Crisis, Angustia y Vanguardia: Literatura y Pensamiento en el Siglo XX


La Crisis del Pensamiento Decimonónico y la Cultura de Fin de Siglo

Principales Rasgos y Actitudes de los Artistas

En el campo cultural, el cambio entre los siglos XIX y XX está marcado por la angustia de artistas e intelectuales que consideran fracasados los intentos de reforma de la vida humana iniciados desde la segunda mitad del siglo XVIII. Tras el optimismo ilustrado, la crisis del individuo, que no puede afirmarse plenamente en el modelo social traído por el desarrollo industrial y el ascenso de la burguesía, va ganando terreno a lo largo del siglo XIX hasta que explota en sus últimos años. Durante el siglo XX, esa angustia motiva que los escritores adopten diferentes actitudes:

  • La expresión de la angustia existencial y religiosa.
  • El intento de cambiar el mundo mediante escritos de protesta social y política.
  • La búsqueda en la religión y en Dios de la clave que dé sentido al sufrimiento humano.
  • El olvido de la problemática social y existencial mediante el escapismo y el esteticismo.

Razones de la Crisis

Las razones de esta crisis se deben a tres cuestiones principales: la incertidumbre científica, la amenaza tecnológica y la crisis del pensamiento filosófico dominante en la segunda mitad del siglo XIX.

La Incertidumbre Científica

La ciencia en el siglo XX se encuentra en un estado de incertidumbre total, ya que la realidad (el mundo, el universo), que es su objeto de estudio, es cambiante, compleja y difícil de explicar racionalmente.

La Amenaza Tecnológica

El progreso técnico se dispara en el siglo XX hasta el punto de transformar radicalmente nuestro mundo en materia de transportes y comunicaciones, medicina, nuevos materiales, bienestar social, etc. Sin embargo, el imparable progreso técnico ha facilitado la aparición de nuevas amenazas para la humanidad: la carrera nuclear, la contaminación, el calentamiento global, las nuevas formas de hacer la guerra, la sociedad ultracapitalista, la manipulación genética y tantas otras.

En literatura, la angustia tecnológica es determinante en el desarrollo de la ciencia ficción, género en el que es habitual encontrar la insatisfacción humana como consecuencia del mal uso de las tecnologías. En este planteamiento temático, tres novelas han sido claves:

  • Un mundo feliz (1932), de Aldous Huxley, muestra una sociedad futura en la que la manipulación genética ha sustituido a la procreación natural.
  • 1984 (1949), de George Orwell, presenta un mundo dominado por el Gran Hermano que vigila y domina a los ciudadanos desde los medios de comunicación.
  • Fahrenheit 451 (1953), de Ray Bradbury, ambientada en una sociedad futura donde la palabra escrita está prohibida.

La Crisis del Pensamiento Filosófico

Durante la segunda mitad del siglo XIX, la filosofía europea estuvo dominada por el Positivismo de Augusto Comte. Sin embargo, en los últimos años del siglo, el pensamiento europeo parece darse cuenta de que la razón no puede explicar la complejidad de la realidad en su totalidad y por ello se buscan algunos nuevos enfoques para comprenderla.

La primera reacción contra el Positivismo se produce en el propio siglo XIX de manos de los filósofos irracionalistas: Schopenhauer, Nietzsche y Kierkegaard.

Temas Recurrentes en la Literatura del Siglo XX

Variantes de un Mismo Estado de Ánimo

El tema dominante de la literatura del siglo XX es la angustia. Ese sentimiento cristaliza en un conjunto de motivos y temas más concretos que recorren todo el siglo: el conflicto existencial, el religioso, el social y la propia literatura como objeto de análisis.

El Conflicto Existencial

Los precedentes del tema se encuentran en la filosofía irracionalista de la segunda mitad del siglo XIX y en ciertas obras de esa época. El tema existencial presenta dos perspectivas:

  • Se considera que la vida humana es un sinsentido y un absurdo, ya que el ser humano está abocado a la muerte y el olvido y nada puede evitarlo. Este planteamiento se encuentra en autores como Pirandello, Kafka o Ionesco.
  • Pese al absurdo de la existencia, el hombre aspira a mantener su dignidad y justificar su vida mediante la acción o el sacrificio por sus semejantes. Así aparece en la obra de Hesse, Malraux o Albert Camus.

El Conflicto Religioso

Muy relacionada con el anterior está la reflexión sobre la fe religiosa. Aunque la idea de Dios se había venido cuestionando desde el siglo XVIII, es en el siglo XX, sin embargo, cuando la literatura aborda la cuestión de manera más abierta. En esta época se advierten tres posiciones bien diferentes:

  • El ateísmo y agnosticismo, que niega a Dios porque racionalmente es imposible la fe.
  • La creencia en que Dios es lo único que dota de sentido la existencia humana, ya que sin él vivir sería absurdo e inútil.
  • El cristianismo trágico refleja el drama personal de quien se debate entre una razón que impide la fe y convierte la vida humana en algo inútil y sin sentido, y el deseo de creer en Dios, para poder encontrar un consuelo al sufrimiento humano.

El Conflicto Social

El siglo XX ha sido muy conflictivo desde el punto de vista social y político: un gran número de escritores han querido usar sus palabras como armas útiles para denunciar la injusticia y cambiar el mundo existente por otro mejor.

El Conflicto Literario

Ante un panorama dominado por la angustia religiosa, existencial o social, muchos escritores volvieron sus ojos a aquello que mejor dominaban, la capacidad de creación artística, y lo hicieron con distintos objetivos:

  • La propia literatura se ofrece como medio de escape de una realidad que les disgusta profundamente.
  • La creación es entendida, por otros autores, como un juego que persigue restar importancia a la seriedad que había llegado a dominar en la literatura oficial.
  • También se encuentran escritores para quienes la reflexión literaria es fruto de la necesidad de autoafirmación del artista, que necesita saber qué escribe, cómo lo hace, con qué finalidad y qué problemas técnicos debe resolver para justificar de esa manera su función en el mundo.

