el carlismo tiene su origen en una cuestión sucesoria, pero también una cuestión ideológica relacionada con el intento de mantener el absolutismo por parte de los sublevados. En la última etapa del reinado de Fernando VII los sectores ultrarrealistas se aglutinan bajo el liderazgo del hermano del Rey, Carlos María de Isidro. En ese marco, la ideología de los carlista era contrarrevolucionaria y antiliberal. Defendían el origen divino de la monarquía, la religión como base del orden político y la tradición como fundamento de legitimidad.
Su lema era ‘‘Dios, Patria y Rey’’ y luchaban por la defensa de las leyes propias de los territorios, los fueros, frente al centralismo y la uniformidad propugnados por los ilustrados y liberales. También tuvo su apoyo el carlismo en pequeños y medianos núcleos urbanos entre trabajadores manuales y artesanos afectados por el desmantelamiento del sistema gremial. Sin embargo, el ideario carlista no consiguió convencer a las clases ilustradas, contrarias al integrismo religioso del pretendiente, ni a la burguésía ni al proletariado urbano, que se alistaron en las milicias locales, defensoras de la reina regente. El primer carlismo fue una verdadera reacción rural contra el progreso político y cultural de la ciudad.La confluencia de algunos de factores, sobre todo la cuestión foral, el mantenimiento o no de los fueros, determinó que el foco principal de la guerra fueran País Vasco y Navarra, con focos secundarios en Cataluña y Maestrazgo .
Tradicionalmente la guerra se divide en tres etapas. La primera va desde la proclamación de Carlos V, en 1833, hasta la muerte del general carlista Zumalacárregui en el sitio de Bilbao a mediados de 1835. La segunda se desarrolla entre 1835 y 1837, año este último en que fracasa el intento carlista de tomar Madrid. El carlismo es incapaz de ampliar su radio de acción. La confluencia de algunos de factores, sobre todo la cuestión foral, el mantenimiento o no de los fueros, determinó que el foco principal de la guerra fueran País Vasco y Navarra, con focos secundarios en Cataluña y Maestrazgo .
Tradicionalmente la guerra se divide en tres etapas. La primera va desde la proclamación de Carlos V, en 1833, hasta la muerte del general carlista Zumalacárregui en el sitio de Bilbao a mediados de 1835. La segunda se desarrolla entre 1835 y 1837, año este último en que fracasa el intento carlista de tomar Madrid. El carlismo es incapaz de ampliar su radio de acción.
3Guerra Carlista . En 1872 Carlos María de los Dolores Borbón, Duque de Madrid tenía muy bien preparada su insurrección.
‘‘La Gloriosa’’ se lo había puesto fácil, pues los tradicionalistas y los integristas que habían permanecido neutrales en la guerra de los Matiners se echaron en sus brazos. La guerra comenzó en el Norte, y como en la Primera Guerra Carlista, se extendíó rápidamente a otros territorios, destacando de nuevo en Cataluña. Paradójicamente, el estado carlista se constituyó como un estado federal
. Además, con la llegada de la I República, muchos isabelinos se pasaron al bando carlista, reforzándole políticamente.
La guerra se desarrollaba en dos frentes diferentes, el Este, con Cataluña, Aragón y Valencia, en forma de guerra de partidas, y el Norte, con Navarra y el País Vasco con fuerzas más nutridas y en cierto modo regulares, todo ello desde el punto de vista carlista. Una primera parte donde pese a su superioridad fueron incapaces de reducir la rebelión y una segunda donde poco a poco, primero redujeron el frente del Este y finalmente terminaron con la lucha en el Norte coincidiendo con la restauración canovista. Otros que siguen a Nocedal, mantuvieron su ideología tradicional y antiliberal, y acabaron creando un partido, el partido carlista, que con cambios ideológicos importantes, han llegado hasta nuestros días.
