La Restauración Borbónica y el Sistema Canovista (1874-1885)
Tras el golpe del general Pavía en 1874, el general Serrano encabezó el gobierno con el objetivo de poner fin a la guerra carlista. Sin embargo, el principal problema para el gobierno de Serrano era el «partido alfonsino», dirigido por Antonio Cánovas del Castillo, que defendía la restauración de la monarquía en la persona de Alfonso XII, hijo de Isabel II, quien había abdicado en él en 1870.
Además del «partido alfonsino», sectores como la burguesía catalana, los círculos ligados al comercio con Cuba y los cuadros alfonsinos del Ejército apoyaban la restauración borbónica. Aunque Cánovas pretendía restaurar la monarquía por la vía legal, el general Martínez Campos proclamó en Sagunto a Alfonso XII el 29 de diciembre de 1874, lo que fue respaldado por el resto de guarniciones del país. El 31 de diciembre se formó un ministerio-regencia presidido por Cánovas, y el 9 de enero de 1875 Alfonso XII llegó a Barcelona y confirmó su gobierno.
Alfonso XII contrajo matrimonio con su prima María de las Mercedes de Orleans, quien falleció pocos meses después. Posteriormente, se casó con María Cristina de Habsburgo, quien quedó embarazada al momento de su muerte en 1885, estableciéndose así la regencia de María Cristina hasta 1902.
Los primeros meses entre la formación del gobierno de Cánovas y la aprobación de la Constitución de 1876 fueron clave para la consolidación del nuevo régimen. Cánovas buscaba asentar la monarquía, elaborar una Constitución que permitiera gobernar a diferentes partidos y acabar con los pronunciamientos militares.
Hasta 1881, los conservadores, liderados por Cánovas, dominaron la vida política. Este periodo se conoce como «dictadura de Cánovas», aunque sin asumir poderes excepcionales, centrándose en la consolidación del régimen.
Se llevaron a cabo medidas como la restricción de libertades (expresión, imprenta, reunión y cátedra) y la centralización administrativa, estableciendo que los alcaldes de ciudades con más de 30.000 habitantes serían designados por el rey. La ley electoral de 1878 reinstauró el sufragio censitario. También se pusieron fin a los conflictos heredados del Sexenio Democrático, como la guerra carlista y la guerra de Cuba.
Por decreto de diciembre de 1875 se convocaron elecciones a Cortes constituyentes bajo la ley electoral de 1870, por sufragio universal, para atraer a los progresistas. En enero de 1876 se celebraron elecciones con baja participación, pero con un 81% de diputados afines al gobierno. La Constitución fue aprobada en mayo de 1876.
La Constitución de 1876 y el Turno Pacífico
La Constitución de 1876 combinaba influencias de la Constitución de 1845 (soberanía compartida entre rey y Cortes) y de la de 1869 (derechos individuales, aunque su aplicación dependía del gobierno). Cánovas permitió ambigüedades en cuestiones como el sufragio, dejando su regulación a la ley. La ley electoral de 1878 restableció el sufragio censitario, mientras que Sagasta instauró el sufragio universal en 1890. En materia religiosa, se estableció un Estado confesional católico, pero se permitió la práctica privada de otras religiones.
El sistema político de la Restauración se basaba en la alternancia en el poder entre dos grandes partidos dinásticos: el Partido Conservador de Cánovas y el Partido Liberal de Sagasta. Ambos defendían la monarquía, la Constitución de 1876 y la centralización del Estado.
Para asegurar la estabilidad, se estableció el turno pacífico en el gobierno. Cuando un partido en el poder se desgastaba, el monarca llamaba al líder opositor para formar gobierno, asegurando una transición sin conflictos.
El sistema electoral era corrupto y manipulado mediante el caciquismo. El ministro de la Gobernación elaboraba listas de candidatos afines al gobierno (encasillado), y los gobernadores civiles, alcaldes y caciques locales se encargaban de garantizar su elección mediante compra de votos, manipulación de actas y presiones al electorado. Estas prácticas aseguraron la estabilidad del sistema, pero también generaron un profundo descrédito político.
La Oposición al Régimen de la Restauración
Tras la consolidación del régimen de la Restauración, diversas fuerzas políticas y sociales comenzaron a manifestar su oposición.
