobierno vasco refugiado en Cataluña. Muchos de ellos empezaban un largo exilio. A principio de Febrero estaba totalmente ocupada Cataluña y la suerte de la República estaba totalmente decidida. En Febrero de 1939 a la República no le quedaba más territorio que la llamada Zona Centro, que comprendía Madrid y toda la regíón mediterránea desde el norte de Valencia hasta Almería. A pesar de que el jefe del gobierno republicano, Juan Negrín, había regresado de Francia y quería continuar la guerra apoyado por los comunistas, ya no hubo realmente ninguna batalla importante. A finales de este mes, Inglaterra y Francia, reconocieron al gobierno de Franco y, a primeros de Marzo, Manuel Azaña presentó su dimisión como presidente de la República. A comienzos de Marzo se produjo en Madrid una sublevación contra el gobierno republicano dirigida por el coronel Segismundo Casado, jefe de la defensa de la capital. Casado venía preparando el golpe desde hacía meses, ya que no se sentía identificado con la influencia de los comunistas en la República, y quería terminar la guerra mediante la negociación con Franco. Casado, con el falso pretexto de que el presidente Negrín iba a nombrar a altos cargos comunistas, se sublevó el día 5 y al poco controlaba Madrid. Junto con algunos socialistas y el apoyo de la UGT se creó una junta de Defensa con el objetivo de negociar con Franco una “paz honrosa”. Julián Besteiro hizo un llamamiento a la reconciliación, pero ese esfuerzo no sirvió de nada, Franco no aceptó condición ninguna para la rendición y obligó a entregar las armas. El 28 de Marzo, las tropas entraban en Madrid sin resistencia. En los días posteriores cayó la zona mediterránea. La resistencia de las escasas tropas controladas por los comunistas no pudo impedir la ocupación de Albacete, Alicante y Valencia. El 1 de Abril Franco firmó en Burgos el último parte de guerra.