Creación, Naturaleza Humana, Ética y Política en Santo Tomás de Aquino


Explicación Filosófica de la Creación según Santo Tomás de Aquino

Santo Tomás de Aquino sostiene que Dios creó el mundo ex nihilo (de la nada), mediante un acto de su voluntad, sin materia ni modelos preexistentes. Esta visión contrasta con la concepción griega de un universo eterno. El cristianismo afirma que el mundo existe por la voluntad divina. Además, el Creador es distinto de su obra: Dios es eterno y necesario, mientras que los seres creados son contingentes; existen porque Dios lo ha querido, pero podrían no haber existido.

Para explicar filosóficamente la creación, Santo Tomás distingue entre esencia (lo que una cosa es) y existencia (el hecho de que esa cosa exista). Los seres creados combinan esencia y existencia, pero su existencia no es necesaria, lo que refuerza su dependencia de Dios, el único ser cuya existencia es necesaria y eterna.

Santo Tomás también utiliza los conceptos aristotélicos de potencia y acto. La esencia es potencia (posibilidad de existir), y la existencia es acto (el hecho de existir realmente). Solo Dios, como acto puro (sin potencia), puede hacer que algo pase de potencia a acto, es decir, que algo potencialmente existente se haga real.

Jerarquía de los Seres Creados

Santo Tomás establece una jerarquía de los seres creados según su perfección y cercanía a Dios:

  1. Dios: Ocupa el nivel más alto; su esencia es idéntica a su existencia.
  2. Ángeles: Formas sin materia, los más perfectos entre los seres creados.
  3. Seres humanos: Dotados de alma inmortal (forma) y materia, ocupan un lugar especial por ser creados a imagen y semejanza de Dios.
  4. Animales, vegetales y seres inertes: Tienen formas mortales unidas a materia.
  5. Elementos primeros (como el agua o el fuego): Se encuentran en el nivel más bajo.

El Ser Humano, la Ética y la Política en el Pensamiento de Santo Tomás

La Naturaleza Humana

Santo Tomás de Aquino, siguiendo a Aristóteles, considera al ser humano como una unión de cuerpo y alma, adaptando esta idea a la fe cristiana. Sus principales consideraciones son:

  1. El alma humana es creada por Dios y es inmortal, a diferencia de la visión aristotélica.
  2. Siguiendo la distinción entre materia y forma, el cuerpo es materia y el alma es forma. El alma da vida al cuerpo y permite sus funciones vitales. Sin embargo, el alma necesita del cuerpo para funciones sensitivas como ver o percibir. Existe, por tanto, una unión sustancial entre cuerpo y alma.
  3. El alma humana tiene tres facultades:
    • Vegetativa: Alimentación y desarrollo (común a todos los seres vivos).
    • Sensitiva: Movimiento, percepción y deseo (común a los animales).
    • Racional: Conocimiento y capacidad de desear el bien (exclusiva de los humanos).

La facultad racional es la más importante, ya que permite reconocer el bien y desearlo. Santo Tomás defiende que el alma puede existir independientemente del cuerpo, basándose en que solo lo compuesto de materia y forma se corrompe. Como el alma es solo forma, es incorruptible e inmortal, lo cual es esencial para el Juicio Final, la salvación y la condena según la religión cristiana.


Ética y Política: Ley Eterna, Natural y Positiva

Santo Tomás de Aquino fundamenta su ética y política en el orden divino establecido por Dios, donde todo tiene una finalidad. Este orden se manifiesta en tres tipos de leyes interconectadas:

  1. Ley eterna: Es la razón divina que gobierna el universo y dirige todo hacia sus fines.
  2. Ley natural: Es la participación de la ley eterna en los seres humanos. Está inscrita en nuestra naturaleza y se expresa en preceptos que nos inclinan a:
    • Conservar la vida (prohibiendo el suicidio).
    • Procrear y cuidar a los hijos (rechazando prácticas contrarias como la sodomía o el onanismo).
    • Conocer la verdad y vivir en justicia (rechazando la ignorancia y la injusticia).

    La ley natural es evidente, universal e inmutable, y su objetivo es discernir entre el bien y el mal.

  3. Ley humana: Son las leyes promulgadas por los Estados que concretan y aplican la ley natural en situaciones específicas, respetando siempre sus principios.

Esta idea fundamenta el iusnaturalismo, que defiende derechos naturales inalterables como base del Derecho positivo. En política, Santo Tomás retoma la idea aristotélica de que los humanos son sociales por naturaleza y deben vivir en sociedad para alcanzar el bien común, que prevalece sobre los intereses individuales. El sistema de gobierno ideal es una monarquía moderada, que combina elementos aristocráticos y democráticos bajo un poder centralizado.

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