- Carlismo: Tras la derrota de 1876, quedó debilitado. En 1888, surgió el Partido Integrista, que se separó del carlismo.
- Nacionalismo catalán: Primeras manifestaciones con la Renaixença. Valentí Almirall fundó el Centre Català (1882). En 1885, se presentó el Memorial de Greuges. En 1891, se fundó la Unió Catalanista y en 1892, se aprobaron las Bases de Manresa. En 1901, se creó la Lliga Regionalista.
- Nacionalismo vasco: Surgió como reacción a la abolición de los fueros en 1876. Sabino Arana fundó el Partido Nacionalista Vasco (PNV) en 1895.
- Republicanismo: Dividido tras el fracaso de la Primera República. A finales del siglo XIX, perdió fuerza. En el siglo XX, Alejandro Lerroux fundó el Partido Radical.
- Movimiento obrero: Se dividió en anarquismo y socialismo. El anarquismo tuvo gran implantación en Andalucía y Cataluña. En 1881, se fundó la Federación de Trabajadores de la Región Española. El socialismo se organizó en torno al Partido Socialista Obrero Español (PSOE), fundado en 1879 por Pablo Iglesias. En 1888, se creó la Unión General de Trabajadores (UGT).
La Crisis de 1898 y la Liquidación del Imperio Colonial
Entre la Paz del Zanjón y el inicio de la última guerra cubana, los gobiernos españoles tuvieron diecisiete años para aplicar reformas en la isla, pero la falta de un verdadero proceso descentralizador y el mantenimiento de políticas proteccionistas favorecieron el surgimiento de nuevas revueltas. El Partido Revolucionario Cubano, fundado por José Martí, impulsó la insurrección iniciada el 24 de febrero de 1895. El gobierno de Cánovas envió a Martínez Campos, pero fue relevado por Valeriano Weyler. Tras el asesinato de Cánovas, el nuevo gobierno de Sagasta sustituyó a Weyler y concedió la autonomía a Cuba, pero las reformas llegaron tarde.
En Filipinas, la insurrección estalló en 1896, liderada por José Rizal. En 1898, Estados Unidos intervino tras la explosión del acorazado Maine en La Habana. La flota española fue derrotada en Cavite y Santiago de Cuba. España perdió Cuba, Filipinas y Puerto Rico, que pasaron a dominio estadounidense. Posteriormente, España vendió a Alemania las islas Marianas y Carolinas.
Consecuencias del 98 y Regeneracionismo
Las consecuencias del 98 fueron profundas. El golpe moral generó un sentimiento de crisis y frustración. España quedó relegada a un papel secundario. El regeneracionismo surgió como una corriente de pensamiento que proponía la modernización del país. Joaquín Costa fue su principal representante. El desastre del 98 dio cohesión a la Generación del 98, un grupo de intelectuales como Unamuno, Pío Baroja, Azorín y Valle-Inclán.
Desde dentro del sistema político, el regeneracionismo se intentó con el gobierno de Francisco Silvela. A pesar del impacto de la crisis, el sistema de la Restauración se mantuvo y Alfonso XIII alcanzó la mayoría de edad.
El Reinado de Alfonso XIII y los Proyectos de Regeneracionismo Político (1902-1923)
La descomposición de los dos partidos dinásticos se produjo tras la desaparición de sus líderes históricos, Cánovas y Sagasta. Las luchas internas provocaron la división de conservadores y liberales. La conflictividad social aumentó, y la cuestión religiosa resurgió. El problema militar y el problema regional también se hicieron evidentes.
Entre 1902 y 1914, la política española estuvo marcada por intentos regeneracionistas. En 1901 se había fundado la Lliga Regionalista. En 1905, oficiales del Ejército asaltaron la sede del semanario ¡Cu-Cut! y del diario La Veu de Catalunya. Este incidente llevó a la aprobación en 1906 de la Ley de Jurisdicciones.
El Regeneracionismo de Maura y Canalejas
Antonio Maura fue nombrado presidente del gobierno en 1907 y lideró el regeneracionismo conservador. Su gobierno impulsó la Ley de Protección de la Industria Nacional, el Instituto Nacional de Previsión (1908), la regulación del descanso dominical y la jornada laboral de mujeres y niños. Su gobierno cayó tras la Semana Trágica de Barcelona en 1909.
