ØPPN-A
8.300 al 7.500 a.C.
Es característico del Neolítico precerámico A la existencia de viviendas con planta circular semiexcavada en el suelo, compartimentadas, con zócalos de piedra y muros hechos de adobe. Los asentamientos en cuevas desaparecieron y se redujo el número de poblados aunque creció el tamaño. Aparecen edificios monumentales de carácter comunal. Su construcción supone un grado de organización social, especialización y jerarquización de sus habitantes que no se habría producido hasta ese momento en ningún otro punto del planeta.
El origen del precerámico A evolucionó desde grupos anteriores, en concreto desde los Natufienses.
Respecto a la industria lítica, aparecen las primeras hachas pulimentadas y útiles relacionados con la recolección del grano: hoz; y los relacionados con el procesado del grano: molinos, morteros y machacadores.
Respecto a la economía, surge una agricultura incipiente o predoméstica, con la recolección intensiva de cereales silvestres que terminaron siendo cultivados de maneras algo precarias. No existen indicios de la domesticación de animales, deduciéndose que, si existió, no tendría un peso importante. Se desarrollan trabajos de cantería y también de ladrillos de barro.
Respecto a la sociedad, se produce un aumento de la cohesión social y de la jerarquización, con individuos con cierta autoridad y sobre el que recae el papel de gestionar el trabajo y los recursos; se observa una progresiva especialización tecnológica y la constatación de intercambios a larga distancia.
Respecto al ritual funerario, los cadáveres depositados en el interior de los poblados, bajo el suelo de las casas o fuera de ellas, en el patio. En Jericó se han encontrado enterramientos de cráneos separados del cuerpo.
Siguen apareciendo figurillas femeninas en arcilla sin cocer. Esto es interesante porque enlaza con algún tipo de creencia del periodo Paleolítico relacionada con el culto a la diosa madre y la fecundidad.
En la zona de LEVANTE, se constata la aparición
de la primera ciudad, Jericó.
Comienza
en el Natufiense y aumenta en extensión en el PPNA. Tenía una población de unos
500 individuos y se constituyó junto a un manantial de gran caudal con
abundante vegetación. Es una zona idónea para el desarrollo de variadas
actividades económicas. Las casas son circulares y semi-excavadas en el suelo,
con cimientos de piedra y compartimentación interna.
Jericó tiene una gran prosperidad, esto se observa en las materias primas alóctonas halladas, lo que denota intercambios a larga distancia. Su prosperidad se debió a su excelente situación, con abundancia de recursos y el control de las rutas de intercambio. Debido a esta prosperidad se tuvo la necesidad de defender y proteger los recursos acumulados con la construcción de murallas, foso y torre con escalera interior. La construcción de la muralla significa una sociedad más compleja, con un líder que moviliza y dirige a los habitantes (sociedad tribal, clánica o segmentaria).
En la zona de LOS ZAGROS, existe una continuidad con la etapa anterior pero mayor sedentarización, con cabañas de planta circular y unicelular. La economía se basa en la caza y la recolección. Hacia el 8.500 a.C. aparecen ovejas posiblemente domesticadas, constatándose en los restos de ovejas jóvenes sacrificadas halladas que estarían controladas y agrupadas. Hacia el 7.000 a.C. aparece la primera domesticación de ovicápridos, bóvidos y cereales silvestres.
ØPPN-B
7.500 al 6.500 a.C.
Una característica del Neolítico precerámico B es la generalización de las viviendas de planta rectangular, distribuidas en el espacio con arreglo a un cierto urbanismo aglutinante: las casas compartían elementos arquitectónicos, lo que denotaría una cierta planificación previa. Según algunos investigadores, el cambio en las plantas de las casas estaría asociado a sistemas de sociedades diferentes: las plantas circulares a un sistema social de bandas (cazadores-recolectores); las casas rectangulares a un sistema social segmentario (tribus o jefaturas).
Respecto al ritual funerario, existe una continuidad en el enterramiento de los cadáveres debajo de las casas que previamente se habían dejado pudrir al aire libre. En Jericó y Çatalhoyuk se encuentran cráneos humanos moldeados con yeso o cal y pintados, como parte de un tratamiento ritual.
Se generalizan las figurillas femeninas sentadas y generosas de caderas realizadas en arcilla sin cocer. Estas figurillas enlazan con algún tipo de creencia del paleolítico relacionada con el culto a la diosa madre y la fecundidad.
En esta fase se produce un desarrollo en la tecnología lítica con la abundancia de útiles relacionados con la agricultura -molinos de mano y morteros-, las puntas penduculadas, y las vajillas de piedra y yeso. Aparecieron las fusayolas y las pesas de telar. Cuando se encuentran estas piezas se identifican con labores textiles, y por consiguiente con la existencia de ganadería.
Respecto al sistema económico, se fue haciendo más complejo. La agricultura y la ganadería estaban ya plenamente desarrolladas: domesticación de trigo, cebada y algunas leguminosas, así como de ovejas, cabras, cerdos y bóvidos. Las regiones más precoces fueron el corredor levantino y el eufrático.
Durante esta etapa se produce un incremento general de intercambios que es posible gracias a la existencia de los corredores naturales y de los grandes poblados en ellos instalados, que generan y controlan estos intercambios. No se tiene certeza de que existieran artesanos especializados ligados a otras tareas o se dedicaban íntegramente a la artesanía como medio de vida, pero posiblemente los hubiese al existir una cierta economía de trueque. A finales del periodo apareció la cerámica.