Causas de la creación
La creación del virreinato del Río de la Plata respondió al plan de reformas trazado por los reyes Borbones, particularmente Carlos III, destinado a mejorar los territorios de ultramar con una nueva organización administrativa y legal.
Diversas razones, tantos externas como internas, constituyen las causas de la creación del virreinato del Río de la Plata. Podemos resumirlas de la siguiente manera:
Externas
El peligro portugués
. Las cuestiones de límites con Portugal por la posesión de la Colonia del Sacramento habían alcanzado las proporciones de una grave amenaza para los dominios hispanos del Río de la Plata. Para terminar con la expansión territorial del enemigo, el rey Carlos III dispuso jerarquizar la gobernación de Buenos Aires y transformarla en virreinato.Amenaza extranjera contra la Patagonia
Ingleses y franceses merodeaban por las costas patagónicas, muy aptas para las actividades pesqueras; además, navíos de esas naciones habían intentado ocupar las islas Malvinas. La vigilancia de esas desoladas regiones no podía hacerse desde Lima y tampoco las autoridades españolas de Buenos Aires contaban con medios adecuados.
2. Internas
La gran extensión territorial y el aumento de la población
. Los territorios que luego formaron el virreinato del Río de la Plata, hasta su creación dependientes del Perú, comprendían las gobernaciones de Buenos Aires (con la Patagonia), Paraguay, Tucumán y Cuyo (separada de la Capitanía General de Chile); además, Potosí, Charcas, Cochabamba y La Paz. Estos inmensos territorios constituyen hoy la República Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Río Grande (Brasil).- La enorme extensión hizo necesario establecer una autoridad propia, que gobernara independiente del virrey del Perú. Por otra parte, Buenos Aires y la zona ribereña había duplicado la población en un lapso de treinta años.
La evolución económica
Con el aumento de la población se produjo en Buenos Aires un incremento económico, beneficiado por las franquicias que concedían esporádicamente los reyes Borbones.
Era evidente que la dirección política-económica se orientaba en el siglo XVIII hacia Buenos Aires, ubicada en situación de privilegio para el comercio con Europa. Esta prosperidad económica aseguró la creación del virreinato, pero también levantó muchas protestas en Lima, cuyos comerciantes veían lesionados sus intereses.
Insuficiencia administrativa
La gran extensión territorial y las dificultades de las comunicaciones causaban serios perjuicios a las actividades administrativas, particularmente judiciales.
El virreinato provisional
Debido al conflicto con Portugal y ante las noticias alarmantes procedentes de Buenos Aires, el monarca español creó provisionalmente, el 1° de agosto de 1776, el virreinato del Río de la Plata y designó en el cargo a don Pedro de Cevallos, quien antes había sido gobernador de las citadas provincias.
Zarpó de Cádiz en Noviembre de ese año, al frente de una poderosa armada de ciento dieciséis embarcaciones y unos nueve mil hombres. Luego de desalojar a los portugueses de la Banda Oriental, Cevallos se trasladó a Buenos Aires para tomar posesión de su cargo.
LOS VIRREYES DEL RÍO DE LA PLATA
En octubre de 1777, el rey Carlos III dio carácter establece al virreinato y nombró titular a Vértiz, quien cumplió destacada labor.
En el Río de la Plata se sucedieron doce virreyes, si contamos también al último, Francisco Javier de Elio, nombrado en 1811 y cuya jurisdicción se limitó sólo a Montevideo.
Pedro de Cevallos (1776-78)
A pesar de su breve actuación al frente del gobierno, se destacó por su política económica, destinada a romper con la subordinación comercial de Buenos Aires con el Perú. En Noviembre de 1777 dictó el auto de libre internación, por el cual se permitía el paso de artículos por Buenos Aires con destino a Perú y Chile; el rey aprobó la medida y en Febrero del año siguiente dispuso beneficiar a Buenos Aires con el comercio libre.
Juan José de Vértiz y Salcedo (1778-84)
Puso en vigencia el reglamento de comercio libre y la Real Ordenanza de Intendentes.
Vértiz tomó una serie de medidas que contribuyeron a mejorar el aspecto de Buenos Aires y el bienestar de sus habitantes. Ordenó el empedrado de dos calles y la construcción de aceras, estableció el alumbrado público con velas de sebo y aceite, mejoró las costumbres y persiguió el juego.
En materia cultural abrió el colegio de San Carlos e hizo traer a Buenos Aires la imprenta de Córdoba, que había pertenecido a los jesuitas.
Creó la ‘‘Casa de Corrección’’ para albergar mujeres de mala conducta y la ‘‘Casa de niños expósitos’’, destinada al alojamiento de menores abandonados.
En una modesta construcción con techo de paja estableció el primer teatro, que llamó ‘‘Casa de Comedias’’.
Fundó el tribunal del ‘‘Protomedicato’’ destinado a controlar el ejercicio de la medicina; en materia militar, reorganizó el ejército y envió tropas al Alto Perú, para sofocar la sublevación de indígenas acaudilladas por Tupac Amaru.