La desamortización española del siglo XIX respondía, al modelo utilizado en la Revolución Francesa, pero no es una creación de esta centuria, pues ya en el Siglo XVIII se habían tomando tímidas disposiciones en este sentido y era un tema debatido con amplitud desde el reinado de Carlos III. En el Siglo XIX más tres cuartas partes de las tierras se encontraban en la condición de manos muertas. Son tierras que no se podían dividir, su masa no podía disminuir, aunque sí aumentar, y no tributaban al Estado. La desamortización intentó resolver este problema.
Desamortización de la propiedad colectiva de los municipios
En 1836 pone en venta los bienes de esas comunidades y se desamortiza el 62% de las propiedades de la Iglesia. No se recauda el dinero previsto y además la tierra pasa de estar en manos de la Iglesia a estar en manos de la alta burguésía, que tampoco se preocupó en explotar la tierra. Espartero continuó la desamortización e incluyó las tierras del clero secular. El objetivo era financiero, pues pretendía financiar el Plan de Ferrocarriles y la reducción de la deuda pública.
Los campesinos acomodados aumentan sus propiedades, pero al final acaban perjudicando a los campesinos humildes, ya que antes podían vivir de las tierras del ayuntamiento y ahora no. El alza continua de los precios de la tierra benefició a la aristocracia ya que sus tierras fueron desvinculadas, pero no expropiadas. El resultado de la desamortización favorecíó a las clases altas, pues los bienes se subastaron públicamente al mejor postor, lo que implicaba que los compradores eran gentes con suficientes nivel económico para poder pujar.
En este proceso de reforma agraria se aprueban una serie de leyes que dan plena libertad a los propietarios sobre la tierra y sus frutos. Llevó a cabo una reforma agraria que pretendía eliminar la deuda pública, eliminar los señoríos jurisdiccionales y los mayorazgos, y dentro de esta reforma empezó la desamortización, que será eclesiástica. Los objetivos son:
Rebajar la deuda pública y ampliar la cantidad de tierra disponible en el mercado. Crear una clase media de campesinos propietarios que paguen impuestos y que aumente la productiva de la tierra.
En Cada país hubo un proceso, y en concreto el de España fue especialmente tortuoso. A lo largo del reinado de Isabel II se fue construyendo una sociedad liberal. Después del reinado de Isabel II viene el Sexenio democrático o revolucionario, a partir del cual podemos hablar de concepto de democracia. Cuando hablamos de revoluciones liberales, hacemos referencia al proceso por el cual los burgueses luchan por conseguir derechos para sí.
Durante el reinado de Isabel II se fue construyendo una sociedad liberal donde los burgueses llegaron al poder, solo contaban las clases medias y altas. El Antiguo Régimen es el periodo que va del Siglo XVI al XVIII. Así , los revolucionarios creían estar contribuyendo a una nueva sociedad.
Carácterísticas del Antiguo Régimen
La Iglesia tenía mucho poder e influía en el modo de pensar. Era una sociedad estamental. Entre estas clases había una desigualdad jurídica, y la posición social la determinaba el nacimiento. A lo largo del Siglo XIX se va creando una sociedad de clases donde la posición la determina la riqueza.
En esta nueva sociedad, la burguésía toma el protagonismo, sustituyendo a los nobles. Sin embargo, la sociedad española sigue siendo esencialmente rural. La Iglesia ha perdido su poder económico debido a las desamortizaciones, pero sigue manteniendo su influencia social. Las masas populares se van alejando de la Iglesia, ya que no da respuesta a su sufrimiento.
La clase obrera, que tenía una situación precaria, vivía a las afueras de las ciudades en condiciones insalubres, y la jornada laboral era de doce a catorce horas, con escasa protección social. Más tarde surgirán los partidos que representan a los obreros. Esos partidos y sindicatos tienen sus locales donde se reúnen los obreros. Esos partidos y sindicatos tienen sus locales donde se reúnen los obreros y van creando una cultura propia
El primer gran conflicto sería la revolución Gloriosa, con la que se derroca a Isabel II, protagonizada por los generales Prim, Serrano y Topete en Septiembre de 1868. Revolución que se venía gestando desde 1866 con el Pacto de Ostende. Esta revolución empieza con el manifiesto de Viva España con honra. Prim recorre toda la costa haciendo que las ciudades se adhieran a la revolución.
