Crítica a la Idea de Causa según Hume
Como ya hemos visto, el límite y base de todo nuestro conocimiento, en cuanto a cuestiones de hecho, son las impresiones. Solo tenemos impresiones actuales o recuerdos de las que ya hemos vivido. Un razonamiento de tipo inductivo se fundamenta en la costumbre de observar el futuro en conformidad con el pasado, y en la creencia de que tal conformidad se mantendrá siempre.
De la misma manera, el principio de causalidad, que dice que dado un efecto ha de haber una causa que lo ha producido, tampoco puede ser mantenido como relación necesaria entre causa y efecto, sino que, al no derivarse su conexión de la experiencia, puesto que no tenemos impresión de la necesidad de la conexión causa-efecto, es un mero hábito. Así pues, Hume critica la noción de causalidad atendiendo a la experiencia.
Crítica al Concepto de Sustancia según Hume
Hume se opone a todos los conceptos metafísicos, empezando por el concepto de sustancia: considera que no existen las sustancias. Explica que nadie puede tener impresiones de las sustancias, sino tan solo de las cualidades de los objetos, porque si suprimimos las cualidades que conforman un objeto, no queda nada.
La idea de sustancia no puede derivarse ni de las impresiones de sensación ni de reflexión. La sustancia es tan solo una colección de ideas simples a la que damos un nombre para agrupar esa selección, que tendemos a unir con la imaginación.
Análisis de las Tres Sustancias Cartesianas
- El yo o sustancia pensante: Como algo distinto de nuestras impresiones (percepciones) no es nada: no tenemos impresión de él y, por consiguiente, no podemos saber si hay tal yo. Para que la idea del yo fuese verdadera, tendríamos que señalar a qué impresión corresponde. Es una crítica a la res cogitans cartesiana.
- El mundo o sustancia extensa: Tampoco podemos afirmar la existencia del mundo o sustancia extensa, no podemos estar seguros de que nuestras impresiones procedan del mundo. Respecto del mundo corpóreo, solo tenemos impresiones, porque la idea de una realidad externa que está más allá de ellas no se basa en impresión o experiencia alguna. Crítica a la res extensa cartesiana.
- Dios o sustancia infinita: La idea de Dios o sustancia infinita es la idea de un ser imperceptible, lo que hace imposible un conocimiento empírico de tal entidad. No podemos saber si existe o no. De Dios no podemos tener ninguna impresión. Crítica a la res infinita cartesiana.
Crítica a la Economía Capitalista según Marx
Los economistas clásicos, como Adam Smith o David Ricardo, consideraban que las leyes económicas son naturales y espontáneas, capaces de autorregularse. Para Marx, en cambio, las leyes económicas están históricamente determinadas en cada momento histórico.
Para Marx, la acumulación de capital solo es posible porque el trabajo asalariado se había convertido en una mercancía más, sometida al mecanismo de la oferta y la demanda, de modo que es el mismo hombre el que se convierte en mercancía, pues se puede comprar y vender la fuerza de trabajo.
Para el capitalismo, todo tiene el potencial de convertirse en mercancía, toda la realidad es cuantificable, todo tiene un precio, sin tener en consideración diferencias cualitativas.
El valor de los bienes está determinado por la cantidad de trabajo necesario para su producción. Pero, por otra parte, las mercancías se encuentran sometidas a la ley de la oferta y la demanda del mercado: cualquier actividad, incluso el trabajo humano, está sometida a las leyes del mercado.
Dos Clases de Valores
- Valor de uso: El valor de uso de una mercancía reside en la utilidad que nos reporta.
- Valor de cambio: El valor de cambio es el que tiene una mercancía dependiendo de la ley de la oferta y la demanda.
La Plusvalía
En la sociedad capitalista, el trabajo se convierte en una mercancía más. El trabajo tiene un valor de uso, por lo que puede ser comprado por el capitalista, que paga un precio por la fuerza de trabajo empleada: el salario. La fuerza de trabajo se suma al valor de las mercancías que produce. De esta forma, el valor del producto del trabajo es el resultado del valor del producto y la fuerza de trabajo empleada para producirlo.
El producto resultante del trabajador es usurpado por el capitalista, que se apropia de su valor. Además, el trabajador nunca recibe un salario que se corresponde verdaderamente con la fuerza de trabajo invertida, sino mucho inferior, por lo que el capitalista también se apropia de los beneficios de este trabajo.
A la diferencia entre el valor real de una mercancía (fuerza de trabajo + valor del objeto) y el salario que recibe el trabajador, Marx la llama plusvalía.
Superación del Sistema Económico Capitalista
La fase final es la «utopía marxista»: el comunismo, en la que cada uno recibe según sus necesidades. Marx considera que se podrán producir alimentos y medicinas para todos, y que estos serán repartidos de forma equitativa.
Marx afirma que el sistema capitalista se irá debilitando gradualmente por la misma dinámica de su desarrollo interno, pues las leyes inmanentes de la producción capitalista provocan crisis periódicas hasta la disolución del capitalismo.
Tres Leyes del Capitalismo según Marx
- Ley de la acumulación de capital: El capitalista intenta ganar más dinero a partir de la explotación del trabajador y de la utilización de máquinas que sustituyan a los trabajadores.
- Ley de la miseria creciente: Se deriva de la explotación constante de la fuerza de trabajo que hace que el capital tienda a concentrarse en menos manos. Por tanto, disminuye el número de capitalistas en una sociedad y automáticamente crece el número de proletarios.
- El fenómeno de las crisis periódicas.
Marx profetizó la llegada del comunismo, un nuevo orden social y económico en el que el ser humano quedará liberado de la opresión. Marx consideró el comunismo como una evolución natural del capitalismo.