Autores representativos de esta etapa son:

  • Joyce con obras como Ulises y Música de cámara.
  • Faulkner con La paga de los soldados, El ruido y la furia y Mientras agonizo.
  • Marcel Proust con En busca del tiempo perdido.

Las Vanguardias: Contexto, Objetivos y Características

Definición y Contexto Histórico

El nombre de Literaturas de Vanguardia fue acuñado durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) para designar a una serie de inquietudes artísticas que se sitúan en la “avanzadilla” cultural del momento. El vanguardismo significó uno de los momentos de mayor unidad entre los artistas europeos que se proyectaron hacia la construcción de una nueva cultura y, por tanto, de una nueva sociedad. Pero el vanguardismo estuvo formado por una gran cantidad de movimientos, cada uno de ellos con peculiaridades, intenciones y técnicas propias. Lo que tuvieron en común fue el deseo de crear un arte radicalmente nuevo y que rompiese definitivamente con el realismo.

Características Comunes de las Vanguardias

Pueden señalarse algunas características generales comunes a los diferentes movimientos de la vanguardia:

  1. Internacionalismo: Frente al nacionalismo de la literatura anterior, los artistas de vanguardia se consideraron ciudadanos del mundo del arte y preocupados por cuestiones universales más que particulares.
  2. Antitradicionalismo: Desprecian todo lo heredado de periodos anteriores, tanto en lo referente a temas como a formas de expresión. Buscan la originalidad.
  3. Es un arte intelectual, minoritario y dirigido solamente a aquellos que son capaces de comprenderlo.
  4. Es un arte fiel a su época y por eso refleja el espíritu de su tiempo.
  5. Es un arte deshumanizado, desprovisto de sentimientos y pasiones humanas.
  6. Busca la espontaneidad.
  7. Su tema principal será la contradicción. Este hecho explica, por ejemplo, que algunos movimientos exalten los valores positivos del mundo moderno (futurismo), mientras que otros se centran en los aspectos negativos (expresionismo o surrealismo).
  8. El arte de vanguardia se valdrá de dos herramientas principales: el humor, porque es útil para desmitificar y desdramatizar, y la metáfora.
  9. Libertad absoluta del artista. Libertad llevada hasta el extremo, por ejemplo, de romper con la lógica o con los idiomas conocidos.

El Surrealismo: Un Movimiento Duradero

Los movimientos vanguardistas más relevantes fueron el cubismo, futurismo, surrealismo, dadaísmo, entre muchos otros. Podríamos añadir muchos otros “ismos”, aunque algunos de ellos duraron incluso horas. Es el surrealismo el que más importancia tuvo y el que más perduró en el tiempo.

Definición y Figuras Clave

El surrealismo es el movimiento de vanguardia que más duró y que más obras produjo, además fue el que tuvo mayores repercusiones en la literatura. También se le llamó superrealismo o suprarrealismo. El principal teórico e impulsor fue André Breton. Varios artistas se unieron a este movimiento: escritores como Paul Éluard, Louis Aragon; pintores como Salvador Dalí o Pablo Picasso; cineastas como Luis Buñuel.

Fuentes del Surrealismo

Se apoyó sobre todo en los principios del dadaísmo y en el psicoanálisis. Heredó los postulados dadaístas por su carácter irracional y de ruptura total con el pasado, pero no es tan destructivo. Su objetivo es vincular el arte con el subconsciente y el mundo de los sueños, lo que supone una revolución. Se nutrió de las investigaciones del psiquiatra Sigmund Freud, creador del psicoanálisis, cuyas teorías sobre el lenguaje de los sueños y los mecanismos de asociación inconsciente fueron aprovechadas por los poetas surrealistas, tanto en técnicas de creación como para posteriores interpretaciones de sus obras.

Características y Técnicas

  • Pretendía manifestar una realidad oculta y amordazada.
  • Pretendía transformar la vida.

Técnicas surrealistas:

  • La escritura automática, es decir, escribir sin ninguna intención premeditada, sin ninguna reflexión, sin ningún freno, lo primero que se le viene a uno a la mente.
  • La transcripción de sueños en los que aflora el mundo del subconsciente.
  • Los cadáveres exquisitos. Técnica escrita o gráfica, que consistía en juntar frases, palabras o imágenes de diferentes personas de forma consecutiva, sin saber qué habían escrito los anteriores. Se solía hacer con un papel que se iba doblando para ocultar lo expresado y que se desdoblaba al final para mostrar el resultado.

Los textos surrealistas son textos literarios no lógicos, con asociaciones libres e inesperadas de palabras, conceptos, objetos y sentimientos; imágenes sorprendentes de tipo onírico, metáforas insólitas, ordenaciones irracionales, etc. El resultado es un mundo alucinante que la razón rechaza, pero que puede producir en el lector sentimientos.

Autores Representativos

  • André Breton: fundador del Surrealismo y defensor a ultranza de las bases de este movimiento. Escribió ensayos y otros géneros, pero destacó muy particularmente en poesía. Entre sus poemarios se encuentran Monte de piedad, La unión libre, El revólver de los cabellos blancos y Pez soluble.
  • Paul Éluard: fue dadaísta primero y luego adhirió al surrealismo, donde aportó obras como Morir de no morir, La libertad o el amor y La evidencia poética.

Cabe destacar que en España muchos de los escritores de la Generación del 27 se entusiasmaron con el Surrealismo, y su influencia se dejó ver en muchas obras de ese movimiento.

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