José Canalejas, al frente del gobierno entre 1910 y 1912, lideró el último intento regeneracionista. Suprimió los impuestos de consumos, estableció el servicio militar obligatorio. En 1912 se aprobó la Ley de Mancomunidades. Canalejas fue asesinado en 1912.
El sindicalismo se expandió. En 1910 se fundó en Barcelona la CNT.
La Crisis del Parlamentarismo y la Neutralidad en la Primera Guerra Mundial
El estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914 llevó al gobierno español a declarar la neutralidad. La guerra tuvo un fuerte impacto económico. Este crecimiento generó tensiones sociales.
La Crisis de 1917
En el verano de 1917, la crisis alcanzó su punto álgido con tres conflictos simultáneos:
- Juntas de Defensa: Oficiales descontentos con el sistema de ascensos.
- Asamblea de Parlamentarios: Promovida por Francesc Cambó y la Lliga Regionalista.
- Huelga general de agosto: Impulsada por la UGT y la CNT.
Tras la crisis de 1917, el régimen de la Restauración entró en una fase de descomposición. La conflictividad social se intensificó. La situación se agravó con el desastre de Annual en 1921. El escándalo político generado llevó a la apertura del expediente Picasso.
La Dictadura de Primo de Rivera y la Caída de la Monarquía (1923-1931)
El 13 de septiembre de 1923, el general Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado con el apoyo del rey Alfonso XIII. Primo de Rivera estableció un Directorio Militar, suspendió la Constitución, disolvió las Cortes y prohibió los partidos políticos.
En sus primeros años, el régimen contó con un amplio respaldo debido a la pacificación de Marruecos. Para intentar consolidar el régimen, fundó en 1924 la Unión Patriótica. También creó la Asamblea Nacional Consultiva en 1927.
Problemas Económicos y Oposición a la Dictadura
El régimen promovió la modernización con la construcción de infraestructuras. Se fomentó la industria con un intervencionismo estatal. La crisis de 1929 afectó gravemente a España. La deuda pública creció. En el ámbito laboral, Primo de Rivera intentó controlar el movimiento obrero mediante la Organización Corporativa Nacional.
La oposición al régimen creció. Primo de Rivera dimitió en enero de 1930. Le sucedió el general Dámaso Berenguer. En abril de 1931, las elecciones municipales dieron un triunfo a los republicanos, lo que precipitó la salida de Alfonso XIII y la proclamación de la Segunda República el 14 de abril de 1931.
Anexo: Análisis de Fuentes Históricas
Viñeta Satírica: El Turno Pacífico de los Partidos
Clasificación: Fuente histórica, contemporánea a los hechos. Naturaleza política, destinatario público. Autor: Demócrito (revista El Buñuelo). Fecha: 1880. Título: «El turno pacífico de los partidos».
Análisis y contenido: Satiriza la permanencia de Cánovas en el poder. Muestra un burro girando una noria, con la cabeza de Cánovas en los cubos. Crítica la falta de alternancia real y el inmovilismo del sistema. El campo seco y árido simboliza el atraso económico y social.
Contexto histórico: Sistema político de la Restauración, diseñado por Cánovas. Turnismo, manipulación electoral, caciquismo. Exclusión de republicanos, carlistas y movimiento obrero. Desequilibrios sociales y económicos. Crisis del 98.
Gráfico y Mapa sobre el Ciclo Huelguístico y la Crisis de 1917
Clasificación: Fuente historiográfica. Dos figuras: mapa y gráfico lineal. Naturaleza social. Autor: Alianza Editorial (La España del siglo XX, 2015). Destinatario: público general.
Análisis y contenido: Crisis social de 1917. Mapa: zonas de mayor conflictividad (Asturias, País Vasco, Cataluña, Levante, Madrid). Gráfico: aumento de huelgas entre 1905 y 1923, picos en 1909 y 1917. Factores: Revolución Bolchevique y Primera Guerra Mundial.
Contexto histórico: Crisis del sistema de la Restauración. Fraude electoral, caciquismo. Industrialización y movimiento obrero (UGT, CNT). Primera Guerra Mundial: auge económico para la burguesía, aumento de precios para la clase trabajadora. Revolución Bolchevique. Huelga general de 1917. Desastre de Annual (1921). Golpe de Estado de Primo de Rivera (1923).