TEMA1. El movimiento modernista es la forma peculiar que adopta en el mundo hispánico la gran crisis espiritual y artística que recorre Europa a finales del Siglo XIX y a principios del XX. Filósofos, artistas y escritores rechazan la mediocridad, la falsa moralidad y el materialismo de la mentalidad burguesa y sus modos de vida.
Los movimientos que más influyeron al Modernismo literario fueron el parnasianismo y el simbolismo, ambos nacidos en Francia a mitad del Siglo XIX. El parnasianismo fue iniciado por Théophile Gautier y defiende “el arte por el arte”, pues las obras no pretenden reflejar la realidad, sino que se justifican por su propia belleza. Destaca su culto a la perfección formal, su búsqueda de musicalidad en la poesía. Se caracteriza por su desprecio del sentimentalismo y la incorporación de mitos clásicos, escenarios exóticos y civilizaciones antiguas. El simbolismo, desarrollado por poetas como Verlaine, Rimbaud y Mallarmé, analiza el mundo como un conjunto de símbolos misteriosos que el poeta debe descubrir, idea que ya se encontraba en Baudelaire. Para llegar a ello, buscaban un estado de ebriedad que conseguían a través de las drogas y el alcohol. Se decantan por los temas que rompían con la moral de la época, de tal forma que crearon la figura del poeta maldito, un marginado de la sociedad que se autodestruye y ahonda en los aspectos oscuros del alma humana. Hacia 1880, los poetas hispánicos aclimataron estas tendencias francesas a la geografía, la flora, la fauna y las tradiciones de sus países. La formación y desarrollo del Modernismo hispánico se produjo en dos etapas. La primera etapa está delimitada por dos publicaciones de Rubén Darío (Azul… en 1888 y Prosas Profanas en 1896). Se caracteriza por una fuerte influencia del parnasianismo en el preciosismo formal que siguen autores como José Martí y Julián del Casal. La segunda etapa, delimitada entre 1896 y 1914, está marcada por una mayor influencia del simbolismo, con poemas donde la atención se centra en lo íntimo y en la exploración del alma. Autores destacados de esta etapa son: Juan Ramón Jiménez, Manuel Machado o Eduardo Marquina entre otros. En cuanto a la temática del Modernismo, destaca la vuelta a temas fantásticos y misteriosos, que exaltan lo irracional .La incorporación de personajes mitológicos y religiosos, la muerte o el más allá. La necesidad de evasión introduce escenarios ideales, considerados paraísos por su lejanía en el tiempo y el espacio. Como reacción a la moral imperante y para crear belleza, se exalta la sensualidad y el erotismo y a menudo aparece la figura de la mujer fatal. Incluyen la vida nocturna y se reflejan los modos de vida de la época: cosmopolitismo o el gusto por la gran ciudad, el dandismo y la bohemia, los cafés, los burdeles, etc.
Al mismo tiempo, el poeta busca el aislamiento social, como resultado de su sentimiento de superioridad estética, moral e intelectual. La exaltación de lo sensorial y su deseo de evasión se manifiestan mediante las sinestesias, la doble adjetivación. La musicalidad se consigue mediante recursos fonéticos como aliteraciones y búsqueda de nuevos ritmos. La belleza se transmite mediante la elección de un léxico elevado alejado de la lengua cotidiana y lleno de cultismos, extranjerismos, expresiones exóticas y neologismos. La métrica presenta una recuperación de versos y estrofas en desuso pero, al mismo tiempo, inventan nuevas formas métricas.Rubén Darío es considerado una de las figuras clave del Modernismo literario. Entre sus obras principales destacan Epístolas y poemas (1885), Cantos de vida y esperanza (1905), Mención aparte merece su obra
Azul…(1888), considerada un paradigma de la estética modernista. El color azul, símbolo del arte en el Siglo XIX, aparece reiteradamente en los poemas de este libro, que consta de tres partes: dos en prosa y una en verso. Rubén Darío fue considerado paladín del nuevo movimiento en España, a raíz de su viaje de 1892, en el qué trabó amistad con escritores de su generación como Unamuno o Valle-Inclán, o más jóvenes, como Juan Ramón Jiménez y los hermanos Machado. Ricardo Gil, La caja de música (1898) o Manuel Reina con Poemas paganos (1896). Manuel Machado fue un original poeta modernista, porqué logró alternar tonos poéticos diferentes: desde el más ligero (poemas sobre la vida bohemia o el galanteo) hasta el más melancólico (poemas de asunto religioso o íntimo). Las influencias del simbolismo y el parnasianismo se funden con el sentir andaluz del poeta, manifestado sobre todo en la sensualidad de sus poemas. Entre sus títulos más relevantes se encuentran Alma (1901), Caprichos (1905). Antonio Machado es autor de Soledades (1903), ampliado en 1907 bajo el título de Soledades, galerías y otros poemas. Se trata de un libro intimista, con un sello más simbolista que modernista. El autor siempre renunció a la voluptuosidad y al ornato carácterístico del movimiento más exaltado. Juan Ramón Jiménez se convirtió en el discípulo preferido de Rubén Darío y aportó a la estética modernista dos obras: Ninfeas (1900) y Arias tristes (1903). No obstante, el estilo modernista no solo influyó en poetas, sino que la prosa y el teatro se vieron afectados por este movimiento. Teatro, Eduardo Marquina con su obra Las hijas del Cid (1908) o En Flandes se ha puesto el sol (1910), o Francisco Villaespesa con El alcázar de las perlas (1911). Antonio y Manuel Machado escribieron teatro en verso. La Lola se va a los puertos o Las adelfas. En general, los modernistas españoles poseen sus particularidades propias, ya que no rompen totalmente con la tradición literaria anterior y reciben la influencia directa de poetas ROMánticos. Posteriormente, la evolución de estos autores modernistas se encaminará hacia una poesía que va a prescindir de lo estrictamente ornamental.