El 28 de Septiembre se produce la batalla decisiva en el puente de Alcolea en Córdoba y vence los revolucionarios, el día 30, Isabel se marcha a Francia. En el exterior, la búsqueda de un nuevo rey para España da lugar a la guerra Franco-prusiana de 1870. Después de aprobar la Constitución del 69, en la que España es una monarquía, se le ofrecíó la corona a un príncipe alemán llamado Leopoldo de Hohenzollern, cosa a la que se negó Napoleón III de Francia, lo que provocó que el Káiser de Prusia, Guillermo I, lo retirara. Pero a partir de este hecho, hubo un malentendido provocado por unos telegramas manipulados, lo que derivó en la guerra que enfrentó a Francia y Prusia en 1870.
Dentro de España. OMilitares, La Guerra de Cuba. Cuba estaba muy ligada a la economía estadounidense y admiraba el desarrolló económico y la democracia de Estados Unidos. El interés de este país por Cuba aumentó hasta el punto de querer comprar la isla.
La revolución Gloriosa en España fue seguida inmediatamente de otras dos rebeliones, la de Puerto Rico y la de Cuba. Esta última fue liderada por Carlos Manuel de Céspedes, quien promovíó el grito de Yara, e inició la guerra de los diez años. En un primer momento estos pidieron la anexión de Estados Unidos, pronto la guerra adoptó un carácter de lucha por la independencia. Detrás del conflicto estaba la abolición de la esclavitud, que fue derogada en Puerto Rico en 1873. En el caso de Cuba el sistema productivo no podía prescindir de la mano de obra esclava, incrementada incluso después de prohibida la trata de esclavos en 1815. Las presiones de Francia, el Reino Unido y Estados Unidos, que habían abolido la trata y la esclavitud, obligaron al gobierno provisional español a aprobar la Ley Moret, que declaraba libres a los nacidos de madre esclava. La oposición de los criollos cubanos a la abolición de la esclavitud y la interferencia constante de los gobiernos estadounidenses forjaron el nacionalismo cubano. Entre 1834 y 1868, aparecíó el proletariado industrial en España y comenzó a fraguarse una ideología socialista de carácter utópico.
Pero fue a partir de 1868 cuando tuvo lugar la consolidación del movimiento obrero, surgíó la AIT o I Internacional y aumentó la conflictividad social. Este cambio fue resultado de la modernización económica, el desarrollo del capitalismo industrial y financiero y la influencia que en España tuvo la lucha obrera de otros países. En este contexto de libertad, una mayor tolerancia alentó el asociacionismo obrero, y ya en Octubre del 1868 varios sindicatos barceloneses se federaron en una Dirección Central de Sociedades obreras, que promovíó un congreso obrero catalán. En 1869, la presencia de la I Internacional, cuyo primer congreso fue en Barcelona, condiciono la evolución del movimiento obrero durante el sexenio.
Opuestos a la república porque no supónía una mejora real para la clase obrera, los internacionalistas españoles se posicionaron contra el gobierno y apoyaron insurrecciones y la revuelta cantonal. La represión acabó con esta primera etapa del movimiento obrero. La pugna entre federales y unitarios o radicales marcó la primera experiencia republicana en España. Con la mayoría republicana federal, la nuevas Cortes constituyentes proclamaron la república democrática federal en Junio.
Pronto surgieron los cantones, que proclamaron la república federal. El cantonalismo se produjo como reacción defensiva ante la posible derechización de la república y como medio de presión para implantar la república federal. Pero en ningún caso cuestionaron la unidad de España, a pesar de fragmentar el Estado en cantones independientes. Pi i Margall había presentado a las Cortes un proyecto de constitución para la república federal.
Le sustituyó Emilio Castelar que defendía una república centralista y movilizó a los reservistas para acabar con el problema cantonal. Postergó la discusión del proyecto constitucional y planteo a las Cortes la necesidad de separar Iglesia y Estado y presentó un proyecto de abolición de la esclavitud en Cuba.